Casi la mitad de los
trabajadores del país está en la informalidad El índice, del 46,8%, surge del
total de ocupados, sean asalariados o independientes; en los jóvenes llega al
61,6%; lo calculó la OIT con datos del Indec Por Silvia Stang | LIMA, Perú.- La informalidad laboral afecta
al 46,8% de los trabajadores en la Argentina, y la tasa trepa al 61,6% si se
considera sólo el segmento de los jóvenes de entre 15 y 24 años. Los índices,
correspondientes a 2013, surgen del conjunto total de ocupados (asalariados y
cuentapropistas), están en un informe de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) y fueron elaborados sobre la base de información de la Encuesta
Permanente de Hogares del Indec. El porcentaje total implica que unos 7,2
millones de trabajadores de las áreas urbanas del país trabajan sin acceso a
los derechos de la seguridad social. El informe titulado "Transición a la
formalidad en América latina y el Caribe"fue difundido ayer en esta
ciudad, en la segunda jornada de la 18» Reunión Regional Americana del
organismo, que integran funcionarios de gobiernos, sindicatos y empresas. La
tasa de informalidad de la Argentina coincide con el índice promedio de América
latina y el Caribe, y si bien es elevada, tuvo un descenso desde 2009, cuando
era del 49,2%. En el período, sin embargo, no se registró un alivio en la tasa
de informalidad del empleo juvenil. Según la OIT (que basa sus estudios en los
relevamientos oficiales), Costa Rica es el país con el índice más bajo, con el
30,7%, y el problema reviste la mayor gravedad en Guatemala, con una tasa del
73,6%. La problemática del trabajo fuera de la ley es un tema protagónico en
este encuentro, al que asisten 19 ministros de Trabajo -entre ellos, Carlos
Tomada- y más de 500 funcionarios y dirigentes de 33 países. La informalidad
está estimada para el universo total de asalariados e independientes. Respecto
del primer grupo, en el caso de la Argentina, el Indec difundió días atrás que
la falta de aportes afecta al 33,1 por ciento de los trabajadores. El organismo
de estadísticas no difunde, en sus informes periódicos, cuántos cuentapropistas
no hacen contribuciones a la seguridad social, pero esos datos están en la
encuesta permanente de hogares (EPH) y les permiten a los especialistas calcular
la tasa de irregularidad en ese grupo de trabajadores. Es un índice que sí
difunde, por ejemplo, el Barómetro de la Deuda Social de la Universidad
Católica Argentina (UCA): con base en un relevamiento propio, esa institución
educativa informó que en 2013 un tercio de los asalariados y siete de cada diez
cuentapropistas no tenían aportes; así, el índice general de informalidad
resultó de 49%, un nivel algo superior -pero no muy diferente- al informado
ahora por la OIT. En el promedio de la región, un 33,7% de los dependientes
está en vínculos irregulares, mientras que el 82,3% de los cuentapropistas
trabaja sin protección social. Así lo indicó, en una charla con periodistas, el
especialista en el tema de la oficina regional de la OIT, Juan Chacaltana. Este
problema, que desafía a adoptar estrategias desde varios ángulos, es más grave
entre los pobres y entre quienes tuvieron una menor formación educativa. En la
Argentina, entre las personas ocupadas que sólo accedieron, como máximo, a la
escuela primaria, la informalidad es de 64,8%, mientras que la tasa es algo
inferior a un tercio entre quienes lograron llegar a una educación de nivel
superior. Otro segmento de alta vulnerabilidad es la microempresa (1 a 10
empleados), en la que en la Argentina hacen tareas tres de cada diez
informales. El informe regional destaca que todos los países (salvo Honduras y
México) tuvieron alguna mejora desde 2009: en el promedio, se cayó de 50,1 a
46,8 por ciento. Sin embargo, ahora preocupan los efectos que tendrá la desaceleración
del ritmo de crecimiento de la economía
o incluso, como en el caso argentino,
la recesión. La marcha de la economía en todo el mundo, y en particular en la
región, despertó señales de alerta en el ámbito laboral, y así lo hizo notar
aquí el director general de la OIT, Guy Ryder, que en más de un discurso se
refirió a ese tema. "El proceso de crecimiento de la última década ayudó a
formalizar trabajadores, pero ello ocurrió también porque hubo voluntad
política para aplicar medidas", afirmó de todas maneras Chacaltana.
Explicó que en la última conferencia internacional del organismo tripartito
comenzó a hacerse un trabajo que podría terminar en una declaración o
recomendación a los países miembros (eso se conocería sólo a mediados del año
que viene) sobre las estrategias para mejorar la situación en tiempos no tan
buenos. "Se estima que en esta década se crecería, cada año, dos puntos
porcentuales menos respecto de la década pasada", dijo el especialista. Chacaltana,
que presentó la visión de la OIT sobre el tema junto con Fabio Bertranou y
Linda Deelen, de las oficinas de la Argentina y de Chile, respectivamente,
destacó la recomendación de tener un enfoque integrado al diseñar estrategias
contra la informalidad e identificó cuatro aspectos a considerar: la
productividad, las normas, los incentivos y la fiscalización. El informe
menciona algunas políticas decididas por países de la región en los últimos
años; se refiere, por ejemplo, a un sistema de sustitución de multas por
capacitación para pequeñas empresas instrumentado en Chile y a la recientemente
aprobada ley de promoción del empleo registrado en la Argentina, que entre
otros puntos reduce las cargas sociales y tributarias para pequeños
empleadores. El informe recomienda el camino de simplificar normas y pagos. Y
en ese sentido, cuenta experiencias de la Argentina, Brasil y Uruguay. En el
caso de nuestro país, el esquema relatado es el del monotributo, que permite a
independientes de hasta cierto nivel de ingresos hacer un pago mensual para
cubrir obligaciones impositivas y acceder a los servicios de salud y jubilación
futura. Sin embargo, esos esquemas representan un desafío en cuanto a su
sustentabilidad, porque prometen prestaciones sobre la base de aportes más
bajos que los requeridos. Según Bertranou, dada tal dificultad, la idea no es
promover que ese tipo de sistemas se mantengan para toda la vida laboral de un
persona, sino que sean un puente hacia una situación laboral que garantice el
mejor acceso a los derechos.
SIN BENEFICIOS
7,2 Millones
Es la cantidad de trabajadores de áreas urbanas que no
acceden a los derechos sociales
46,8%
Promedio en América latina
Es el porcentaje de trabajadores informales en la región –
tomado de la nación de ar
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