sábado, 18 de octubre de 2014

HACER VERDE LOS DESIERTOS


Tiempo de reverdecer desiertos
Expresa la Orga­nización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agri­cul­tura mediante un informe la necesidad de producir alimentos en aras de eliminar el hambre y la desnutrición
Autor: Iramsy Peraza Forte |  El Proyecto Forestal del Sahara utiliza plantas de energía solar concentrada que convierten el calor en vapor que, gracias a turbinas y generadores, se transforma en electricidad y alimenta una bomba que usa el agua de mar para enfriar los invernaderos. Foto: SFP
En Arabia Saudita el agua es bombeada desde los acuíferos subterráneos hacia campos circulares para su mejor aprovechamiento. Foto: WWF
La producción de alimentos co­mo vía para eliminar el hambre y la desnutrición es uno de los objetivos de la Orga­nización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agri­cul­tura (FAO) según su informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2014.
Dicho documento ofrece estimaciones actualizadas sobre la subalimentación y las perspectivas hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, donde la producción de alimentos y la consecuente reducción del hambre re­quieren esfuerzos adicionales.
Este programa refleja el compromiso y las capacidades de varias naciones para incrementar sus zo­nas cultivables mediante la movilización de recursos humanos y fi­nancieros.
A esta voluntad se han sumado naciones con reconocimiento por su productividad agrícola y otras como los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Arabia Saudita, con enormes desiertos aparentemente infértiles.
Situados en el Medio Oriente, son dueños de ingentes recursos petroleros, pero carecen de espacios verdes para sembrar y las reservas de agua escasean casi imposibilitando el desarrollo agrícola.
Desarrollar plantaciones en el de­sierto resulta una tarea novedosa. Los primeros esfuerzos para reverdecer desiertos deben concentrarse en su irrigación, especialmente en estas zonas donde las reservas de agua son fósiles y provienen, ma­yormente, de inmensos acuíferos subterráneos.
En este contexto y con la disposición de administrar eficientemente el agua surgieron proyectos de irrigación para espacios de­sérticos abiertos que ayudan a la biodiversidad y mejoran la calidad de vida de la población.
Cultivar en el desierto puede pa­recer imposible pero no lo es. La agricultura en zonas desérticas no solo proporcionará alimentos a millones de personas sino que permitirá la recuperación de espacios naturales anteriormente descartados.
¿Cómo se cultiva  en el desierto?
Las zonas áridas y semiáridas suelen poseer suelos con elevados contenidos de nutrientes particularmente fósforo, potasio y azufre. Por esa razón, son áreas que con  abundante agua poseen un gran potencial agrícola.
Cuatro enfoques fundamentales existen para llevar el agua al desierto. Conducir agua por un canal o ducto desde el río, lago o cordillera, utilizar fuentes subterráneas cavando po­zos, recoger la lluvia por me­dio de piscinas o depósitos y plantar arbustos o árboles resistentes a la sequía.
Otras investigaciones han de­mostrado que, en ciertas circunstancias, es posible emplear aguas saladas para regar. Especial­mente en suelos arenosos donde el buen drenaje favorece el uso de aguas muy salinizadas.
En Arabia Saudita el agua bom­bea­da de los acuíferos subterráneos se distribuye en rotación alrededor de un punto central dentro de un campo circular, lo que permite su aprovechamiento y control de los fertilizantes.
Conjugando avances científicos, su clima templado y el sol han logrado una zona capaz de producir al menos 50 000 toneladas de cítricos al año.
También Emiratos Árabes Uni­dos  ha convertido buena parte de sus desiertos en zonas pobladas por más de 190 millones de árboles, obteniendo producciones de frutas y vegetales de alrededor de cinco millones de toneladas anuales.
Sistemas mecánicos motorizados para la excavación de los canales, construcción de diques, perforación de pozos profundos,  y bombeo de las aguas subterráneas o superficiales disponibles, se han construido para surtir a la agricultura y  prevenir las posibles etapas de sequía.
En Qatar el Proyecto Forestal del Sahara (SFP por sus siglas en in­glés) encontró la manera de producir alimentos en el de­sierto de for­ma sostenible a través de energía so­lar concentrada, revegetación e invernaderos enfriados con agua salada.
La implementación de grandes proyectos de irrigación de zonas desérticas para actividades agrícolas además de mejorar la calidad de vida de los habitantes proporciona mayor fertilidad a los suelos y reduce la erosión, grave problema ecológico que ha aumentado en los últimos años.
TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA 

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