Plantas frutales: hay
unos 5600 ejemplares en las calles porteñas Naranjos, nísperos, limoneros,
moras y ciruelos, entre otras especies, son aprovechados por vecinos; la Ciudad
desalienta su plantación por la suciedad que generan
Por Marina Mon | Un
ejemplar de naranja amarga, en Devoto. Foto: Daniel Jayo
Los vecinos de la ciudad valoran sus cuadras arboladas,
especialmente en verano, cuando su sombra protege de los rayos del sol. Pero lo
que muy pocos saben es que, además, pueden beneficiarse con las frutas que
algunos de ellos proveen. Y es que solamente en la Capital hay cerca de 5600
ejemplares de naranjos, nísperos, mandarinos, paltas, limoneros, bananos,
ciruelos, olivos, moras y tilos, entre otras especies, cuyos frutos son
utilizados por los vecinos, incluso, hasta para hacer dulce. Los frutales de la
ciudad fueron plantados por inmigrantes europeos en el siglo XIX. La actual ley
porteña no permite la plantación de especies en la vía pública por una cuestión
de higiene y, también, porque sus frutos suelen provocar accidentes menores a
los transeúntes. Aunque sí habilitó que se cultiven en jardines particulares.
En toda la ciudad hay 435.000 árboles de distintas especies, según datos
oficiales. Ludmila Medina es una porteña que en 2012, a pedido de una empresa
privada, hizo un censo de árboles y fue entonces cuando se percató de la gran
cantidad de ejemplares con frutos que se echaban a perder, ya que no se
consumían.
Floresta, Liniers, Caballito y Monte Castro, entre otros,
suelen ser recorridos por Ludmila y sus seguidores en época de cosecha, para
así aprovechar sus frutos, como si se tratara de un premio en kermés, siempre
pidiendo previamente permiso a los vecinos de la cuadra. El recorrido incluye
nociones de botánica y fisiología, de cómo cortar correctamente una rama sin
dañar el ejemplar y cómo regarlo y cuidarlo para preservarlo. "Es una
manera de que valoren más el arbolado urbano", dice Ludmila, que es
inspectora del gobierno porteño y promueve "una mejor poda, una mayor
plantación y más apoyo por parte de la comunidad". CONTAMINANTES La ingeniera agrónoma Gloria Salato, de la cátedra de
Fruticultura de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó que los árboles
en las veredas están expuestos a contaminantes como basura, combustión de
vehículos y deposiciones de animales. Aclaró que hasta el momento no se han
realizado estudios para determinar si la contaminación afecta al fruto, por lo
que se deben extremar los cuidados en caso de consumirse. "Deben pelarse,
lavarse bien con agua segura o vinagre. Ésas son las medidas
aconsejables", dijo Salato. Ludmila Medina, en cambio, considera que los frutos
de la calle son "más sanos que los que se venden en fruterías o
supermercados". Y agregó: "No tienen agroquímicos, ni ceras, ni
pesticidas. La contrapartida es que se apestan fácilmente". En el
Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad indicaron que los frutos
de los árboles de la calle son consumibles si se encuentran en el punto justo
de madurez. "Las mandarinas son geniales, tienen un aroma y un sabor que
me hacen acordar a las que tenía de chica en el campo", se entusiasma
Irma, vecina de Flores. Las paltas son otros frutos muy apreciados por los
porteños. "En los comercios suelen ser muy caros, pero en la calle son
gratis y muy tiernos, las plantas están siempre llenas y nos la pasamos
haciendo guacamole", dice Néstor, con un gran ejemplar en la puerta de su
casa, en el corazón de Belgrano. Otras especies, como el aguaribay, son
prácticamente desconocidas. Este árbol produce una variedad de pimienta rosa
muy utilizada en la gastronomía por su sabor suave y particular. Y el Ginkgo
biloba tiene fama bien ganada como regulador del flujo sanguíneo y reactivador
de la actividad cerebral.
Así, algunos porteños sacan provecho de las plantas frutales
que crecen, casi inadvertidas, en medio de la selva de cemento. UNA INICIATIVA
QUE PRENDIÓ EN OTRAS CIUDADES La iniciativa de Ludmila Medina, que hizo un
censo en 2012 en la Capital, ya tuvo eco en otros ciudades, como por ejemplo
Bahía Blanca, donde se contabilizaron 39 árboles, entre los que se cuentan
ejemplares de olivos, ciruelos y damascos.
Otra de las ciudades en la que se efectuó un relevamiento
similar fue en Corrientes, donde se advirtieron 38 árboles, con variedades como
maracuyá, mango, mora, guayaba, mamón, granada y cítricos.
Un estudio determinó, además, que en la ciudad de Córdoba
hay preponderancia de moras y naranjas, mientras que en Rosario los vecinos ya
contribuyeron con la identificación de 24 naranjos, pomelos Gingkos Biloba y
paltas.
EL PATRIMONIO VERDE PORTEÑO
435.000 árboles
Es la totalidad de ejemplares que hay entre las aceras y los
espacios verdes de la ciudad, y que incluye a los frutales
38.687 ejemplares
Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda son los barrios que
más plantas tiene, según el último censo realizado en 2011
300 especies
Esa cantidad hay en los espacios verdes porteños. El fresno
americano es el más frecuente (39,3%) tomado de nación de ar
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