Temporada alta de pingüinos: los mejores lugares del país
para verlos
De Chubut a Tierra del Fuego, el verano es el momento justo
para visitar las pobladas colonias de los plumíferos más elegantes, cuando
tienen crías y antes que emigren. Por Carlos W. Albertoni |
Foto: CORBIS Llegan
cuando el invierno se extingue sin remedio, allá en las últimas semanas de
septiembre. Y se van cuando los primeros fríos anuncian el final del buen
tiempo, en abril. Los pingüinos son habitantes estacionales de la Argentina y
forman sus colonias durante la primavera y el verano de cada año. Sobre el
litoral marítimo de la región patagónica, estas colonias se componen de
ejemplares que en su gran mayoría emigran desde las aguas cálidas del sur de
Brasil para reproducirse y criar a sus pichones durante los siete meses más
calurosos de la temporada. Después, las aves regresan otra vez a los mares
brasileños para reiniciar así el ciclo de sucesivas migraciones que se repite
temporada tras temporada.
En la Argentina casi todas estas colonias estacionales están
formadas por pingüinos de Magallanes, una especie de casi medio metro cuya
característica más saliente es que tienen una cabeza negra con una franja
blanca alrededor del ojo y los oídos. Sin embargo existen además colonias de
pingüino papúa y de penacho amarillo, este último conocido también como pájaro
bobo saltador por su costumbre de moverse de un lugar a otro con saltos torpes
y muy pequeños. "Las colonias de magallánicos son muy numerosas y en
algunos pueden llegar a tener un millón de ejemplares, como es el caso de la
asentada en Punta Tombo. Las colonias de las otras especies son realmente
excepcionales y sus poblaciones son bastante escasas en relación a las de los
magallánicos, aunque su interés está dado justamente en esa excepcionalidad",
dice Carlos Zonza Nigro, actual titular del Ente Patagonia Argentina, organismo
oficial que agrupa la actividad turística en la región más austral del país.
Prácticamente la totalidad de estas colonias de pingüinos se
encuentra en áreas protegidas, muchas acondicionadas especialmente para ser
visitadas por el turismo. En el noreste chubutense, la ya mencionada Punta
Tombo es la colonia que mayor número de turistas atrae, especialmente en
diciembre y enero en los que la población de pingüinos alcanza su mayor número
anual.
Sin embargo, casi todas las otras colonias se han
acostumbrado a recibir importantes contingentes de visitantes, tanto como para
haber convertido las pingüineras en uno de los principales atractivos
turísticos para aquellos que viajan a la Patagonia. "El número de turistas
que llega a las colonias de pingüinos se incrementa año tras año, por eso fue
necesario mejorar los accesos y también las instalaciones montadas alrededor de
las colonias, para permitir así un adecuado avistamiento de las aves y que no
altere perjudicialmente el espacio natural", detalla Zonza Nigro.
La colonia más septentrional del país se encuentra en el
islote Redondo, sobre las costas de la provincia de Río Negro. Y la más austral
está en la isla Martillo, en el archipiélago de Tierra del Fuego. Entre una y
otra hay una gran cantidad de pingüineras que pueden visitarse, algunas
enormes, otras mucho más pequeñas. La siguiente es una lista con cinco
imperdibles. Como para agendar antes de salir de viaje hacia el sur patagónico.
ESTANCIA SAN LORENZO, CHUBUT
En el norte de Chubut, Península Valdés es uno de los
santuarios de fauna más importantes del país. Allí habitan importantes
poblaciones de lobos marinos, elefantes marinos, cormoranes, orcas y ballenas
francas. Y también de pingüinos magallánicos, cuya principal colonia se
encuentra en el extremo norte de la península, en la zona ocupada por la
Estancia San Lorenzo. Formada por medio millón de ejemplares, esta colonia es
la segunda más grande de la Argentina y puede ser visitada a través de un
sendero de ochocientos metros que serpentea entre las cuevas cavadas en la
tierra en las que las aves empollan sus huevos.
"La puesta de los huevos se realiza en octubre y la
gestación dura exactamente cuarenta días, período en el que los padres se
turnan para empollar e ir al mar a alimentarse. En San Lorenzo hay cuevas que
están a más de un kilómetro de la costa, lo que obliga a los pingüinos que
ocupan esos nidos a hacer un muy largo y lento camino hasta el agua, que les
puede demandar casi todo el día", explica Carlos Zonza Nigro, que además
de estar al frente del Ente Patagonia Argentina es también titular de la
Secretaría de Turismo de Chubut.
PUNTA TOMBO, CHUBUT
Punta Tombo es la mayor colonia continental de pingüinos
magallánicos del mundo. Es una estrecha franja pedregosa de tres kilómetros de
largo al sur de la ciudad chubutense de Trelew, con zonas de arenas muy finas
que resultan ideales para que los pingüinos caven sus nidos y un desnivel
costero muy suave, que favorece el desplazamiento de las aves desde las cuevas
hasta el mar. Declarada en 1985 como Reserva Natural Faunística, Punta Tombo
cuenta con enormes pasarelas de madera que recorren más de un kilómetro entre
los nidos y acaban en dos amplios miradores que miran a las aguas oceánicas en
las que diariamente se zambullen varios centenares de miles de pingüinos en
busca de su alimento.
"El mar es el lugar en el que los pingüinos pasan la
mayor parte de sus vidas. Por eso estamos proyectando crear una amplia zona
protegida de 400 mil hectáreas marinas alrededor de las costas de Chubut que
permita garantizar el alimento que necesitan los pingüinos", especifica
Zonza Nigro.
ISLA PINGÜINO, SANTA CRUZ
Puerto Deseado es una ciudad pesquera de Santa Cruz. Frente
a ella, a quince minutos de navegación y sobre las aguas atlánticas, se
encuentra la maravillosa isla Pingüino, un pequeño promontorio rocoso siempre
azotado por las olas y habitado por dos grandes colonias de pingüinos de
Magallanes y de penacho amarillo. Ambas colonias están en las costas opuestas
del islote, los primeros sobre las orillas que dan al Norte y los segundos,
sobre el litoral austral.
"A la isla Pingüino se llega en naves pequeñas y los
desembarcos suelen hacerse sobre la costa norte, donde se encuentran unos tres
mil ejemplares de magallánicos. A la colonia de los penacho amarillo se llega
luego de una caminata que atraviesa la isla, en cuyo centro hay un viejo faro
abandonado. Detrás de ese faro hay dos mil pingüinos de penacho, una especie
que es la más pequeña de todos los pingüinos existentes, pero también una de
las más agresivas, ya que cuidan con mucho celo sus territorios. Por eso, al
caminar entre ellos los turistas deben tratar de guardar una distancia
prudencial para que los animales no traten de morderlos", cuenta Santiago
Aberastain, secretario de Turismo de Puerto Deseado.
CABO VÍRGENES, SANTA CRUZ
Cabo Vírgenes es el punto continental más austral de
América, ya que al sur de allí sólo se encuentra el archipiélago de Tierra del
Fuego. Además marca la frontera oriental del estrecho de Magallanes y el límite
oceánico entre el Atlántico y el Pacífico.
En este inhóspito lugar de la provincia de Santa Cruz se
encuentra una enorme colonia de pingüinos magallánicos formada por más de
trescientos mil ejemplares que comparten su hábitat con varias especies de
aves, como cormoranes imperiales, halcones peregrinos, palomas antárticas y gaviotines
de cola larga. Desde hace varios años, la zona fue declarada Reserva Provincial
y la forma de acceder es a través de la legendaria Ruta 40, siguiendo hacia el
sur un rumbo de ripio de algo más de 130 kilómetros desde la ciudad de Río
Gallegos. El área protegida abarca una superficie de 49 hectáreas y puede ser
recorrida por una muy larga pasarela de madera de 1500 metros que termina
frente al mar.
ISLA MARTILLO, TIERRA DEL FUEGO
La Estancia Harberton fue fundada por el pionero inglés
Thomas Bridges en 1886 y es considerada la más antigua de todas las que existen
en el archipiélago de Tierra del Fuego. Está juntos a las gélidas aguas del
canal Beagle y desde su muelle es posible navegar hasta la isla Martillo, un
sitio utilizado originalmente por la familia Bridges para la cría de ovejas que
hoy es una reserva natural ocupada por dos colonia de pingüinos, una muy grande
de la especie magallánica y otra mucho menor de la especie papúa.
"Los magallánicos son casi diez mil, mientras que los
papúa apenas si suman unos cientos. Eso se debe a que el papúa es una especie
esencialmente subantártica que habita las Malvinas, las Shetland del Sur y las
Kerguelen. Sin embargo, desde hace largo tiempo algunos ejemplares llegan hasta
aquí para anidar en el final de septiembre y se quedan hasta abril, cuando
vuelven al mar", precisa Patricio Massa, del Instituto Fueguino de
Turismo.
EL REY DE LAS MALVINAS
Las Malvinas, las Orcadas del Sur y otras islas
subantárticas -como las Shetland del Sur y la 25 de Mayo- son también el
hábitat de grandes colonias de pingüinos. En las Malvinas coexisten en la
actualidad algo más de un millón de individuos durante la época de
reproducción, de los cuales la mayoría corresponde a las especies Magallanes y
rey, esta última considerada la segunda más grande del mundo luego de la
especie emperador. El pingüino rey es un pequeño gigante que llega a medir
ochenta centímetros, tiene el vientre blanco, el dorso de un color gris
plateado, una cabeza marrón y un pecho que en su parte superior ofrece
atractivas manchas de color naranja. En ciertas ocasiones, algunos ejemplares
pueden perderse en el mar y terminan mezclándose esporádicamente con colonias
de otras especies. Por eso, de tanto en tanto, pueden verse algunos ejemplares
solitarios de rey en sitios como Cabo Vírgenes, y las islas Martillo, de los
Estados o Pingüino.
DATOS ÚTILES
En Estancia San Lorenzo la visita a la
pingüinera se realiza con un guía especializado. El valor para el recorrido es
de 140 pesos por adulto, aunque hay promociones para grupos. El ingreso permite
además conocer el galpón de esquila de la vieja estancia y otras instalaciones.
Informes, (0280) 4458444.
Punta Tombo es una Reserva Provincial y el
ingreso para los turistas nacionales es de 40 pesos. Durante enero están
habilitados todos los senderos del área protegida, que suman aproximadamente un
kilómetro y medio de recorrido. Informes enwww.puntatombo.com
En Puerto Deseado, la mejor opción para navegar
por las rías e internarse en el mar hasta la isla Pingüino es Darwin
Expediciones. Estos viajes, sujetos a las condiciones climáticas, pueden
demandar medio día o día completo, según el itinerario escogido. Informes en www.darwin-expeditions.com
Para visitar la isla Martillo en Estancia
Harberton, la empresa Piratour organiza salidas diarias desde Ushuaia que duran
seis horas y cuestan 1340 pesos, con la entrada a Harberton incluida que
permite visitar sus instalaciones. El cupo máximo de cada excursión es de 20
personas. Informes en www.piratour.com.ar
Tomado de la nación de ar
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