Una amplia y
caudalosa red fluvial
Otras veces se formaban cauces distintos de los ríos por
circunstancias naturales, como ocurrió en el siglo XVIII con Vinces. Obra de
Ernesto Charton de Treville (pintor de origen francés célebre por sus retratos
de estilo realista) sobre el Puerto de Guayaquil en 1846. Ángel Emilio Hidalgo
La cuenca del río Guayas se extiende desde los Andes
occidentales hasta el Golfo de Guayaquil, en su salida al océano Pacífico. Es
la red fluvial más importante del Pacífico Sur y una región natural, histórica
y cultural que se distingue por su interconexión con el mundo exterior desde el
puerto de Guayaquil, ciudad que ocupa un lugar estratégico en la configuración
de la socioeconomía regional y nacional.
Esta densa red sostiene una trama acuática caracterizada por
un hábitat de gran riqueza en su biodiversidad. “La cuenca del Guayas es la
columna vertebral de los ecosistemas de la región”1 con una vegetación
exuberante por el clima tropical y subtropical que prevalece desde el
piedemonte andino hasta la salida al mar. Dos caudalosos ríos tributan sus
aguas en el Guayas: el Daule y el Babahoyo, avenidas fluviales a cuyo largo se
han emplazado, desde tiempos inmemoriales, los más variados y complejos
asentamientos humanos.
Uno de los primeros relatos que refieren a la riqueza
natural del medio es el texto de Girolamo Benzoni (s. XVI), La Historia del
Mundo Nuevo: “Hay por esos alrededores algunos maravillosos a la par que
espantosos llanos que son como una inmensa campiña llena de agua y espesísimos
bosques con una cantidad increíble de cocodrilos. Además, por ocho meses del
año hay también una cantidad tan grande de zancudos que yo he quedado asombrado
al ver cómo los habitantes pueden subsistir en este lugar”.2
En uno de los aspectos más interesantes de su narración,
Benzoni testimonia lo que probablemente fue el cambio del curso de uno de los
ríos de la cuenca, por motivo de una gran inundación posiblemente atribuida al
fenómeno El Niño, en un suceso que bien pudo haberse relacionado con el
definitivo asentamiento de Guayaquil, es decir, donde se encuentra actualmente:
“En el año cuarentaiséis, debido a la gran abundancia de lluvias, este río
aumentó en tal forma que no solamente causó daños, sino que inundó una buena
porción del país, incluso la ciudad misma; los españoles entonces se
trasladaron unas veinte millas más abajo, en dirección al mar y la volvieron a
edificar sobre una altura, pero siempre cerca del dicho río y en un lugar llamado
el Paso de Guainacava”.3
Otras veces se formaban cauces distintos de los ríos por
circunstancias naturales, como ocurrió en el siglo XVIII con Vinces, para que
“surgiera estableciéndose en mejor sitio (a orillas del río formado por la
desviación de las aguas hacia cauce distinto del que antes tenía)”;4 y con
Baba, por donde pasaba a inicios del siglo XVIII el río de Palenque, “el que
por sangrarlo 7 leguas más arriba de él, para regar unos potreros, varió su
dirección dejando en seco todas las arboledas de cacao que tenía en sus orillas
[…] pero de su inacción se van aprovechando los propietarios del nuevo terreno
que rompió el río y están formando cacaotales por sus riberas”.5
En el libro Viaje a la América Meridional, de Antonio de
Ulloa, se menciona a uno de los principales ríos de la cuenca: el Yaguachi, el
cual es el mismo río Chimbo “después de recibir el río de Milagro” y que
“desagua en el de Guayaquil por la costa del sur, y nacen sus cabeceras de las
vertientes de la serranía correspondientes a la parte sur de Riobamba”.6
La particularidad de la Cuenca del Guayas se diferencia del
perfil costanero principalmente por su topografía y clima dominante. Como
explica el geógrafo Teodoro Wolf, “desde el río Naranjal hacia el norte se
cambia notablemente el carácter de la región litoral, las llanuras se
ensanchan, las montañas se retiran al este. En lugar del Golfo de Guayaquil
(Canal de Jambelí) tenemos a la izquierda el río Guayas y su delta”.7
La configuración de esta malla tejida por ríos y entradas de
mar anticipa la presencia de zonas inundables y otras de mayor altitud que se
extienden hasta el piedemonte andino, en dirección al noreste, alternándose
“sabanas pantanosas e inundadas (tembladeras), que a lo más se prestan a la
ganadería, pero no a la agricultura”,8 con extensas zonas fértiles para el
cultivo de productos agrícolas, correspondientes al área de transición de la
cuenca baja a la cuenca media, en el litoral interior.
1. Ángel Emilio Hidalgo y Marco Suárez Capello, ‘Guayas:
perfil provincial y patrimonio’, en Guía de bienes culturales del Ecuador:
Guayas, Quito, Ministerio Coordinador de Patrimonio, 2011, p. 28.
2. Girolamo Benzoni, La Historia del Mondo Nuovo (Relatos de
su viaje por el Ecuador, 1547-1550), tercera edición, Guayaquil, Museo
Antropológico del Banco Central del Ecuador, 2000, p. 113.
3. Ibídem, pp. 113-114.
4. Manuel E. Quintana y Luis A. Palacios Orellana,
Monografía y álbum de Los Ríos, Guayaquil, 1937, p. 182.
5. Francisco Requena, ‘Descripción Histórica y Geográfica de
la Provincia de Guayaquil, en el Virreinato de Santa Fe’, en Pilar Ponce Leiva,
edit., Relaciones histórico-geográficas de la Audiencia de Quito (Siglo
XVI-XIX), Tomo II, Quito, Marka/Abya-Yala, 1994, p. 543.
6. Antonio de Ulloa, Viaje a la América Meridional II,
Madrid, Dastin, 2002, p. 230.
7. Teodoro Wolf, Geografía y Geología del Ecuador,
Leipzig, Tipografía de F.A. Brockhaus, 1892, p. 114.
8. Ibídem, p. 115. Tomado de el telégrafo de ecuador
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