domingo, 12 de octubre de 2014

PASTOS MARINOS , IMPORTANCIA Y SU CONSERVACIÓN


Fundamentos para su conservación
Los pastos marinos brindan numerosos beneficios al ser humano y a la propia naturaleza, ya que sirven de hábitat principal para muchas especies de valor económico y ecológico Autor: Orfilio Peláez |
Los pastos marinos ocupan alrededor del 50 % de los fondos de la plataforma insular cubana y sirven de hábitat fundamental de muchas especies. Foto: cortesía de los entrevistados Compuestos básicamente por plantas con hojas, flores y raíces ancladas (angiospermas), que están adaptadas a vivir de forma permanente sumergidas en agua salada, los pastos marinos tienen vital importancia para el equilibrio ecológico y el bienestar del hombre. Suelen crecer en fondos blandos, fangosos y arenosos, y de forma general están muy extendidos en las zonas costeras de casi todo el orbe. Por desconocimiento, en no pocos lugares han quedado fuera de los programas de conservación al ser vistos como unas “molestas hierbas” que entorpecen el buceo de las personas y demás actividades náuticas en playas y otros destinos turísticos. A nivel mundial registran hoy un marcado declive y son considerados entre los ecosistemas más vulnerables del planeta. Datos de instituciones vinculadas al estudio de los pastos estiman en alrededor del 1 al 2 % anual las pérdidas de sus áreas a nivel internacional, tendencia que parece acelerarse en los últimos tiempos debido a diversas causas de origen natural y antrópico. Dentro del primer grupo aparecen las vincu­­ladas a sismos, erupciones volcánicas, movimientos de la corteza terrestre y huracanes, mientras con respecto a la segunda relación figuran la sedimentación provocada por el aumento de los asentamientos humanos cercanos a la costa, la contaminación con metales pesados, hidrocarburos y otros residuales industriales, el uso de artes de pesca dañinos, en particular los chinchorros de arrastre, las turbulencias generadas por el tránsito de embarcaciones ,y la ejecución de viaductos, dragados y diques en la zona costera. Cada vez existen mayores evidencias del potencial daño que provocan en ellos el aumento de la temperatura superficial del mar y otros procesos asociados al cambio climático de la Tierra. BAJO PESQUISA Según manifestó a Granma la doctora en Ciencias Biológicas Beatriz Rosa Martínez Dara­nas, del Grupo de Ecología Marina, del Cen­tro­­­­ de Investigaciones Ma­rinas de la Universidad de La Habana, los pastos marinos brindan numerosos beneficios al ser humano y a la propia naturaleza. “En primer orden sirven de hábitat principal, zona de refugio y alimentación para muchas especies de valor económico y ecológico, entre ellas la langosta, el camarón, el cobo, diferentes tipos de moluscos, así como de otras amenazadas, principalmente el manatí y determinados quelonios”. Asimismo, subrayó, amortiguan el impacto del oleaje sobre la línea costera, protegiéndola de la erosión, y a los arrecifes coralinos de la sedimentación excesiva, además de mejorar la calidad del entorno marino al retener las par­tícu­las suspendidas en el agua. Constituyen también potenciales productores de sustancias bioactivas con aplicación en la búsqueda de nuevos productos destinados a la industria médico farmacéutica y cosmetológica. Investigaciones recientes plantean que por su capacidad para retener el dióxido de carbono en los sedimentos y producir oxígeno, pueden contribuir a atenuar el calentamiento global, e incluso, algunas sugieren que serían capaces de atrapar mayor cantidad de CO2 que los propios bosques no perturbados de la Amazonia. La doctora Beatriz Martínez indicó que en el caso específico de Cuba, los pastos marinos ocupan alrededor del 50 % de los fondos de nuestra plataforma insular, y las áreas más extensas ocupadas por ellos se localizan en el norte de Pinar del Río, el Golfo de Batabanó, el archipiélago Sabana-Camagüey, y casi toda la costa baja que bordea a los cayos y bahías. Vale mencionar que en el IV Informe Na­cional al Convenio sobre la Diversidad Bio­lógica de la República de Cuba, editado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Am­biente, se reconoce a los pastos dentro de la relación de los ecosistemas marinos más im­portantes del país. Ello fundamenta que durante las últimas dos décadas fueran ejecutados varios proyectos de investigación, encaminados a estudiar las características de los pastos marinos cubanos, la biodiversidad que atesoran y los problemas am­bientales que los perjudican, a fin de diseñar e implementar acciones para protegerlos. Como señala la especialista, las mayores afectaciones detectadas en el país se vinculan básicamente al arribo de contaminantes orgánicos a la zona costera y ribera de los ríos, la pesca con chinchorros de arrastre (nociva práctica afortunadamente ya eliminada en casi su totalidad), el uso de anclas, y la construcción de obras ingenieras. Al respecto es oportuno hacer referencia al Proyecto Sabana-Camagüey, que con el apo­yo financiero del Fondo para el Medio Am­biente Mundial (GEF por sus siglas en inglés) e implementado por el Programa de Na­cio­nes Unidas para el Medio Ambiente (PNUD), ha sido ejecutado por el gobierno cubano y propició la adopción de medidas que permitieron recuperar o mitigar el daño sufrido a la salud del ecosistema, entre ellas la inclusión de puentes o pasos de agua por debajo del trazado de pedraplenes a determinada distancia, que favorecen el intercambio con el océano e impiden el exceso de salinización. También fue incrementada la superficie de pastos marinos incluidos dentro del sistema nacional de áreas protegidas, además de establecerse el monitoreo regular de estos. Al­gunos intentos por eliminarlos de las áreas de baño de algunas playas, finalmente no procedieron. Más allá de los pasos emprendidos es cla­ve promover programas de educación am­biental para dar a conocer a los tomadores de decisiones y a la población en general el valor de tan importante ecosistema y las vías que garanticen su mejor conservación. Tomadod e la Granma de cuba 

No hay comentarios: