EL SICARIATO Y LA IMPUNIDAD IMPERAN EN EL CHORO, YUNGAS -
Roberto Charca H.
El Ministerio Público investiga dos casos desde 2009 y a la
fecha, los imputados fueron liberados.
El sicariato y la impunidad imperan en El Choro, en la
región yungueña del departamento de La Paz, donde cuatro personas fueron
asesinadas en 2009 y 2014 supuestamente por conflictos por la explotación de
una mina de oro, de acuerdo con un investigador de la Fuerza Especial de Lucha
Contra el Crimen (FELCC) de La Paz. Los sicarios, según el informante, son
contratados presuntamente por cooperativistas en otras regiones e inclusive,
dijo, que pueden ser extranjeros. La primera víctima hallada por la Policía fue
Toribio Mamani Mamani, quien había recibido diez impactos de bala en su cuerpo,
empero su muerte no fue esclarecida por la Fiscalía, pese a que testigos del
hecho identificaron y señalaron a los presuntos autores. De acuerdo con el
investigador, Mamani fue ajusticiado porque era uno de los dirigentes de Choro
Alto, que se oponía al ingreso de los cooperativistas e identificó a los
azuzadores de la toma de la mina de oro, perteneciente a los comunarios.
Por este hecho, diez personas fueron arrestadas, empero solo
dos fueron imputadas y recluidas preventivamente. Dos años después recuperaron
su libertad y lograron que el caso se paralice, afirmó por su parte Andrés
Zúñiga, abogado de la familia de una de las víctimas. Pese a que el Ministerio
Público formó una comisión integrada por los fiscales Luis Mamani, Luis Ferrufino
y Sergio Céspedes, el proceso no avanzó y muchos menos se formuló acusación en
contra de los sospechosos, motivo por el que el caso continúa impune.
Mas muertes. Pero cuatro años después la fiebre del oro se
cobró a otras dos víctimas: Aurelio Mamani Tía y Marcos Cocarico Santander.
Ambos perecieron en un enfrentamiento entre vecinos y cooperativistas. Los
cadáveres presentaban orificios causados por balas. Los testigos de la región
refieren que desconocidos armados y con la cara cubierta llegaron a la zona de
madrugada, el 21 de junio de 2014, para hostigar a los vecinos y, cuando dos
policías trataron de llamarles al orden, tomaron como rehén a uno de ellos. Acribillado. Otro hecho de sangre es la muerte
de Silverio Olivares, comunario que recibió, al menos, cinco disparos de arma
de fuego en su propiedad. La víctima había sido testigo del primer hecho de
sangre en la zona. De acuerdo con las investigaciones, Olivares fue víctima de
dos encapuchados que lo acribilliaron, motivo por el que su familia y
dirigentes señalan que en la zona operan sicarios que matan y roban. La
Fiscalía no imputo a los sospechosos. La zona carece de la presencia de estado
y no hay autoridad. Los pobladores, investigadores y operadores de justicia
señalaron que la zona es un punto conflictivo que carece de la presencia de
Estado y, por ello, en el sector el sicariato está la orden del día. "No
matan directamete, lo hacen a pedido", relató un vecino de la región, que
llegó a La Paz para solicitar el apoyo de la Justicia. TOMADO DE LA PRENSA DE
BOLIVIA
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