En Colombia aún
persiste la práctica de la ablación
Algunas de las comunidades embera del país tienen en su
cultura esta práctica en contra de los derechos de las niñas y mujeres a gozar
de su sexualidad y a tener una buena salud. FOTO ARCHIVO
MUJERES POBLACIÓN países
de África y Asia tienen arraigada esta práctica de mutilación en mujeres y
niñas para controlar su sexualidad.
La mutilación genital femenina, también conocida como
ablación, viola los derechos humanos, afecta la salud y pone en riesgo la vida
de cerca de tres millones de niñas todos los años en el mundo. En Colombia,
algunos pueblos indígenas y afrodescendientes aún realizan esta práctica, lo
que convierte a este país en el único de América Latina y el Caribe donde se
registra esta práctica.
Así lo informó el Fondo de Población de las Naciones Unidas
(Unfpa), que en el marco de la conmemoración del Día Internacional de
Tolerancia Cero con la mutilación genital femenina, hizo un llamado a las
autoridades y a la comunidad sobre la necesidad de que se dediquen mayores
esfuerzos para la erradicación de esta práctica en Colombia.
Esta costumbre, que consiste en cortar parte de los
genitales de las niñas, no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y
niñas, sino que la perjudica con la extirpación y daño del tejido genital
femenino normal y sano, además interfiere con la función natural del organismo
femenino, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Compromiso parcial
Aunque en 2012, se logró la declaración pública de las
autoridades indígenas embera de Risaralda, de suspender este tipo de prácticas,
luego de que en 2007 se registrara la muerte de un grupo de menores de esta
comunidad, aún necesita ser incorporada en su totalidad por los demás pueblos
embera del país.
Así lo manifestó Lucy Wartenberg, representante de la Unfpa
en Colombia, quien aclaró que a la falta de recursos suministrada por el
Gobierno para capacitar a sus habitantes, se suma la intimidad y la reserva con
la que se realizan estas prácticas, lo cual dificulta conocer el universo total
de las mujeres afectadas y por tanto, su erradicación total.
Por su parte, la Organización Nacional Indígena de Colombia
(Onic) se mostró consciente del daño que genera en las mujeres esta práctica, y
resaltó que con el Gobierno ya se acordaron recursos en el Plan Nacional de
Desarrollo para adelantar campañas de educación con los distintos pueblos
indígenas en donde se tenga conocimiento sobre la mutilación genital femenina.
Alberto Wazorna, consejero Mayor de la Onic, destacó el
compromiso de las autoridades indígenas y gubernamentales para superar esta
práctica y solicitó la comprensión, al señalar que “será un trabajo difícil y a
largo plazo”. ANTECEDENTES BURKINA FASO LIDERA LA LUCHA En diciembre de 2012,
la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución contra la
mutilación femenina, iniciativa que fue promovida, entre otros países por
Burkina Faso, en África.
Se calcula que en el mundo hay 135 millones de víctimas de
esta práctica arraigada en más de 28 países de África y Asia. Justamente, hace
20 años Burkina Faso modificó su constitución política para garantizar los
derechos a las mujeres y a las niñas, violentados por esta acción. En 2010, con
el apoyo de la ONU se adelantó en ese país una encuesta para intentar
establecer el número de mujeres afectadas y allí se encontró que el 70% admitió
haber sido sometida a este tipo de mutilación. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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