martes, 13 de enero de 2015

SISMO EN HAITÍ a 5 años todo sigue igual o peor


A 5 AÑOS DEL SISMO DE HAITÍ, AÚN QUEDAN 200 MIL DESPLAZADOS -
Pesisten los desalojos en áreas de reconstrucción, sin la reasignación habitacional para muchas familias. A cinco años del terremoto de Haití, aún pueden verse las devastadoras secuelas en los más de 200 mil desplazados, quienes viven en las calles y campos de refugiados, según cálculos de organizaciones no gubernamentales que trabajan en ese país. Siguen latente el recuerdo de las casi 300.000 personas fallecidas, la desolación y la aparición de enfermedades, como el cólera, por las malas condiciones de saneamiento e higiene, que han perseguido a la población en los años precedentes. Aún queda mucho por hacer en el lugar. Mejoras. Un reporte de Lainformación.com señala que a pesar de que la situación ha mejorado mucho, más de 80.000 desplazados continúan todavía en campamentos temporales de refugiados, con el temor diario a ser expulsados de ellos.
Los desalojamientos persiguen a miles de personas que viven en condiciones inhumanas, muchas veces sin ni siquiera agua potable ni letrinas.
Amnistía Internacional denuncia que es un problema social grave y que desde 2010, al menos 60.000 personas han sido desalojadas a la fuerza, de sus refugios levantados en campos improvisados. Y lo más cruel es que estas personas no han sido realojadas en un lugar alternativo donde asentarse y, así, las lanzan de nuevo a la pobreza y la inseguridad. Según los datos más recientes, 123 campos para desplazados internos siguen abiertos en Haití, que albergan a 85.432 personas. Aunque el número de residentes en los campos se ha reducido considerablemente desde 2010, más de 22.000 familias siguen sin tener una vivienda adecuada. Inseguridad. Aparte de los campos para desplazados internos, una zona muy perjudicada es el gran asentamiento informal de Canaan, en el extrarradio del norte de la capital. Entre los días 7 y 10 de diciembre de 2013, más de 200 familias fueron desalojadas por la fuerza del sector de Mozayik. La mayoría de las familias se había trasladado allí en 2012 tras su desalojo de un campo para desplazados internos. Durante 2014, hubo más desalojos en Canaan. Como las autoridades no condenan estos actos, se siguen llevando a cabo desalojos forzosos en las inmediaciones de los campos para desplazados internos, con el fin de despejar terrenos destinados a proyectos de reconstrucción y desarrollo de infraestructuras. La gente se resiste y, en algunos casos, agarran de palos y machetes para retomar el lugar. Según amnistía internacional, existe un tercio de residentes en estos campos que no tienen acceso a ningún tipo de letrina, mientras que en el resto se comparte una instalación de aseo entre 82 personas, en promedio, y la mayoría de los campamentos no tienen gestión de residuos. Esta situación provoca una mayor vulnerabilidad en mujeres y niñas, que residen en estos hogares. Tomado de la prensa de Bolivia 

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