viernes, 9 de enero de 2015

COP 20: UN MAL ARREGLO ES MEJOR QUE UN BUEN PLEITO


La cumbre del Clima: un mal acuerdo es mejor que un buen pleito (2) Escrito por Pablo Trejo Pérez       Los
países industrializados manejan un discurso favorable al cambio climático,  cuidar el medio ambiente. Pero cuando los países en vías de desarrollo imponen en sus fronteras leyes favorables al equilibrio ecológico, hablan entonces de barreras para la inversión. Así, los acuerdos sobre cómo evitar el calentamiento global y combatir el cambio climático se
convierten en un verdadero frente de guerra, en el que los países en vías de desarrollo acaban exigiendo que los países industrializados asuman las acciones de sus compañías. Lo siguiente se pudo observar en la cumbre Mundial del Clima, en Lima, capital de Perú.El reto de la cumbre era enorme: la necesidad de controlar el termostato del planeta para evitar que la temperatura aumente más de dos grados, el límite señalado por la ciencia para evitar consecuencias catastróficas. Se trata de lograr el entendimiento entre los que más contaminan (y más han contaminado) y los que más sufren los efectos del cambio climático. La lucha contra el cambio climático presenta tres pilares:
$11.    Es una responsabilidad común pero diferenciada: el pacto enuncia el objetivo de alcanzar un acuerdo ambicioso en 2015 y reitera el principio de responsabilidad común pero diferenciada de todas las partes en cuanto al calentamiento, un principio inscrito en la Convención de la ONU.
$12.    El estándar lo fijará la Ciencia, no la Política. El mensaje de la ciencia ha sido muy claro: si no se empieza a trabajar desde ya en la reducción de emisiones de efecto invernadero, el calentamiento global puede crear efectos devastadores a lo largo de todo el planeta.
$13.    Es necesario un mayor financiamiento, tipo la “tasa verde” (la que paga por árboles plantados, ríos limpios, etc.): se llama a los países desarrollados a proporcionar una ayuda financiera reforzada a los países en vía de desarrollo, en particular a los más vulnerables, para reducir las emisiones y adaptarse al cambio climático.
Todos los países participantes presentarán ante la ONU, a lo largo de 2015, sus compromisos “cuantificables” en reducción de gases de efecto invernadero. Deberán ser presentados antes de marzo de 2015 por "las partes listas para hacerlo" y antes de la conferencia de París para las demás. Se trata de algo inédito hasta ahora, ya que la lucha contra el calentamiento global siempre había recaído sobre los países desarrollados, responsable del 80% de las emisiones globales.
Las medidas quedan al libre juicio de los países, pero se debe ir más allá de las acciones ya emprendidas.
Tendrá que contener informaciones sobre el año de referencia, el periodo de compromiso, un calendario de puesta en acción, el método de cálculo elegido, un plan de acción por sector.
 Serán compilados por el secretario, que preparará una síntesis para el 1 de noviembre de 2015, con el fin de comparar el esfuerzo global con el objetivo de limitar a 2°C el incremento de la temperatura del planeta.
La importancia de la Conferencia de Lima es que ha permitido alcanzar un acuerdo para lo que será el Protocolo de París, en 2015, donde se tiene que aprobar un nuevo acuerdo para luchar contra el calentamiento global que tiene que incluir a todos. La meta es sustituir al ya ineficaz Protocolo de Kioto, en vigor desde 2005, que tan solo obliga a reducir emisiones a los países desarrollados. Todos prevén que ese acuerdo ahora, aunque sigue siendo impensable, está más cerca. Lo ocurrido en  Lima, como dice el refrán, ha sido un mal acuerdo para evitar un buen pleito. TOMADO DE PUNTO CRITICO POR SUGERENCIA DE ENVIO DE BOLETIN GAL DE CHILE 

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