La esclavitud contemporánea Autor: Claudia Fonseca Sosa | Cuando la mayoría de nosotros
pensamos en
el concepto de esclavitud, nos remitimos a la práctica comercial
abolida en el siglo XIX mediante la cual millones de personas fueron
transportadas desde un continente hacia otro, tras ser vendidas como productos
en un mercado. Pero contrario a lo que algunos creen, la esclavitud no
constituye un fenómeno del pasado. En pleno siglo XXI, entre 20 y 30 millones
de personas se ven sometidas a condiciones similares a aquellos esclavos. A
muchas se les vende como a objetos, se les somete a castigos físicos o
psicológicos, se les obliga a trabajar y viven a merced de sus “empleadores”. De
acuerdo con la ONU, se trata de formas modernas de esclavitud que afectan a
personas de todas las edades, géneros y razas, en todas las latitudes. Las
prácticas más comunes se relacionan con la trata, la prostitución, la venta de
menores y de órganos humanos, la servidumbre por deudas y la utilización de
niños en los conflictos armados, entre otras. En la mayoría de los casos estas
prácticas son clandestinas y eso hace que sea difícil tener una idea clara de
su escala a nivel internacional, sancionarlas o suprimirlas. Además, según la ONU,
el problema se complica debido a que las víctimas de esos abusos suelen
pertenecer a los grupos sociales más pobres y vulnerables. Y muchas veces el
temor y la necesidad de sobrevivir les impiden denunciar su situación. Ese no
fue el caso de Luisa, una joven de origen africano que fue trasladada a la
fuerza hacia Alemania y obligada a ejercer la prostitución. Con solo 14 años de
edad fue violada y golpeada por un proxeneta, quien le dijo además que había
ordenado matar a su familia. “En un ritual de vudú tuve que jurar que no
informaría a la policía”, contó la joven a la radio alemana Deutschlandfunk.
Pero Luisa se llenó de valor y habló con las autoridades, que desde ese día la
mantienen bajo su custodia. LA TRATA, NEGOCIO LUCRATIVO El Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) define como trata la utilización,
en beneficio propio y de modo abusivo, de las cualidades de una persona, en
contra de su voluntad. Se estima que existen 2,5 millones de víctimas de la
trata al año en el mundo y que por cada caso conocido existen 20 sin
identificar. El 48 % se destinan a la explotación sexual y el 36 % son objeto
de trata con fines de trabajo forzoso. La mayoría son mujeres y niños. Este
tipo de crimen se sitúa como el tercer negocio más lucrativo, tras el
narcotráfico y la venta de armas. Refiere el Alto Comisionado que las ganancias
ilícitas del trabajo forzoso a causa de la trata se calculan en 32 mil millones
de dólares anuales, de los cuales el 76 % proviene de la explotación sexual.
Esta cifra equivale al Producto Interno Bruto de algunos países
latinoamericanos. Pero los procesos judiciales y las condenas en este ámbito
representan números insignificantes. LA RUTA DEL ESCLAVO Esta semana, la directora general de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco), Irina Bokova, llamó a tomar conciencia del grave problema que
constituye la esclavitud moderna y sus prácticas análogas, que violan los
derechos humanos. La funcionaria refirió la frase del escritor francés Víctor
Hugo, quien afirmó que “un solo esclavo sobre la tierra es suficiente para
deshonrar la libertad de toda la humanidad”. Bokova hizo estas declaraciones
durante la ceremonia realizada en Francia con motivo del aniversario 20 del
programa “Por la Ruta del Esclavo”, una iniciativa de la Unesco que promueve el
acercamiento entre los pueblos a través del legado de la tragedia que significó
la esclavitud colonial. El Programa ha servido como un instrumento para
comprender por qué millones de hombres y mujeres fueron convertidos en
mercancías por sus semejantes, y cómo fue posible construir toda una sociedad
con un sistema económico y legislativo, edificados a partir de semejante
injusticia, dijo. Además de contribuir al reconocimiento de la esclavitud como
crimen contra la humanidad, hemos creado Comités Nacionales de La Ruta del
Esclavo en varios países —entre ellos Cuba— y vínculos entre instituciones
científicas de todo el mundo para ayudar a prevenir este fenómeno, comentó por
su parte Ali Moussa Iye, jefe del proyecto. A través de una amplia gama de
programas culturales y educativos, el Proyecto ha tratado de concienciar sobre
la esclavitud y sus consecuencias y ha mostrado la contribución de los esclavos
en la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos universales. Sin
embargo, reconoce Bokova, todavía queda mucho por hacer. Tomado de la Granma de
Cuba
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