AUTORIDADES EVALÚAN GRADO DE CONTAMINACIÓN DEL RÍO
Ruptura de dique minero causa vertido tóxico en el Pilcomayo
Una vista de las aguas del dique vertidas sobre el río Pilcomayo, en Potosí,
ayer. - La ruptura del dique de contención de la empresa minera Santiago
Apóstol de Tacobamba, en el departamento de Potosí, provocó el vertido de
residuos tóxicos en el río Pilcomayo, cuyas aguas discurren también por
Argentina y Paraguay, informó ayer la presidenta de la Comisión de Medio
Ambiente de la Asamblea Legislativa de Chuquisaca, Shirley Espada.
La autoridad dijo a El Potosí que el colapso del dique
provocó que se filtraran al cauce del río desechos de plomo, plata y zinc. Según
pobladores de la zona, el desastre habría ocurrido hace una semana. Las
autoridades de Chuquisaca y Potosí han enviado comisiones a la zona del vertido
para evaluar los daños ambientales. “Justo como hoy día viernes (de la anterior
semana) ha reventado”, dijo a El Potosí Juana Vargas, comunaria de Canutillos.
Afirmó que el agua que beben en la comunidad no fue afectada
por la rotura del dique, ya que consumen agua de la red que tiene la
Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Sin embargo, dijo que sus animales
bajan al río a beber agua y pueden ser afectados, aunque aseveró que después de
lo ocurrido los dueños de los animales no los dejan acercarse al lugar donde
creen que hay contaminación. “El viento
va a traer la polvareda y nos va a afectar a nosotros, a nuestros niños y a
nuestros animalitos”, denunció al señalar que ya sienten ardor en los ojos
cuando sopla el viento.
Contó que la empresa minera pertenece al señor Mario Cano y
que opera desde hace 10 años en esa comunidad extrayendo plomo, plata y zinc. Por
su parte, Félix Ventura, otro comunario de Canutillos, dijo que él
personalmente no vio lo que sucedió, pero encontró lodo en toda la ladera del
río. “Cuando hay viento ya nos empieza a afectar la contaminación. Parece que
el dique ha reventado, ha comido tierra con la humedad y ha llegado al río. No
he visto yo, así ya he visto como está (ahora)”, aseveró. Otras personas que no
quisieron ser entrevistadas por El Potosí y que discutían con los comunarios
que declararon, dijeron que no era culpa de la empresa, sino que fue un caso
fortuito.
No obstante, cuando El Potosí quiso entrevistar a algún
responsable de la empresa o a los trabajadores, las puertas de la empresa
“Santiago Apóstol” fueron cerradas con candado. Cuando se preguntó a los
trabajadores por el responsable de la empresa, visiblemente molestos
respondieron: “No está aquí, está en la ciudad”. Incluso algunos de ellos
vociferaban, amenazando a los periodistas con que si no se retiraban del lugar
iban a hacer explotar dinamita. Ante la hostilidad, fue preciso rodear el
perímetro de la malla de seguridad de la empresa minera para tomar algunas
fotografías del dique de colas. El fiscal de la provincia Cornelio Saavedra,
José Luis Ríos, informó a Radio Aclo de Erbol que personalmente recogió las
pruebas de los residuos liberados.
“La empresa minera no cumplía con las normas ambientales, el
dique no cumple con las normas ambientales, ni siquiera contaba con la
geomembrana (por lo que se inició un) proceso de investigación de oficio, por
tratarse de un delito público (y medioambiental)”, afirmó. Ríos realizó el
“registro del hecho” y recolectó evidencias de imágenes del daño ambiental que
pone en peligro a centenares de familias que habitan en las inmediaciones del
río Pilcomayo que pasa por tres departamentos: Potosí, Chuquisaca y Tarija. Se
comprometió a hacer que el representante del ingenio minero asuma su
responsabilidad para mitigar el daño ambiental. La presidenta de la Comisión de
Medio Ambiente, Madre Tierra y Agua de la Asamblea Legislativa de Chuquisaca,
Shirley Espada, dijo a la ABI que una comisión de la Asamblea Legislativa de
ese departamento viajará a Potosí para reconocer el daño ambiental y sus
efectos en las poblaciones ribereñas.
Antecedentes
El Pilcomayo nace en Oruro, atraviesa por más de 2.000
kilómetros los departamentos de Potosí, Tarija y Chuquisaca. Según datos de
Erbol, en mayo de 2011, los pobladores de la ribera del río Pilcomayo ya
advirtieron del colapso de los diques de colas construidos para contener el
vertido de desechos tóxicos provenientes de la actividad minera.
En junio de 2013, una nota de El Deber señalaba que el
Pilcomayo se seca 5 kilómetros por año y que la pesca bajó en 92 por ciento. El
hecho afectaba entonces a más de 12.000 indígenas de 120 comunidades y 40.000
habitantes de Villa Montes. TOMADO DE LOS TIEMPOS DE B0LIVIA
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