La economía mundial:
tiempo pasado y futuro
En otros países, el peligro radica en el sector corporativo.
Muchas empresas brasileñas están fuertemente endeudadas en dólares. Una serie
de incumplimientos de pagos corporativos podrían resultar menos espectaculares
que las crisis de deuda soberana de Asia en los 90, pero pondrán nerviosos a
los inversionistas e impulsarán al dólar.
Perspectiva. Mientras en años anteriores la economía de
diversos países ha enfrentado crisis, en el 2015 se esperan crecimientos,
aunque algunos leves China contribuye desproporcionadamente al crecimiento
económico del mundo.
Un desplome financiero en Rusia, declinantes precios del
petróleo, un dólar fuerte, una nueva fiebre del oro en Silicon Valley, una
economía estadounidense renaciente, debilidad en Alemania y Japón, monedas
tambaleantes en los mercados emergentes desde Brasil hasta Indonesia, un
demócrata acosado en la Casa Blanca. ¿Es esa un pronóstico del mundo en 2015 o
un retrato de fines de los años 90? La
historia económica reciente ha estado tan dominada por la crisis crediticia de
2008-2009 que es fácil olvidar lo que sucedió en las décadas previas. Sin
embargo, examinar la situación hace unos 15 años es instructivo, en términos de
qué hacer y qué evitar. Entonces, como ahora, Estados Unidos estaba a la
vanguardia de una revolución digital disruptiva.
El advenimiento del internet provocó un estallido de
innovación y euforia en torno de las perspectivas de Estados Unidos. Para 1999,
el PIB estaba aumentando en más de 4 por ciento anualmente, casi el doble del
promedio de los países ricos, y el desempleo había caído a 4 por ciento, su
nivel más bajo en 30 años. Los inversionistas extranjeros impulsaban al dólar y
los precios de las acciones. El índice S&P 500 se elevó a casi 30 veces las
utilidades y las acciones de tecnología no dejaban de aumentar.
El optimismo en Estados Unidos contrastaba
significativamente con el pesimismo en otras partes, como ocurre actualmente.
La economía de Japón se había deslizado hacia la deflación en 1997. Alemania
era "el hombre enfermo de Europa", con sus compañías refrenadas por
rígidos mercados laborales y otros costos altos.
CRISIS DESPLOMA
MONEDAS
Los mercados emergentes, tras haber subido como la espuma,
estaban en crisis: entre 1997 y 1999, los países desde Brasil hasta Tailandia
veían desplomarse sus monedas conforme el capital extranjero huía y las deudas
denominadas en dólares se volvían impagables.
Eventualmente, Estados Unidos también se topó con problemas.
La burbuja de las acciones de tecnología estalló a principios del 2000,
provocando una caída más amplia de los precios accionarios. La inversión
empresarial, particularmente en tecnología, se hundió y, conforme caían los
precios de las acciones, los consumidores recortaban sus gastos. Para
principios de 2001, Estados Unidos, junto con la mayor parte del mundo rico, se
había deslizado hacia una recesión, aunque moderada.
Inevitablemente, los paralelos no son perfectos. La mayor
diferencia es China, un jugador menor en 1999 y ahora la segunda economía más
grande del mundo, contribuyendo desproporcionadamente al crecimiento mundial.
Sin embargo, hay tres tendencias en marcha que desestabilizaron a la economía
mundial entonces y pudieran hacer lo mismo ahora.
VUELO PELIGROSO
La primera es la brecha entre Estados Unidos, donde el
crecimiento se está acelerando, y casi todos los demás lugares, donde se está
desacelerando. A fines de los 90, Larry Summers, entonces subsecretario del
Tesoro de Estados Unidos, advirtió que la economía mundial estaba "volando
con un solo motor".
Para 2015, el panel de pronosticadores de The Economist
espera un crecimiento del 3 por ciento en Estados Unidos, comparado con 1.1 por
ciento en Japón y la zona del euro. La tasa de crecimiento de China pudiera
caer a alrededor del 7 por ciento.
Los estadounidenses pueden consolarse con la idea de que,
como a fines de los 90, la brecha del optimismo está parcialmente justificada. Se
están creando empleos en su país más rápidamente que en cualquier otro momento
desde 1999, la gasolina barata ha animado el gasto de consumo y la inversión
empresarial ha repuntado.
Sin embargo, las noticias no son todas buenas. El petróleo
más barato pudiera llevar a muchos de los productores de esquisto de Estados
Unidos a la bancarrota en 2015, mientras que un dólar más fuerte y la debilidad
en el exterior perjudicarán a los exportadores, como sucedió hace 15 años. Gran
Bretaña, el otro triunfador anglófono, también pudiera ser apaleado por los
males de la zona del euro.
El segundo paralelo preocupante en relación con los 90 es la
desalentadora perspectiva para las otras dos grandes economías del mundo rico.
La tasa de crecimiento de Alemania ha caído a alrededor de 1 por ciento, y hay
un malestar más profundo causado por años de subinversión, una política
energética desastrosa y un gobierno que está demasiado obsesionado con las
metas fiscales para gastar dinero y demasiado temeroso de sus votantes para
impulsar el tipo de reformas estructurales que introdujo el canciller Gerhard
Schroder en 2003.
Mientras tanto, Japón ha repetido el error que cometió en
1997, frustrando su escape del estancamiento con un aumento prematuro en su
impuesto al consumo.
El tercer eco de los 90 es el peligro en los mercados
emergentes. En ese entonces, el problema eran los tipos de cambio fijos y la
elevada deuda externa. Ahora las deudas son menores, los tipos de cambio son
flotantes y la mayoría de los gobiernos han acumulado reservas.
RIESGO EN ÁFRICA
No obstante, hay crecientes signos de problemas;
especialmente en Rusia. Asimismo, otros exportadores de mercaderías parecen
vulnerables, particularmente en África. El petróleo representa 95 por ciento de
las exportaciones de Nigeria y 75 por ciento de sus ingresos gubernamentales.
Ghana ya ha acudido al Fondo Monetario Internacional en busca de apoyo.
Sumemos todo esto y parece probable que 2015 será
accidentado. Los pesimistas apostarán a que un dólar al alza, junto con el
sopor en la zona del euro y algunas crisis de mercados emergentes,
eventualmente provocarán una desaceleración en Estados Unidos.
EL SISTEMA FINANCIERO MUNDIAL ESTÁ MENOS VULNERABLE
SOLIDEZ • En el lado positivo, los mercados accionarios no
parecen tan espumosos como en los 90: la proporción precio/ingresos del S&P
500 es de 18, no muy por encima de su promedio histórico. Aunque muchas grandes
empresas tecnológicas están invirtiendo imprudentemente, la mayoría tiene hojas
de balance decentes.
El sistema financiero mundial está menos apalancado y, por
tanto, es menos vulnerable al contagio. En 1998, el incumplimiento de pagos de
Rusia hizo caer a LTCM, un gran fondo compensatorio estadounidense. Esos
efectos colaterales son menos probables actualmente.
Sin embargo, si la economía mundial tropieza, restablecer la
credibilidad será más difícil esta vez porque los formuladores de políticas
tienen muy poco espacio para maniobrar. En 1999, la tasa de la Reserva Federal
era de alrededor de 5 por ciento, dejando mucho espacio para los recortes
cuando la economía se desaceleró. En la actualidad, las tasas de interés en el
mundo rico son cercanas a cero.
La escena política también es diferente, y no de buena
manera. A fines de los 90, la mayoría de la gente en el mundo rico había
disfrutado los frutos del auge. Los salarios estadounidenses medios se elevaron
en 7.7 por ciento en términos reales entre 1995 y 2000. Desde 2007, en
comparación, no han registrado cambios en Estados Unidos y han caído en Gran
Bretaña y gran parte de la zona del euro.
En todo el mundo rico los votantes ya están molestos con sus
gobiernos, como muestran los números de las encuestas y su disposición a votar
por partidos de protesta. Si se les exprime el año próximo, el descontento se
convertirá en ira.
La economía de 2015 quizá parezca similar a la de fines de
los 90, pero la política probablemente estará peor. Economist , tomado de nuevo
diario de Nicaragua
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