EL ESTUDIO DEL INEC
REVELA DATOS SOBRE LA CONCIENCIA AMBIENTAL
El 61,6% de los hogares no recicla (Infografía)
Daniela Mora, desde hace 1 año y medio, recicla plásticos y
vidrios, y destina los desechos orgánicos a su jardín. Hace un año y medio
Daniela Mora empezó a clasificar los residuos que produce en su casa. En un pequeño
tacho que tiene en el mesón de la cocina destina todas las cáscaras, frutas,
vegetales que consume. Nada de eso lo
bota a la basura, al contrario, lo usa como abono para el pequeño jardín que
tiene. “Les pongo hojas secas y es sorprendente como todo eso se convierte en
tierra de sembrar”, afirma. Los plásticos, metales y vidrios los lleva a lugares de reciclaje o se los
entrega a los chamberos. Es una
actividad que realiza a diario junto con su madre y hermano y, según Daniela,
la emprendió tras recibir clases de Responsabilidad social como parte de su
carrera de Diseño Gráfico. La joven, de 21 años, y su familia forman parte de
ese universo de hogares que clasifican algún tipo de residuo, según el Estudio Ambiental de
Hogares del INEC. Ellos son una minoría, pues apenas 4 de cada 10 familias
dividen sus desechos. El 61,68% de hogares no lo hace. Por ciudades, en Ambato
el 67,5% de hogares encuestados no clasifica la basura porque no existen
contenedores apropiados; en Cuenca el 42,6% no lo hace porque no confía en el
sistema de recolección de basura, y en Guayaquil el 32,5% no lo hace porque
simplemente “no le interesa”. (Ver infografía) Para el director de la Escuela
de Ciencias Ambientales de la UEES, René
Rodríguez, el trabajo de Daniela y su familia son el efecto de campañas
ecológicas. “Si estamos dando pasos. Ya se habla de que el parque automotor va
a sufrir cambios con autos eléctricos. Es una ola para evitar contaminación,
quizás no a la velocidad que se desea o espera, pero es algo que se verá con
fuerza en la generación que viene”. El docente de la Ecotec, Arturo Álvarez,
opina que la educación ambiental es un proceso que toma años. “Ayuda mucho que
existan quienes se preocupan por clasificar los residuos, pero hace falta
capacitación con personas expertas en el tema, para que la ciudadanía conozca
el verdadero concepto de reciclaje. Reciclar no es solo sacar la basura”. Muchos
ecuatorianos aún desconocen cómo los residuos orgánicos pueden tener otro
destino. “Por ejemplo, las cáscaras de tomate y de otros alimentos pueden
servir como fertilizantes naturales para alimentar a sus plantitas. Para
quienes no tienen patio, pueden hacer el proceso en cajas de madera. Las
baterías pueden ser llevadas a industrias de metales”. Cecilia Herrera,
ingeniera química, asegura que a pesar de los esfuerzos, uno de los problemas
recae sobre la planificación de
recolección. “Antes de clasificar basura se debería hacer una campaña de
concienciación sobre dónde van los residuos. Yo puedo clasificar la basura y
mis vecinos también, pero el problema ocurre cuando el recolector pasa y coge
todos esos tachos clasificados con esfuerzos y los mezcla en un solo
contenedor”. Para los ecologistas es necesario replicar políticas de España o
Alemania, y otros países europeos, donde los contenedores están divididos y
existen días establecidos para recolectar solo los plásticos, otros días para
materiales peligrosos como los restos de fármacos y otros para la basura
orgánica. TOMADO DE EL TELEGRAFO DE ECUADOR
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