A 5 AÑOS DEL SISMO DE HAITÍ, AÚN QUEDAN 200 MIL DESPLAZADOS
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Pesisten los desalojos en áreas de reconstrucción, sin la
reasignación habitacional para muchas familias. A cinco años del terremoto de
Haití, aún pueden verse las devastadoras secuelas en los más de 200 mil
desplazados, quienes viven en las calles y campos de refugiados, según cálculos
de organizaciones no gubernamentales que trabajan en ese país. Siguen latente
el recuerdo de las casi 300.000 personas fallecidas, la desolación y la
aparición de enfermedades, como el cólera, por las malas condiciones de
saneamiento e higiene, que han perseguido a la población en los años
precedentes. Aún queda mucho por hacer en el lugar. Mejoras. Un reporte de
Lainformación.com señala que a pesar de que la situación ha mejorado mucho, más
de 80.000 desplazados continúan todavía en campamentos temporales de
refugiados, con el temor diario a ser expulsados de ellos.
Los desalojamientos persiguen a miles de personas que viven
en condiciones inhumanas, muchas veces sin ni siquiera agua potable ni
letrinas.
Amnistía Internacional denuncia que es un problema social
grave y que desde 2010, al menos 60.000 personas han sido desalojadas a la
fuerza, de sus refugios levantados en campos improvisados. Y lo más cruel es
que estas personas no han sido realojadas en un lugar alternativo donde
asentarse y, así, las lanzan de nuevo a la pobreza y la inseguridad. Según los
datos más recientes, 123 campos para desplazados internos siguen abiertos en
Haití, que albergan a 85.432 personas. Aunque el número de residentes en los
campos se ha reducido considerablemente desde 2010, más de 22.000 familias
siguen sin tener una vivienda adecuada. Inseguridad. Aparte de los campos para
desplazados internos, una zona muy perjudicada es el gran asentamiento informal
de Canaan, en el extrarradio del norte de la capital. Entre los días 7 y 10 de
diciembre de 2013, más de 200 familias fueron desalojadas por la fuerza del
sector de Mozayik. La mayoría de las familias se había trasladado allí en 2012
tras su desalojo de un campo para desplazados internos. Durante 2014, hubo más
desalojos en Canaan. Como las autoridades no condenan estos actos, se siguen
llevando a cabo desalojos forzosos en las inmediaciones de los campos para
desplazados internos, con el fin de despejar terrenos destinados a proyectos de
reconstrucción y desarrollo de infraestructuras. La gente se resiste y, en
algunos casos, agarran de palos y machetes para retomar el lugar. Según
amnistía internacional, existe un tercio de residentes en estos campos que no
tienen acceso a ningún tipo de letrina, mientras que en el resto se comparte
una instalación de aseo entre 82 personas, en promedio, y la mayoría de los
campamentos no tienen gestión de residuos. Esta situación provoca una mayor
vulnerabilidad en mujeres y niñas, que residen en estos hogares. Tomado de la
prensa de Bolivia
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