La difícil lucha contra los traficantes de caballitos de mar
en Madagascar Por AFP ANTANANARIVO. El
caballito de mar es la última especie
amenazada en Madagascar, uniéndose a la lista de las tortugas, los lemures y el
palo de rosa, víctimas del tráfico ilegal que los gobiernos sucesivos de este
país no consiguen controlar. CABALLITO DE MARMADAGASCAR
Estas frágiles y pequeñas criaturas marinas con cabeza en
forma de caballo pueden ser, en teoría, objeto del comercio internacional, pero
sólo con un permiso de exportación, según la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). En
Madagascar, “el caballito de mar es una especie protegida. Nadie puede otorgar
una autorización para su comercialización”, subraya el director general de
recursos pesqueros del ministerio malgache de Pesca, François Gilbert. Sin
embargo, esto no impidió que los agentes de la aduana francesa en el aeropuerto
de Charles de Gaulle, cerca de París, encontraran el pasado febrero 19.000
caballitos de mar deshidratados en un paquete procedente de Madagascar que
tenía Hong Kong como destino final. Mezclado con ron, o hervido, el caballito
de mar es muy apreciado en el mercado asiático. Por no hablar de sus supuestas
propiedades afrodisíacas que nutren los debates en internet. A diez euros la
pieza, los agentes de la aduana calcularon en 200.000 euros el valor total del
paquete. Tres días después del hallazgo en Francia, dos ciudadanos chinos que
portaban cinco kilos de caballitos de mar fueron detenidos en el aeropuerto
internacional de Antananarivo. Y una semana más tarde, otros dos ciudadanos
chinos que partían hacia Hong Kong fueron arrestados en la aduana malgache con
tres kilos del preciado animal. “Si en tan poco tiempo se han descubierto
varios casos de tráfico, significa que es una práctica habitual” , comentó el
coordinador de la oenegé Alliance Voahary Gasy (Naturaleza malgache), Andry
Andriamanga. AMULETO CONTRA MALDICIONES Son
los pescadores quienes los recogen “uno a uno”, “con la marea baja”, dice
Lavitra. Otros se quedan atrapados en el fondo de las redes de pesca. “Los
colectores aldeanos malgaches (...) venden los productos desecados a los
exportadores chinos instalados en grandes ciudades como Tulear” (suroeste). “Algunos
malgaches, sobretodo los marineros, meten caballitos de mar en su ron por el
efecto afrodisíaco” y otros “los llevan como colgante” como amuleto contra
maldiciones, precisa Landy Soambola Amélie, directora regional de Pesca en
Diana (norte). “El Estado no tiene suficientes barcos para vigilar las costas”,
lamenta por su parte Ruffin Sambany, director general de desarrollo sostenible
del ministerio de Pesca. En el aeropuerto, resultan muy difíciles de detectar.
“Ya están deshidratados para su transporte, por lo que es complicado distinguir
la forma de los caballitos de mar en las pantallas del escáner”, explica el
comisario Jean Victor Tsaramonina Ravony, jefe de la policía fronteriza del
aeropuerto de Antananarivo. El comisario explica que otro problema es que los
guardias no están formados o que “simplemente están implicados en la red” de
tráfico ilegal. Todos los registros efectuados en el aeropuerto de Antananarivo
tenían el mercado chino como destino. TOMADO DE ABC DE PARAGUAY
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