Epidemia Ébola en
Europa: se contagió una enfermera en Madrid Por Martín Rodríguez Yebra |
La llegada a Madrid, el 22 de septiembre pasado, del
sacerdote García Viejo, que luego transmitió el virus a la enfermera. Foto:
Reuters
MADRID.- El peor de los miedos se hizo realidad. España
entró anoche en máxima alerta sanitaria al constatarse el primer contagio de
Ébola fuera de África en una enfermera que había atendido en un hospital
madrileño a un sacerdote repatriado desde Sierra Leona y que murió hace 10
días.
La paciente -de 44 años, nacida en Galicia- está internada
en un hospital de Alcorcón, un suburbio al oeste de la capital, donde ingresó
con fiebre muy alta ayer por la mañana. Presentaba síntomas leves desde el
martes pasado. Dos pruebas de laboratorio confirmaron que tiene el virus, según
informó la ministra de Salud, Ana Mato, a cargo del comité de emergencia que se
formó para gestionar la crisis.
De urgencia, las autoridades sanitarias empezaron a trazar
la lista de personas con que pudo haberse cruzado la mujer infectada a partir
del 30 de septiembre, cuando registró fiebre por primera vez. Su marido -no
tienen hijos- quedó en observación. El Ébola se contagia por contacto con las
secreciones del enfermo y sólo cuando está en fase sintomática. Los cerca de 60
médicos, enfermeros y empleados sanitarios que entraron en contacto con la paciente
en las últimas horas también están bajo vigilancia. Y se activó un protocolo
especial para analizar el estado de todo el personal del hospital Carlos III de
Madrid que trató a los religiosos españoles Miguel Pajares y Manuel García
Viejo, fallecidos allí luego de ser repatriados en aviones gubernamentales
desde África con graves síntomas de la enfermedad. "Tengan la seguridad de
que se están tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad
de toda la población", dijo Mato, con rostro lúgubre, en una conferencia
de prensa que reflejaba el dramatismo de lo desconocido. El gobierno no informó
el nombre de la paciente. Se limitó a explicar que había participado del equipo
que cuidó a García Viejo, muerto por Ébola el 26 de septiembre. Entró dos veces
en su habitación: una para tomarle la fiebre y otra para retirar las cosas de
la habitación después de la muerte del sacerdote. Al día siguiente, la mujer
salió de vacaciones. El comité de crisis prefirió no decir a dónde. Los médicos
y enfermeros que trataron a los dos afectados que murieron en Madrid seguían
medidas de seguridad que los obligaban a tomarse la temperatura dos veces al
día durante tres semanas. La mujer infectada detectó los primeros registros
anormales el martes pasado y se dirigió al Servicio de Riesgos Laborales de la
Comunidad de Madrid, pero la dejaron irse y siguió con vida normal. Ayer, con
fiebre altísima, se presentó en el hospital de Alcorcón, donde vive con su
esposo. Allí sí decidieron internarla. Los sanitarios encargados de cuidar a
los enfermos de Ébola vestían doble traje hermético, dos pares de guantes,
barbijo y anteojos cuando tenían que estar cerca de los pacientes. Como el
Ébola no se transmite por el aire, los expertos especulaban con que tuvo que
haber un fallo humano para que se diera el contagio en un entorno tan
controlado. En el hospital Carlos III, en el barrio madrileño de Tetúan, se
vivían anoche escenas de angustia entre los empleados que estuvieron cerca de
los misioneros repatriados. Una fuente del centro de salud explicó a LA NACION
que la mujer que se contagió tenía 15 años de experiencia en el área destinada
a enfermedades infecciosas. Pero las sospechas de falencias en el protocolo de
seguridad empezaron a difundirse apenas se destapó el caso. El colegio de
enfermeros de Madrid anunció anoche que había recibido un informe crítico
acerca de la indumentaria que se usó en el cuidado de los sacerdotes. En
teoría, la normativa marca que deben emplearse trajes de nivel 4, completamente
impermeables y con respiración autónoma. En cambio los que se utilizaron en el
Carlos III son de nivel 2: no cuentan con ventilación y no son del todo
impermeables, ya que los guantes son de látex y están sujetos por cinta
adhesiva. El Ébola ya causó 3338 muertes a nivel mundial, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Anoche se analizaba trasladar a la
paciente al hospital Carlos III.
UN CONTAGIO QUE ALARMA A EUROPA
Una enfermera de 44 se contagió el mortal virus cuando
asistió a un misionero que murió hace 10 días . La afectada registró los
primeros síntomas el martes pasado, pero fue enviada a su casa y continuó su
vida normal, lo que eleva la posibilidad de haber transmitido el virus a
decenas de personas. TOMADO DE LA NACION DE AR
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