Desde la Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de las
Sierras Chicas emitimos el siguiente comunicado ante los sucesos del 14 y 15 de
Febrero en todo el corredor de Sierras Chicas y en la región en general.
Horas de mucha angustia y desesperación vivimos los vecinos
de las Sierras Chicas.
Desde Ascochinga hasta La Calera, la tormenta trazó el mismo
recorrido de la Cruzada de las Sierras Chicas: una caminata que une a más de
once localidades serranas en demanda de participación ciudadana en las
políticas del agua y de la tierra.
Curiosa coincidencia. Y no tanto.
La lluvia, esa “bendición celestial” que era invocada por
los intendentes y funcionarios (1) hace poco más de un año, esta vez fue
demasiada. Tanto así que en el camino se llevó vidas, sueños, y parte del
mismísimo acueducto que inauguraron con moño, foto y solución en cómodas
cuotas.
Mientras tanto en nuestras ciudades el agua lame los postes
donde cuelgan los carteles proselitistas rumbo a 2015. Ellos son, en muchos
casos, los mismos candidatos y las mismas puertas que venimos tocando desde
hace tres años con petitorios entregados en todas las reparticiones de la
Provincia de Córdoba y en cada Municipio del corredor. Además de informes, como
el que presentó la Asamblea Ciudadana Unquillo Ambiente en octubre de 2013 (2)
que advierte sobre el riesgo de deslizamientos ante inundaciones, y las notas
de esta Coordinadora que exigen y reclaman participación y planificación
territorial (3).
Y es que más allá de la cantidad de agua caída, la
“catástrofe” no es “natural”: Lo natural es que cuando llueve el agua se
infiltre y vuelva lentamente a la superficie (efecto de esponja). Pero las
cuencas altas están siendo desmontadas, incendiadas y edificadas,
desprotegiendo e impermeabilizando el suelo que pierde su capacidad de esponja.
Ya no retiene el agua cuando llueve, y no la libera cuando falta.
Y así hoy, ésta escurre imparable cuesta abajo.
Pero no es la primera vez que ocurre, ya imparable ha bajado
hace algunos años, y cada tantos más, de nuevo. Sólo debemos hacer memoria. Y
así como cada cierto tiempo nos sobra, también cada cierto tiempo nos falta. Lo
“natural” no es la catástrofe, lo natural son los ciclos, pero que se hacen
cada vez más extremos mientras más deterioramos nuestras cuencas, que son las
que los amortiguan. Lo natural es que en época de sequía las sierras entreguen
el agua que acumularon en época de lluvia. Y sólo recuperando ese buen estado
de salud podremos recuperar el equilibrio entre que hoy sobre en demasía y
mañana nos sea tan escasa.
Así, la crisis hídrica y las inundaciones terminan siendo
dos caras de la misma moneda.
Cuando no hay agua, se la pretende traer de otra parte, pero
llegan las sequías y las “soluciones” nunca alcanzan. Y si ésta no falta,
bastan unas gotas para rebasar las cuencas. Así, las políticas impulsadas por
la provincia y los municipios, son ineficientes y pensadas a muy corto plazo, y
además se gestionan primando los intereses de grupos económicos. Todo ello, sin
contemplar la participación de los propios habitantes que somos quienes hoy
estamos sacando el barro de nuestras viviendas a fuerza de balde y bronca.
Con menos del 5% de Bosque Nativo en la provincia de
Córdoba, se desmonta una hectárea por hora, ostentando así el triste récord
mundial en depredación de nuestros bienes comunes. Es así que, en la pampa las
topadoras le abren paso a la soja, y acá en nuestras sierras las mismas
topadoras le abren paso al desarrollista amigo que trae sus canchas de golf (El
Terrón) y barrios exclusivos (El Montecito y Ticupil). Son los grandes empresarios
que, asociados con el poder, construyen rutas como las que ayer demolió el
agua. Agua que ya no pudo absorber la montaña y escupió al progreso su fuerza
natural.
Es por todo ello que venimos exigiendo y trabajando para
reglamentar y poner en funcionamiento cada una de las once reservas hídricas
que tenemos en lo alto de nuestras cuencas, más arriba de nuestras ciudades. Y
por lo que venimos también proponiendo la conformación del Corredor Hídrico y
Biológico de las Sierras Chicas. Porque sólo de esta forma vamos a poder
alcanzar ese equilibrio, tan quebrado como se nos ha demostrado hoy.
Por todo lo dicho, es que manifestamos infinita tristeza e
impotencia y nos solidarizamos con nuestros vecinos y amigos que hoy se ven
despojados de sus bienes y cargados de preguntas sin respuesta. El cómo y el
por qué seguramente pasarán a formar parte de la arena mediática, pero
esperamos que de una vez por todas, las respuestas formen parte de la agenda
pública. Esperamos que las soluciones no sean solamente obras faraónicas que se
traducen en promesas electorales.
Agradecemos a nuestros bomberos, a Defensa Civil y demás
fuerzas vivas, y a cada persona que colabora y se solidariza con quienes hoy lo
necesitamos.
Esperamos respeto por cada habitante. Y por sus hijos, y los
hijos de ellos. Para que todos tengan agua en el vaso y no en el colchón.
Y esperamos que cada uno de nosotros, como habitantes y como
vecinos de estas sierras, las que nos dan un suelo, un hogar, su agua y su
belleza, aprendamos y nos comprometamos a recuperarlas, cuidarlas y
respetarlas.
Hoy más que nunca, seguiremos encontrándonos, trabajando y
movilizándonos para exigir nuestro derecho a participar en las decisiones que,
visto está, nos afectan profundamente, y para que podamos reconstruir así el
equilibrio y la salud de nuestras sierras, nuestras ciudades y nuestro
territorio.
Contactos:
Fernanda – 0351 3053948
Yamila – 0351 3371739
Vilú – 0351 3030709 tomado de envio de marco ferrero
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