Cuatro razones porque
la mano dura no sirve
Posteado por Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Muchas
campañas políticas prometen combatir el crimen con firmeza. Es entendible.
Asediados por el crimen y la violencia, los ciudadanos piden una actitud más
firme del estado ante la delincuencia. Esta columuna fue originalmente
publicada en el blog Sin Miedos del Banco Interamericano de Desarrollo BID.
Por Pablo Bachelet
Pero también sabemos que a menudo la idea de más policías en
las calles y más jóvenes en las cárceles termina en el fracaso. Desde hace
décadas, y a pesar de reiterados esfuerzos de reprimir el crimen con tácticas
militarizadas, América Latina y el Caribe sigue teniendo tasas de homicidios
superiores a las europeas y asiáticas, incluso desde antes de la irrupción del
crimen organizado.
En Sin Miedos hemos planteado alternativas para que un plan
de seguridad ciudadana sea multidimensional y efectivo (vean, por ejemplo, este
post sobre nueve pasos para una gestión exitosa de seguridad ciudadana).
Pero ¿qué argumentos
sirven para neutralizar el canto de sirena de la mano dura?
Como parte de nuestra serie de videos realizados durante
nuestra reciente Clínica sobre Seguridad Ciudadana, le preguntamos a tres
expertos su opinión sobre la mano dura: El ex alcalde de Barcelona Jordi Hereu
i Boher; el ex superintendente de policías de escocia John Carnochan; y el
presidente del Citizen Crime Commission of New York City, Richard Aborn.
Sus respuestas están en este video pero resumiendo:
El primer argumento
es quizás el más obvio: la prevención no significa que la policía debe dejar de
perseguir a los criminales. Tanto en Barcelona como en Glasgow promovieron la
idea que el trabajo de prevención iba a complementar, y no quitar, del necesario
trabajo de la policía y los tribunales.
Segundo argumento: la prevención es un
mejor uso de fondos fiscales. Escocia estaba agobiada por la peor tasa de
homicidios de Europa y Carnochan, el entonces jefe policial, estaba bajo
presión para mostrar resultados. Su argumento: a la larga, la prevención sale
más barata. “Es costoso encarcelar la gente, es costoso investigar homicidios”,
dice. “Es mucho más barato prevenir en primer lugar”.
El tercer argumento es que la mano dura
aleja la policía de la comunidad. “Todo buen oficial de policía”, dice Aborn,
cuya ONG busca promover otras opciones para combatir el crimen, “sabe que la
mejor manera de prevenir el crimen es por medio de una relación cercana con la
comunidad”. “La comunidad te respeta, obtienes información de la comunidad,
puedes trabajar con la comunidad para atacar la delincuencia, puedes anticipar
dónde ocurrirán los delitos”.
El cuarto argumento
es que la mano dura no funciona sin una política urbana más amplia. Hereu dice
que las políticas represivas y lo que llama “reactivas” son “muy importantes”
pero “absolutamente insuficientes”. Menciona acompañar las acciones policiales
con políticas urbanas, de inclusión social, de cultura, educación, en buenas
cuentas, construir mejores ciudades con “un urbanismo más igualitario”.
Cada uno de estos argumentos abre paso a otros blogs. Por
ejemplo, hemos hablado de la policía comunitaria y el modelo de salud pública
que ocupó Glasgow. Y en el BID nos queda muy claro que lo que funciona en
Escocia no necesariamente funcionaría en Perú. Por son lecciones que sí
enseñan, y su adaptación local también puede funcionar, si se basan en el buen
uso de información y una rigurosa evaluación.
El sexto artículo basado
en una serie de vídeos “Tres Minutos con un Experto” que fueron grabados
durante nuestra Sexta Clínica de Seguridad Ciudadana, realizada el pasado mayo
en la Ciudad de México
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foto: Flickr CC GOVBA tomado de abc de Paraguay
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