sábado, 31 de agosto de 2013

EDUCACIÓN EN PARAGUAY no incluye cultura local

Educación no respeta la sabiduría indígena
Los niños indígenas constituyen uno de los sectores más vulnerables de la sociedad. Una experiencia demostró que con una educación pertinente y de calidad podrá ayudar a superar los obstáculos.
Imagen publicada en el informe de Unicef, del aula de educación inicial de la comunidad Maká. / Unicef/Buscando la Vida/Paraguay
En Paraguay, más de 50.000 niños y jóvenes indígenas viven en zonas rurales, mientras que 5.000 viven en las ciudades, cantidad que tiende a aumentar por la inseguridad jurídica, el deterioro del medioambiente y el desplazamiento de sus tierras, entre otras causas.
La migración hacia las ciudades expone a las familias de las comunidades indígenas a innumerables riesgos. El sector más vulnerable es el de los niños, quienes se enfrentan a la violencia cotidiana y al racismo.
Uno de los elementos esenciales para romper con el ciclo de la pobreza es la educación. Sin embargo, el método educativo actual no se adapta a las necesidades de los pueblos originarios.
“Es evidente que se requiere una atención integral y de calidad para que las condiciones de vida de los niños y niñas mejoren de manera sostenida”, sostuvo Rosa Elecarte, coordinadora de Unicef en Paraguay, en un informe sobre la educación urbana para los pueblos indígenas, presentado el pasado jueves.
Un grupo de técnicos especializados trabajó desde febrero de 2010 hasta agosto de 2012 en tres escuelas y comunidades indígenas urbanas de Gran Asunción. La iniciativa, dirigida a ser una experiencia demostrativa, fue desarrollada por la Dirección General de Educación Escolar Indígena (MEC), el Instituto Buscando la Vida y las comunidades indígenas urbanas, con el apoyo de Unicef.
La intervención, que se llevó a cabo en la Asociación de Parcialidades Indígenas (API) de Luque, la comunidad Maká de Mariano Roque Alonso y en Cerro Poty de Asunción, se centró en la capacitación integral de los docentes. Además, los técnicos implementaron procesos de enseñanza intercultural, que incorporaban el conocimiento científico occidental con la sabiduría indígena.
Según la investigación, los docentes responsables del nivel Inicial y Primer Ciclo (hasta el tercer grado) de la Educación Escolar Básica, contaban con “experiencia y entusiasmo, pero muchas veces no tienen herramientas para encarar o desarrollar sus clases apropiadamente”, relata el informe.
Además, las aulas utilizaban planificaciones diseñadas para escuelas no indígenas, sin hacer las adecuaciones necesarias. “En las escuelas se han visto muy pocos materiales educativos con contenidos relacionados con los Pueblos Indígenas y en lenguas indígenas”, detalla el documento. Por lo tanto, estos contenidos no son adecuados a las necesidades de las comunidades.
“La propuesta pedagógica para los pueblos indígenas debe partir de paradigmas interculturales cuya característica principal es el respeto al ser humano y a la vida, en profunda consonancia con lo sagrado de la naturaleza y sus ciclos”, detalla el documento.
Por otro lado, el 90 por ciento de las horas de clase consistía en el método del “copiado”. “Los docentes hacen copiar a los niños o dictan las lecciones, y replican prácticas educativas cuya efectividad está seriamente cuestionada”, relataron.
La experiencia logró resultados positivos. Según el informe, en poco tiempo, los niños de las comunidades comenzaron a leer y escribir con fluidez en su lengua materna, guaraní y castellano, disminuyeron la copia y comenzaron a redactar creativamente, además de investigar sobre su propia cultura.
La legislación
La Ley 3231/07 que crea la Dirección General de Educación Indígena del MEC asegura que “todos los miembros de los pueblos y las comunidades indígenas tienen garantizada una educación inicial, escolar básica y media acorde a sus derechos, costumbres y tradiciones”. La legislación está dirigida al fortalecimiento de las culturas originarias, así como el fomento a la participación activa en la sociedad.
La mencionada dirección es la responsable de que los pueblos indígenas accedan a una educación escolar “específica y diferenciada”, que potencie su identidad y respete su cultura y normas comunitarias. Además, establece que los niños deben recibir la educación en castellano y en su idioma materno, norma que escasamente se cumple.
“La educación indígena debe mantener y fortalecer la lengua materna como mecanismo de integración o socialización comunitaria”, relata una de las principales conclusiones del II Congreso Nacional de Educación Indígena del MEC, llevado a cabo en noviembre del 2009.
Una educación adaptada a la realidad de las comunidades tiene el objetivo de mantener las tradiciones culturales, perpetuar la sabiduría nativa, y preservar la riqueza diversa de las lenguas originarias.
“En el ámbito escolar, se debe valorar la sabiduría de los pueblos indígenas en varios campos y áreas del conocimiento, algunos descubrimientos logrados mucho antes que la cultura occidental”, detalla el documento.
TOMADO DE ABC DE PARAGUAY

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