Empresas B: un nuevo
concepto que conjuga el negocio con procesos amigables con el ambiente y la
sociedad Varias compañías argentinas comenzaron a cambiar sus objetivos y
formas de trabajo para obtener la certificación BCorp; el respeto a la
naturaleza, beneficios laborales y acción social están entre sus objetivos
Por Laura Rocha | "Ser
la mejor empresa para el mundo y no la mejor del mundo" es una definición
adecuada para comprender una nueva filosofía que comenzaron a adoptar muchas
compañías en los últimos años. Es el sistema B, la certificación B o Bcorp,
según su nombre en inglés.
Una Empresa B no está determinada por el rubro, el tamaño o
la facturación: es una compañía comprometida a generar un cambio, que considera
en sus decisiones a los consumidores, a los trabajadores, a la comunidad, a los
inversores y al ambiente. Su objetivo es combinar el negocio con aportes
sociales y el cuidado del hábitat en el ámbito en el que se desarrolla. Una
tienda de alimentos, una gran empresa de cosméticos, una fábrica de té gourmet,
una compañía que crea sus propios diseños a partir de desechos, una metalúrgica
e incluso un medio de comunicación han conseguido la certificación en nuestro
país. De las más de 30 empresas que ya forman parte de este ecosistema, 20
están radicadas en la ciudad o en la provincia de Buenos Aires. Una Empresa B
no está determinada por el rubro, el tamaño o la facturación: es una compañía
comprometida a generar un cambio
El Sistema B plantea un compromiso real, escrito en los
estatutos de la compañía. Y debe renovarse cada dos años. El desafío plantea
cambio e innovación, y también compromiso.
"El sistema promueve la transición hacia economías
sustentables, teniendo como prioridad el desarrollo de las Empresas B. Nacieron
en los Estados Unidos (B corporation) y se extendieron a Chile, la Argentina,
Brasil y Colombia, de la mano de Sistema B", explicó Florencia Güenzani,
una de sus responsables en el país. "BLab es la fundación que creó el
concepto de Empresa B y es la que certifica a nivel global. Nosotros tenemos
una alianza con ellos y promovemos a las empresas B. Pero la visión de sistema
B es mucho más amplia. Entre su público están las empresas", agregó
Güenzani. La certificación es una revisión detallada de todos los procesos de
una empresa que busca identificar posibles áreas de mejora y oportunidades para
ser un agente de cambio. En todo el mundo hay unas 1195 empresas certificadas;
128 de ellas están en América del Sur.
LA MAYOR Hace poco más de un mes certificó Natura, la
empresa más grande hasta el momento que se ha incorporado al sistema. "Hoy
somos la mayor empresa del mundo en tornarse Bcorp y la primera de capital
abierto en América latina. La certificación nos dará una gran oportunidad para
evolucionar constantemente en nuestra estrategia, pues creemos que podremos
contribuir influyendo en empresas y organizaciones en la construcción conjunta
de nuevas soluciones de negocios sustentables", dijo Sabina Zaffora,
gerenta de Sustentabilidad de Natura. La empresa es reconocida por la
producción de cosméticos respetando la naturaleza y por los variados programas
de responsabilidad social corporativa, el cumplimiento de estándares
internacionales y el desarrollo social que realiza. Pero Zaffora destacó:
"La diferencia de la certificación B respecto de las ISO es que estas
últimas sólo certifican la estandarización de un proceso específico y no de un
conjunto de procesos, como lo es toda la operación de una empresa".
Una Empresa B combina el negocio con aportes sociales y el
cuidado del hábitat en el ámbito en el que se desarrolla
Pedro Friedrich es responsable de Tonka, una metalúrgica que
produce dispositivos de seguridad para la industria del gas natural. Funciona
desde hace 44 años. Ya promovían acciones sociales, pero ahora están dentro del
objetivo de la empresa. "Lo más importante era que teníamos que cambiar el
concepto de para qué existe nuestra empresa. Simplemente para ganar dinero no
nos alcanzaba. Teníamos que reinventar el propósito de la empresa: toda nuestra
producción tradicional la estamos reenfocando y tiene que ver con las energías
alternativas, como las instalaciones solares", dijo a LA NACION.
Friedrich está muy contento con la decisión que tomó hace
dos años. "Es increíble ver cómo cambia el humor de los
trabajadores", aseguró. "Hay productos, por ejemplo, que permiten
eliminar el despilfarro del gas: 10 o 15 millones de metros cúbicos de gas por
día que se pierden con la llama piloto. Desarrollamos una línea de productos
que prescinde de esa llama", agregó. Él fue uno de los impulsores del
proyecto de ley que presentó la Fundación Vida Silvestre para que se incorporen
al mercado y se puedan sustituir los calefones tradicionales.
La Costurera es otro de los emprendimientos que funcionan en
este ecosistema que persigue la sinergia positiva. Se trata de una interfase
que conecta productores, compañías o emprendedores con trabajadores textiles,
aquellos que muchas veces no reciben un pago justo y en casos extremos, son esclavizados.
La idea nació cuando Roi Benítez se puso a pensar de qué
forma podía generar un espacio sustentable con una actividad con la que nació.
"Mi madre es costurera y a los 25 perdió gran parte de la audición de su
oído izquierdo por el ruido de las maquinarias en una fábrica textil. Siguió
trabajando en casa durante muchas horas con esa premisa de que más se trabaja,
más se gana. Y no resultaba. La recuerdo horas y horas sentada frente a la
máquina trabajando en un mundo informal", relató Benítez.
En todo el mundo hay unas 1195 empresas certificadas; 128 de
ellas están en América del Sur.
Lo que hacen en La Costurera es producir junto a sus
Unidades Productivas Asociadas (UPA). En su mayoría son talleres que se
encuentran en Gregorio de Laferrère, partido de La Matanza. "La idea es
destacar la importancia de su aporte en el crecimiento de nuestra organización
y en la prestación de servicios de calidad. conectarse con compañías que tienen
alguna necesidad de refacción o creación de un producto textil", agregó
Benítez. El emprendimiento busca afianzarse y poder construir CASACosturera, un
espacio integral de capacitación y generación de oficio textil en Laferrère.
"Queremos financiar este sueño mediante crowdfunding", agregó
Benítez. La idea y el proyecto pueden verse en http:
/idea.me/projects/26257/casa-costurera. Noticias Positivas, cuyo programa de
radio se sintoniza en FM Palermo, fue el primer medio de comunicación que
obtuvo la certificación, en mayo del año pasado. "Estamos orgullosos de
ser parte de la comunidad global de empresas B. Como compañía de medios no
buscamos maximizar el beneficio
económico sino encontrar un equilibrio que nos
permita ejercer el periodismo con una línea editorial optimista para lograr el
mayor impacto positivo posible. Gracias al apoyo de empresas comprometidas con
la sustentabilidad y la responsabilidad social empresaria hemos podido sostener
nuestro programa en Radio Palermo FM 94.7 y luego poner ese contenido online
disponible en forma gratuita para que radios de todo el mundo puedan emitirlo
sin ningún costo", explicó Andrea Méndez Brandam, directora de la empresa.
"Haber logrado la certificación significa ser parte de
la nueva generación de empresas; lo tomamos como un gran compromiso que, por la
modalidad de recertificar cada dos años, nos desafía a analizar nuestros
resultados para obtener cada vez un mejor puntaje y, por ende, un mejor
desempeño social y ambiental", comentó Graciela Melgarejo, editora general
de Noticias Positivas. El primer paso para certificar como una empresa B es el
cuestionario: son aproximadamente 100 preguntas que abarcan cinco áreas de la
empresa: gobernanza, modelo de negocios, prácticas ambientales, y laborales y
ambientales.
Greca es otro ejemplo de las empresas que se reenfocan con
un objeto social y ambiental. Este emprendimiento comenzó como una iniciativa
que convertía deshechos en diseños originales. No es poco, pero a sus
impulsores no les alcanzaba y comenzaron a trabajar con cooperativas de
trabajadores para crear objetos. "Este año volvimos a certificar. Habían
pasado dos años y quedó demostrado que la empresa es sustentable en los
distintos niveles; no queda sólo en que los materiales que se usan provienen de
la basura", explicó Rocío González, arquitecta y cofundadora de Greca
junto a Lucas Campodónico. Lo que a mí me mueve ahora es que tenga un impacto
en serio, no sólo el aporte del diseño y la estética. El crecimiento siempre es
difícil", agregó.
PASOS PARA CERTIFICAR
El primer paso para certificar como una empresa B es el
cuestionario: son aproximadamente 100 preguntas que abarcan cinco áreas de la
empresa: gobernanza, modelo de negocios, prácticas ambientales, y laborales y
ambientales. Para poder seguir el proceso hay que observar cuál es el resultado
que se obtuvo, que tiene que estar entre los 80 y los 200 puntos. En el caso de
Natura, por ejemplo, al final del proceso la empresa obtuvo 111 puntos, una de
las clasificaciones más altas en comparación con el promedio de todas las
empresas B, que es de 98 puntos. Pero lo interesante de esta herramienta es
que, como es gratuita y está disponible online, comenzaron a consultarla
empresas que no necesariamente comenzaron el proceso para transformarse en B.
Virginia Pittaro es directora ejecutiva de Sistema B en la
Argentina y contó que hay 17.000 compañías que usan el cuestionario para
evaluar su propio desempeño. Si la intención es certificarse luego del
cuestionario y de verificar el puntaje, es necesario presentar la documentación
así como también una exhaustiva auditoría. Si la intención es certificarse
luego del cuestionario y de verificar el puntaje, es necesario presentar la
documentación así como también una exhaustiva auditoría.
"Hoy trabajamos en tres focos: con la empresa B,
compartir la idea, difundirla para que muchos puedan transitar ese camino;
luego, desarrollar el ecosistema B con el sector académico, el público, el de
la inversión de impacto (industria de inversores) y líderes en general, y el
tercero, en el desarrollo institucional", dijo Pittaro. Sistema B no sólo
certifica, como B Lab, sino que capacita, conecta y crea. Esta vuelta la dio
Pedro Tarak, el creador de la organización, que también tiene sedes en Chile,
Brasil, Uruguay y Colombia. En este momento se trabaja en una legislación que
permita que las empresas tengan un objeto social que vaya más allá del lucro.
Lo que se busca es reformar la ley de sociedades para que exista la opción B. Además
de en la ciudad y la provincia de Buenos Aires hay empresas que obtuvieron el
sello en Mendoza, Córdoba y la Patagonia. Si bien el movimiento es incipiente,
no para de crecer. "Es compartir una tendencia mundial de negocios, y al
compartirlo se genera una empatía muy grande", sostuvo Pittaro. "Parece
muy intangible, pero es la razón número uno por la que muchos se suman, porque
ven esto como una forma concreta para materializar una nueva forma de hacer
negocios", concluyó. Greca. "La empresa es sustentable en distintos
niveles, no es sólo que usamos materiales que vienen de la basura" Foto: Silvana Colombo y Ricardo Pristupluk
Este emprendimiento comenzó con el objetivo de crear objetos
con diseños originales a partir del uso de desechos ordinarios. Aunque les iba
bien, sus directores decidieron reorientar la filosofía de la empresa para
incluir objetivos sociales y ambientales. Ahora elaboran productos en conjunto
con cooperativas de trabajadores. Este año realizaron su segunda certificación
como Empresa B. Natura. "Creemos que podemos influir en empresas y
organizaciones para construir nuevas soluciones" Foto: Silvana Colombo y Ricardo Pristupluk
Es la empresa más grande entre las que ya se incorporaron al
Sistema B. Esta compañía de cosméticos es conocida por la producción de
productos mediante procesos respetuosos de la naturaleza; a eso le suman
variados programas de responsabilidad social corporativa, el cumplimiento de
estándares internacionales y el desarrollo social, tanto hacia fuera como
dentro de la compañía. TOMADO DE NACION DE AR
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