El planeta vive ahora
en La Gran Aceleración
Uno de los mayores cambios lo ha experimentado el paisaje
por actividades como la minería y los nuevos usos del suelo, otro indicador
disparado. FOTO HENRY AGUDELO MEDIO AMBIENTE
POR RAMIRO VELÁSQUEZ | En solo 60 años la Tierra ha experimentado la
transformación más rápida, ligada a las actividades humanas que se han
convertido en la gran fuerza transformadora del planeta
El planeta no aguanta más la presión de una civilización que
en pocas décadas ha cruzado cuatro de las nueve fronteras que sustentan la
vida.
No es alarma sin fundamentos. Dos estudios al tiempo,
publicados en Science y en The Anthropocene Review, ponen, con numerosos datos,
el dedo en la llaga de una situación compleja.
“Las actividades humanas podrían convertir la Tierra en un
lugar mucho menos favorable”, indicó Will Steffen, investigador de la
Universidad Nacional de Australia y el Centro de Resiliencia de Estocolmo,
cabeza de los estudios.
Las fronteras que se han traspasado hacia un territorio
riesgoso son las del cambio climático causado por las emisiones de carbono, la
integridad de la biosfera por la alta tasa de extinción de especies, el uso de
la tierra, y los ciclos biogeoquímicos.
Las dos primeras son vitales en la vida del planeta y una
vez cruzadas significa llevarlo a un nuevo estado.
El Holoceno
Durante los últimos 11.700, el denominado Holoceno, el
planeta vivió una era relativamente estable, pero en los últimos 100 años, en
particular desde 1950, tras la II Guerra Mundial, las actividades humanas
disparadas han sobrepasado ciertos límites de seguridad para la vida.
Han sido 60 años de vértigo incomparable.
En el Holoceno ocurrieron muchas de las grandes cosas
importantes para la civilización, del desarrollo de la agricultura al
surgimiento y caída del Imperio Romano y la Revolución Industrial.
Pero las cosas cambiaron. Algunos de los parámetros que
hicieron del Holoceno una época de hospitalidad se alteraron como no había
sucedido en los 10.000 años precedentes.
Un cambio tan marcado que para los expertos ha nacido una
nueva época, el Antropoceno, cuya fecha de inicio sería entre 1750 y 1950, algo
en lo que aún no se ponen de acuerdo.
En él se da La Gran Aceleración, definida con base en una
serie de gráficos (indicadores) sobre las tendencias socioeconómicas y de los
sistemas terrestres entre 1750 y el año 2000, publicada en 2004, que se han
convertido en el icono de la nueva era.
Tendencias
Lo que hizo el artículo publicado en The Anthropocene Review
fue actualizar la información hasta 2010.
“Una década es muy corta para definir cambios de largo plazo
en las tendencias. Sin embargo la más reciente década, además de mostrar la
continuación en las tendencias que comenzaron a mediados del siglo 20, está
comenzando a mostrar variaciones notables en algunas áreas”, escribieron los
cinco autores.
“Estamos comenzando a desestabilizar nuestro propio sistema
de soporte de la vida en el planeta”, dijo Steffen.
Wendy Broadgate, coautora del estudio, explicó que “los
indicadores de La Gran Aceleración nos permiten distinguir la señal del ruido.
La Tierra está en un estado cuantificable diferente. Varios procesos del
sistema terrestre están ahora orientados por el consumo humano y la
producción”.
Esto se nota al citar solo unos indicadores. Los niveles de
dióxido de carbono de 395,5 partes por millón son una marca histórica al alza.
Por eso es que la Tierra recibe hoy 2,3 Wattios por metro cuadrado más que en
1750, contribuyendo al calentamiento del planeta.
Todo esto mientras la pérdida de integridad de la biosfera
ha derivado en que la extinción de especies ocurra ahora 100 veces más rápido
que en épocas pasadas.
El riesgo es que aunque el planeta pueda tolerar un nivel
tan alto de extinciones durante un tiempo, “no sabemos qué niveles o tipos de
pérdida de biodiversidad pueden activar cambios irreversibles en el sistema
terrestre”.
Desde 1950 la población urbana se ha multiplicado por 7, el
uso de la energía primaria por 5 a la par que la cantidad de fertilizantes
usados es ahora 8 veces más alta.
La cantidad de nitrógeno que llega a los océanos se ha
cuadruplicado.
En el estudio aparecido en Science en el que se consideraron
las nueve fronteras de sistemas que soportan la vida Steve Carpenter, del
Centro de Limnología de la Universidad de Wisconsin, uno de los 18 autores, se
centró en los cambios de los ciclos biogeoquímicos y en dos elementos: el
nitrógeno y fósforo, usados para fertilizar cultivos.
La agricultura a escala industrial ha aumentado su uso del
200 al 300 por ciento reveló el investigador. “En contraste el carbono solo ha
sido aumentado del 10 al 20%.”
Una saturación que afecta la calidad del agua y que ha
influido en la formación de las llamadas zonas muertas marinas, en las que hay
ausencia de vida.
Una calidad que también ha disminuido por la concentración
de iones libres de H+ que ha aumentado 30% en los pasados 200 años por el
incremento del dióxido de carbono en la atmósfera.
Esto significa una mayor acidez, que afecta muchas de las
especies marinas.
El futuro
De todas las tendencias socioeconómicas solo una parece
haber doblado la curva, indicó Lisa Deutsch, del Centro de Resiliencia de
Estocolmo, mostrando una desaceleración: la construcción de nuevas y grandes
represas.
Y solo una tendencia de los sistemas terrestres muestra una
curva descendente debido a la intervención humana intencional: la exitosa
reversión del agujero en la capa de ozono gracias al Protocolo de Montreal.
¿Se puede vivir al límite de las fronteras vitales para el
planeta? El profesor Steffen lo cree posible.
Si bien los últimos 60 años han sido dramáticos para la
transformación de la Tierra, no quiere decir que no pueda existir prosperidad y
confort para los humanos bajo las nuevas condiciones.
Diversos investigadores han sostenido que el planeta puede
tolerar una población de 9.000 millones y estar dentro de las fronteras
planetarias “pero tenemos que ser muy listos e innovadores”.
Así, los próximos 50 años serán fundamentales para saber si
las tendencias negativas ceden o continúa el camino hacia el gran colapso.
La advertencia es clara.
UN RIESGO QUE HAY QUE EVITAR
En términos del cambio climático, el riesgo para los humanos
comenzó cuando la concentración de CO2 en la atmósfera pasó las 350 partes por
millón. Va en cerca de 400, que ha implicado el derretimiento de las regiones
polares y la modificación de los patrones climáticos.
La meta que persiguen las conversaciones de Naciones Unidas
es no llegar a 450, porque los riesgos serían demasiado serios.
Haber llevado la sostenibilidad del planeta afuera de las
condiciones del Holoceno no ha sido sabio y de mantener el ritmo, advirtieron
los científicos en Science, la Tierra podría entrar en un sistema distinto, más
hostil. ANTECEDENTES
INDICADORES Y FRONTERAS
RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ Los temas de la ciencia, la
astronomía y el medio ambiente con énfasis en cambio climático son mis campos
de acción periodística. Con vocación por el mundo de los pequeños felinos y la
defensa animal. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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