domingo, 15 de febrero de 2015

CARNAVAL EN ECUADOR


Alegorías. Los carros adornados representaron temáticas como el amor, el mar, la música.
La segunda edición del desfile artístico Guayaquil es mi destino en carnaval contó con más de 500 artistas
Se presentó a la novia de Juan Pueblo, Juanita Aún no eran las once de la mañana y la gente empezó a situarse en las veredas a lo largo del malecón Simón Bolívar. Aprovecharon los tramos con sombra que regalaban los arbustos, pues el sol era fuego; y no bajó su intensidad durante las casi dos horas en las que se desarrolló el desfile Guayaquil es mi destino en carnaval, promovido por la Empresa Pública Municipal de Turismo y Promoción Cívica. Con la banda de la Policía Metropolitana entonando Guayaquil es mi destino, se dio inicio al pregón que tenía como cabecera a los personajes íconos: Juan Pueblo y su novia Juana, que por primera ocasión apareció en la ciudad para ser parte de los eventos cívicos y culturales. El carnaval se juntó esta vez con el Día de los Enamorados, por lo que un Cupido de al menos cuatro metros acompañó a los novios Pueblo. A su paso, un grupo de jóvenes danzantes vestidos de rojo, hacían alusión a la dupla San Valentín-carnaval. La directora de turismo, Gloria Gallardo, acompañó a los bailarines danzando junto a ellos al ritmo de merengues que salían de los parlantes apostados en las esquinas. Viviana García acudió a ver el pregón junto a su esposo, su mamá y su hija. Era la primera vez que lo hacía, pues en años anteriores había preferido ir a Ambato a pasar el feriado. "Vine porque me pareció buena la propuesta de que, como en otras ciudades, también se hagan desfiles, y espero que iguale y supere a los desfiles de la Sierra que son renombrados", comentó la mujer que llegó desde Sauces II. La algarabía se observó en los rostros de los danzantes que le daban vida al pregón, vestidos con atuendos de plumas, lentejuelas y trajes de fantasía. Sus caras, coloradas por la intensidad del calor, y los rayos solares que lejos de quitarle energía les inyectaba adrenalina que contagiaba a más de uno que, desde sus puestos, a lo largo del Malecón entre Tomás Martínez y Colón, cantaban y bailaban al ritmo de los éxitos de Olga Tañón, Celia Cruz, El General, Wilfrido Vargas, entre otros. El despliegue artístico de más de 500 bailarines se puso en escena. La belleza también fue parte de este pregón con la presencia de las reinas de Guayaquil, del carnaval, del Club de Leones entre otras misses que desde los carros alegóricos saludaban al público. Los vehículos adornados con alegorías como la música, el mar, los piratas, Guayaquil, tradiciones, mitos y leyendas fueron los más fotografiados. De rato en rato, cuando la marcha se detenía, la gente aprovechaba para posar junto a estas grandes estructuras hechas a base de esponja, fómix, escarcha, pintura y otros adornos que daban color al carnaval en la ciudad. La espuma y las burbujas fueron el complemento a la música, los atuendos vistosos, los disfraces y antifaces que usaron los marchantes. Denisse Montalvo, una cubana que observaba el paso de los artistas, estuvo grabando en vídeo el desfile. Hacía zoom para captar los rostros de los participantes, grababa sus movimientos de pies al tiempo que ella se movía, por inercia, obedeciendo a los ritmos tropicales que escuchaba y tarareaba y que le recordaban su pasado como bailarina en su isla natal. Karina Silvera G. TOMADO DE EL EXPRESO DE ECUADOR

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