Una consecuencia altamente probable del cambio climático Por
Vicente Barros | Aunque sabemos que un
evento no hace al cambio climático, no podemos negar que la frecuencia de las
tormentas y las precipitaciones intensas ha cambiado. Y esto es algo que está
científicamente documentado.
Por lo tanto, que las lluvias intensas con inundaciones y
los aludes que ocurrieron en los últimos días en distintas provincias de
nuestro país se deban al cambio climático es altamente probable.
Y lo es, primero, porque está ocurriendo en casi todo el
planeta. Segundo, porque la física de la atmósfera nos permitiría explicar que
a mayor temperatura, más capacidad atmosférica de contener más agua en forma de
vapor, que es el "combustible" necesario para liberar las
precipitaciones intensas y los fenómenos asociados, como los vientos intensos,
los rayos y el granizo.
Así que hay motivos para pensar que la ocurrencia de estos
eventos en distintas regiones de nuestro país sea altamente probable debido al
cambio climático, que más precisamente no es otra cosa que lo que todos
conocemos como calentamiento global.
Los pocos estudios realizados hasta ahora sobre la Argentina
indican que estas condiciones van a continuar por lo menos como hasta ahora.
Hubo un cambio en los últimos 40 o 50 años y podría
acentuarse, aunque aún no lo sabemos con seguridad. Sí podemos decir que, por
lo menos, este cambio se va a mantener. Esto es lo único que se puede decir por
ahora con los pocos estudios disponibles sobre el país.
Las tormentas tienen varias consecuencias. La primera, y
fundamental, es que cuando producen inundaciones y deslaves pueden provocar
víctimas. Esto es lo que hay que evitar.
Para eso se debe reducir la exposición a esos eventos. Si se
vive en sitios con mucha pendiente, por ejemplo, se está expuesto a
consecuencias si se desplaza el suelo. Lo mismo se podría aplicar a las
poblaciones que viven donde la experiencia o la física indican que se pueden
producir inundaciones.
En el campo, estas tormentas no siempre provocan daños
económicos. Cuando son zonas inundables, la mejor solución tiene que conocerla y
poder implementarla cada propietario. Es como la sequía. Y, en general, los
productores conocen cuáles son los riesgos y cómo superarlos.
Son varios los aspectos que se pueden mejorar con la
adaptación. Uno es, justamente, la reducción de la exposición de la población.
Otro es que el proceso de recuperación de las personas que padecen estas
inundaciones sea más eficiente. Y esto tiene que ver con una agenda más amplia
y relacionada con el desarrollo económico y social.
Una mejoría de las condiciones socioeconómicas hace que las
poblaciones sean cada vez menos vulnerables al cambio climático.
Por ahora, lo más importante es tener más claro que las
condiciones climáticas cambiaron y tomar nota de eso. Pero así, en abstracto,
sería muy difícil asegurar que estos últimos eventos que provocaron tantos
evacuados estén directamente asociados con el cambio climático. Tomado de la nación
de ar, nota: opina Roque Pedace que Desgraciadamente
el artículo de Vicente Barros en la Nación, si bien es correcto desde el punto
de vista científico no lo es tanto a mi
juicio para la divulgación por el ultimo párrafo. Para un lector desprevenido
esta diciendo que los últimos fenómenos NO están relacionados con el cambio climático,
lo cual es estadísticamente incorrecto aunque tal vez sea puntualmente cierto.
Se ha hecho el estudio
estadístico para casos como el de la ola de calor de 2003 en Europa. Los
modelos no permiten hacer lo mismo para tormentas individuales para distinguir
causalidades, esto es con y sin cambio climático..
Lo correcto es decir que hay mas tormentas severas con
precipitaciones mas intensas, tal como se ve en la estadística de las ciudades
del valle de inundación. Todas las actividades humanas debieran adaptarse a esa
nueva situación..Se puede ver al mismo Vicente Barros en el último programa contaminación cero de cable
explicar con mas detalle. Rq por red foroba
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