Argentinos descubren mecanismo clave para optimizar
fotosíntesis
El descubrimiento por parte de investigadores argentinos de
un mecanismo interviniente en la regulación de la
respuesta de las plantas a la
luz, que se vincula a la optimización del proceso de fotosíntesis, hace visible
que el país es un semillero de la ciencia, afirmó el líder del equipo, el
biólogo Alberto Kornblihtt.
Ver galeríaEl trabajo, que hoy fue publicado en la revista
Science, comenzó hace seis años y está firmado por Ezequiel Petrillo -quien
hizo la parte experimental y desarrolla un postdoctorado en Viena-.
"El trabajo es extremadamente relevante no sólo desde
el punto de vista básico de funcionamiento molecular, que tiene que ver con
procesos esenciales de los seres vivos, sino también con un proceso que es
esencial para la supervivencia de la especie en el planeta, que es la
fotosíntesis", dijo el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao en
una rueda de prensa realizada en el Polo Científico Tecnológico, en Palermo.
El trabajo, que hoy fue publicado en la revista Science,
comenzó hace seis años y está firmado por Ezequiel Petrillo -quien hizo la
parte experimental y desarrolla un postdoctorado en Viena- y la becaria
doctoral Micaela Godoy Herz. "Nuestro laboratorio trabaja en un fenómeno
que se llama ‘splicing alternativo’, que es el que hace que cada uno de los
genes de casi todos los organismos pueda producir más de una proteína, con lo
cual se aumenta la capacidad codificante de nuestro genoma, que tiene 23.000
genes pero puede producir un número de proteínas mucho mayor", planteó
Kornblihtt.
Petrillo comenzó a estudiar las condiciones que modificaban
este fenómeno utilizando como modelo la hierba ‘Arabidospis thaliana’, que es
de la familia de la mostaza. Si bien el proceso por el cual las células
vegetales transforman sustancias inorgánicas en orgánicas usando energía
luminosa, se desconocía hasta este hallazgo que la fotosíntesis también censa
la luz para controlar al núcleo de la célula vegetal y regular cuántas
proteínas distintas pueden fabricar sus genes en respuesta a diferentes
condiciones de luz y oscuridad.
Los investigadores demostraron que ese censor que manda la
señal al núcleo es el cloroplasto, la organela encargada de la fotosíntesis que
originalmente eran bacterias fotosintéticas y hace unos 1.500 millones de años
se incorporaron a otras células, con las que establecieron una relación
simbiótica.
"Al ser iluminadas, las plantas cambian el ‘splicing
alternativo’ de diversos genes respecto de lo que ocurre en oscuridad",
describió Kornblihtt, investigador superior del Conicet, profesor de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales e Investigador de la Nación.
"Esta señal deja de enviarse durante largos períodos de oscuridad o baja intensidad
lumínica y las plantas son más pequeñas, amarillentas y menos resistentes a
condiciones adversas", describe Petrillo en Science.
Fuente: Argentina.ar
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