600 HECTÁREAS DE
TERRENO SE HUNDEN POCO A POCO. SEIS FAMILIAS FUERON EVACUADAS DE LA ZONA
Phusa Phusa corre riesgo de desaparecer
Por Karen Carrillo – foto Campesinos observan la tierra
agrietada en una serranía del municipio de Capinota, ayer. La comunidad agraria
de Phusa Phusa corre el riesgo de desaparecer debido al deslizamiento del cerro
que destruyó seis viviendas y 50 hectáreas de cultivos. - José Rocha Los
Tiempos El deslizamiento de tierra en un radio aproximado de 600 hectáreas de
la comunidad agraria campesina de Phusa Phusa, en el municipio de Capinota,
dejó como saldo seis viviendas desaparecidas, seis familias evacuadas y
alrededor de 50 hectáreas de cultivos perdidos. Las grietas comenzaron a
expandirse y preocupar a los comunarios desde el sábado pasado, por lo que poco
a poco, algunos evacuaron la zona. Sin embargo, el desastre ocurrió el lunes a
la 01:00 am cuando la tierra comenzó a abrirse y hacer desaparecer lo que se
encontraba a su paso. Uno de los afectados, Agustín Sanco (82), fue evacuado
por el secretario general de la
comunidad, Hernán Urquieta, casi a la fuerza porque se negaba a dejar la tierra
que le brinda el sustento para comer el pan de cada día y la casa que lo
cobijaba. A dos días de lo ocurrido, Sanco llegó ayer a la zona. Sentado en uno
de los cerros en el que existen grietas de al menos cinco metros de profundidad
a simple vista, observa su casa a lo lejos y llama con un silbido a sus dos
canes, que aún cuidan su casa derrumbada y su terreno con sembradíos de papa y
tumbo. Anteriormente el lugar era una serranía, pero ahora se convirtió en un
cañadón en el que la tierra continúa cediendo paulatinamente en diferentes
sectores. Son seis familias las que perdieron todo: cuatro de ellas fueron
evacuadas a la comunidad cercana de Kuturupa y las otras a la parte central de
Capinota. Afortunadamente, no se
registró pérdidas humanas; sin embargo, a pesar de la peligrosidad del terreno
de arena que va cediendo, ayer un grupo de 15 comunarios ingresaron para
rescatar calaminas, listones, ollas, ropa y todo lo que podían. Los comunarios
recuerdan que en cuatro oportunidades hubo indicios de inestabilidad del
terreno desde 2005. A pesar de ello continuaron viviendo allí. Esta situación
fue corroborada por el director de Desarrollo Productivo y Medio Ambiente del
Gobierno Municipal de Capinota, Edwin Fernández, quien explicó que hace dos
años se detectaron los peligros que existían en los terrenos de la zona y se
pidió a los comunarios retirarse a un lugar seguro, pero ellos no hicieron caso
a la alerta. Urquieta aseguró que se perdieron 50 hectáreas de producción
agrícola entre papa, trigo, tumbo, alfa, maíz y cebada. Hasta ayer la tierra
cedió aproximadamente 150 metros más. “Necesitamos que nos cedan una parte de
terreno, puede ser en otras provincias, porque de esta parte tenemos que
salirnos a otro lado, porque no hay garantía en esta comunidad, ya que está
queriendo desaparecer al cien por cien, ya más de la mitad está desaparecida”,
clamó Urquieta. Entre tanto, Fernández explicó que la zona geológicamente es
inestable y que para el deslizamiento del terreno pudo influir el trabajo que
realiza la empresa Coboce en la extracción de material para elaborar cemento. “Generalmente
es por la explotación que se tiene arriba de mineral caliza y el material para
Coboce, pusolanato, ésa puede ser una causa y los movimientos tectónicos porque
es una zona de tierra donde no hay roca que pueda sustentar”, dijo. Fernández
indicó que con la inspección de un geólogo especialista de la Gobernación, se
tratará de determinar con mayor precisión los factores que ocasionaron que se
abran grietas gigantes y la tierra vaya cayendo. El responsable de la Unidad de
Gestión de Riesgos de la Gobernación, Óscar Soriano, indicó que en los próximos
días se enviará a los especialistas para hacer una evaluación.
Apoyo a familias La
Secretaría de la Madre Tierra y la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) de la
Gobernación llegaron ayer hasta la zona de Phusa Phusa llevando fideos, arroz,
aceite, azúcar y sal para las seis familias damnificadas, raciones que les
servirán por 15 días. La Alcaldía municipal de Capinota también coadyuvó con
vituallas. El responsable de la UGR, Óscar Soriano, explicó que se tenía pensado
llevar a estas familias a un colegio cercano; sin embargo, se negaron porque se
encontraban ya en casa de algunos parientes o se fueron a Capinota. Agregó que
en una semana se ingresará para hacer una nueva evaluación.
OPINIONES DE LOS AFECTADOS
Agustín Sanco Ramos, afectado “La tierra estaba toda
rayoneada” La tierra estaba rayoneada
por todo lado antecitos que se derrumbe. Yo no quería salir de mi casa porque
siembro, como también ayudo a mis hijas y tengo seis perritos que me acompañan.
Ha venido el dirigente y me ha dicho que escapemos a su casa dejando mi terreno
y todas mis cosas. Así escapé y no me pasó nada.
Esteban Colque, afectado “Perdí sembradíos de papa y trigo” Trabajo la tierra siempre, ahora tenía que
cosechar, pero pasó esto. He perdido mis sembradíos de papa y trigo, mi casa, y
con eso ayudo a mis seis nietos para que puedan ir al colegio. Lo que queremos
es que la Gobernación nos ayude llevándonos a otro lado donde nos dé un espacio
para vivir y sembrar porque aquí ya no podemos. Tomado de los tiempos de Bolivia
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