sábado, 23 de febrero de 2013

PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES DE TRASMISIÓN SEXUAL rol de la escuela


Las escuelas desempeñan un papel clave en la prevención del VIH y las ETS

¿Por qué son importantes las escuelas?

De la misma manera que las escuelas son un entorno fundamental en la preparación académica de los estudiantes, también contribuyen de manera vital en ayudar a los jóvenes a responsabilizarse por su propia salud. Los programas de salud en la escuela pueden ayudar a los estudiantes a adoptar actitudes y comportamientos que benefician su salud y bienestar general, e incluso comportamientos que pueden reducir el riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
En los Estados Unidos, las escuelas tienen contacto directo con más de 50 millones de estudiantes, al menos 6 horas diarias, durante 13 años fundamentales de su desarrollo social, físico e intelectual. Después del hogar de la familia, las escuelas son los lugares más importantes a cargo del desarrollo de los jóvenes. Esto brinda a las escuelas la oportunidad de desempeñar un papel importante en la prevención del VIH y de las ETS.

¿Qué pueden hacer las escuelas para apoyar la prevención del VIH y las ETS?

Foto: Niño y niña adolescentes.Los estudios muestran que los programas de prevención del VIH y las ETS bien diseñados y bien implementados pueden reducir de manera significativa los comportamientos sexuales de riesgo entre los jóvenes. Al analizar 48 programas integrales de educación sexual y sobre el VIH y las ETS que formaban parte del plan de estudios se encontró que cerca de dos tercios de los programas de prevención del VIH y las ETS analizados tuvieron un impacto significativo en la reducción de los comportamientos sexuales de riesgo,1-2 incluidos:
  • mayor espera antes de tener la primera relación sexual,
  • una disminución en la cantidad de parejas sexuales, y
  • un aumento en el uso de condones o anticonceptivos.
Ninguno de los programas aumentó las probabilidades de tener relaciones sexuales.1-2
Las escuelas también pueden ofrecer programas que enseñen a los jóvenes a solucionar problemas, a comunicarse con los demás y a planificar el futuro. La evidencia indica que se puede asociar estos tipos de programas para el desarrollo de los valores de la juventud con una reducción de comportamientos sexuales de riesgo a más largo plazo.3

¿Qué pueden hacer las escuelas para respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS?

Hacer que las pruebas de detección* del VIH formen parte de la atención médica de rutina de los adolescentes y adultos entre 13 y 64 años es una estrategia importante que recomiendan los CDC a fin de reducir la propagación del VIH.4 Las pruebas de detección del VIH son además una parte integral de la Estrategia Nacional contra el VIH/SIDA para prevenir la propagación del VIH y mejorar los resultados en la salud de aquellos que ya están infectados.5
Las agencias de educación a nivel local y estatal son colaboradores esenciales en este esfuerzo. Las escuelas pueden ayudar a respaldar la realización de pruebas de detección del VIH y las ETS de las siguientes maneras:
  • Enseñar a los estudiantes acerca del VIH y otras ETS.
  • Promover la comunicación entre los adolescentes y sus padres.
  • Enseñar a los estudiantes a encontrar lugares donde se hacen las pruebas de detección y se ofrece consejería sobre el VIH.
  • Proporcionar remisiones a los lugares donde se prestan los servicios de pruebas de detección, consejería y tratamiento.
  • Brindar pruebas de detección del VIH y las ETS en el mismo sitio.

División de Salud Escolar y de Adolescentes (DASH) de los CDC: Apoyo a los esfuerzos de prevención del VIH y de las ETS

Los comportamientos sexuales de riesgo colocan a los adolescentes en peligro de contraer la infección por el VIH y otras ETS:
  • En el año 2010, de las cerca de 47,500 nuevas infecciones por el VIH que hubo en los Estados Unidos, 12,200 fueron entre jóvenes de 13 a 24 años.6
  • Cerca de la mitad de las 19 millones de nuevas ETS que se registran cada año se producen en personas jóvenes entre 15 y 24 años.7
La DASH brinda financiación y otros tipos de asistencia que permiten a las agencias de educación a nivel local y estatal ofrecer programas de prevención del VIH que son científicamente sólidos y basados en la información más reciente sobre eficacia. Muchas de las estrategias que implementan las escuelas para prevenir la infección por el VIH pueden además ayudar a los jóvenes a evitar otras ETS y embarazos no planeados.
Las actividades financiadas por la DASH incluyen:
  • La implementación de planes de estudio sobre la prevención del VIH y las ETS que son precisos desde el punto de vista médico, consistentes con la evidencia de su eficacia y que enseñan habilidades fundamentales como por ejemplo, cómo acceder a información válida sobre el VIH y cómo desarrollar habilidades eficaces de rechazo y negociación.
  • Ayudar a las comunidades a recopilar y analizar datos sobre los comportamientos sexuales de riesgo de los jóvenes a fin de asegurar que los programas se basen en datos y respondan a las necesidades locales.
  • Ofrecer desarrollo profesional de vanguardia a fin de asegurar que los maestros tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para enseñar eficazmente a los jóvenes cómo protegerse de las infecciones por el VIH y las ETS.
  • Asegurar un entorno escolar seguro y de apoyo que aumente la participación de los estudiantes en la escuela, reduzca la discriminación, la intimidación, el aislamiento y la probabilidad de que los estudiantes tengan comportamientos de riesgo.
  • Respaldar la adopción y la implementación de políticas importantes respecto de los procedimientos para el control de infecciones y la confidencialidad de los estudiantes y los empleados infectados por el VIH.
  • Establecer enlaces a los servicios de salud comunitarios que proveen pruebas de detección, consejería y tratamiento del VIH y de otras ETS.

Más información

Referencias

  1. Kirby D. Emerging Answers 2007:Research Findings on Programs to Reduce Teen Pregnancy and Sexually Transmitted Diseases. Washington, DC: National Campaign to Prevent Teen Pregnancy;2007.
  2. Kirby D. The impact of abstinence and comprehensive sex and STD/HIV education programs on adolescent sexual behavior. Sexuality Research & Social Policy 2008;5(3):18–27.
  3. Gavin L, Catalano R, David-Ferdon C, Gloppen K, Markham C. A review of positive youth development programs that promote adolescent sexual and reproductive health. Journal of Adolescent Health 2010;46:S75–S91.
  4. CDC. Revised recommendations for HIV testing of adults, adolescents, and pregnant women in health-care settings. MMWR 2006;55(RR-14).
  5. National Association of State Boards of Education. Someone at School Has AIDS: A Complete Guide to Education Policies Concerning HIV Infection. 2nd ed. Alexandria, VA: National Association of State Boards of Education; 2001.
  6. CDC. Vital Signs: HIV infection, testing, and risk behaviors among youths – United States. MMWR 2012:61 (47);971–976.
  7. Centers for Disease Control and Prevention. STD Trends in the United States, 2010: National Data for Chlamydia, Gonorrhea, and Syphilis, Atlanta: U.S. Department of Health and Human Services; 2011. Available from: http://www.cdc.gov/std/stats10/trends.htm. (summarized from: Centers for Disease Control and Prevention. Sexually Transmitted Disease Surveillance 2010. Atlanta: U.S. Department of Health and Human Services; 2011.)
  8. enviado por cdcd de eeuu 

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