CRÓNICA DE UN ALADO RETORNOSegundo vuelo de los cóndoresTras
un año de cuidados médicos, los cóndores andinos ‘Huáscar’ y ‘Atahualpa’
aletearon y volvieron a surcar los cielos de la sierra
limeña. Es la primera
vez que se reinserta a un cóndor en su hábitat natural con rastreadores
satelitales para estudiar sus hábitos. Juan Celi RiscoTexto y fotos No fue
leyenda ni mito: ‘Huáscar’ y ‘Atahualpa’ levantaron vuelo sobre el cielo andino
el martes 12. El reloj marcaba las 15:00 horas; la altura, el viento y las
condiciones climáticas en la sierra limeña eran los adecuados para que estos
dos cóndores andinos vuelvan a surcar los cielos en su hábitat natural tras
recuperarse favorablemente de un envenenamiento e intoxicación grave.
Los dos contenedores se colocaron estratégicamente en una
montaña del distrito de San Antonio de Chaclla, en la provincia de Huarochirí.
Cuando se abrieron, asomaron con timidez las siluetas de los especímenes con
nombres incaicos. Volvían a su espacio natural tras un año de dedicados
cuidados veterinarios. Sus cuidadores observaban emocionados esta liberación:
se encontraban ansiosos de ver los resultados de sus esfuerzos por reinsertar a
estos dos cóndores, cuya población viene disminuyendo de manera preocupante en
el Perú y otros países andinos. Prueba
de vuelo ‘Huáscar’ fue el primero en salir de la jaula. Acicaló sus plumas,
extendió sus alas de casi dos metros de envergadura y dio cara al viento, tras
breves saltos, intentó con poco éxito levantar vuelo. Era comprensible su
torpeza, acababa de hacer un viaje de casi dos horas en una jaula por una
trocha carrozable. El entusiasmo no disminuyó entre quienes llegamos a las
alturas de Huarochirí para ser testigos del retorno al aire: Tras varios
intentos de vuelo, ‘Huáscar’ comenzó a escalar una montaña cercana con
asombrosa agilidad, a pesar de lo escarpado del terreno, al llegar a la cima
extendió sus grandes alas y levantó el vuelo, en medio de la algarabía y los
aplausos de los asistentes, que disfrutamos de su habilidad para dominar las
corrientes ascendentes de aire y planear como una enorme cometa negra a más de
3,200 metros sobre el nivel del mar. Luego fue el turno de ‘Atahualpa’. Se
demoró más en salir de su encierro. El tiempo en cautiverio lo había
entumecido, pero pacientemente extendió sus alas y comenzó a calentarse con los
rayos del sol. De un momento a otro, se lanzó por una colina retomando así la
habilidad principal que debe tener esta especie para sobrevivir. ‘Atahualpa’
desapareció en pocos segundos del lugar donde fue liberado, los investigadores
presentes respiraron aliviados, pues este vuelo significaba que podrían
sobrevivir sin auxilio del hombre. Ahora manifestaban con algarabía que el Perú
cuenta con dos ejemplares saludables, que ya pueden reproducirse en espacios
naturales. Ver volar a los cóndores ‘Huáscar’ y ‘Atahualpa’ en las alturas de
la sierra limeña es un espectáculo que emociona a cualquiera que conozca el
verdadero significado de esta ave para los países andinos. Cóndores satelitales El vuelo de los dos especímenes también tiene
un gran significado para el Perú ya que marca un importante hito: es la primera
vez que se logra reinsertar a un cóndor a su hábitat natural con rastreadores
satelitales, que darán valiosa información para estudiar sus hábitos. Según
Jessica Gálvez-Durant, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna
Silvestre del Serfor, es la primera liberación de este tipo, con protocolos
elaborados, telemetría y rastreadores satelitales, lo que dará mucha
información sobre dónde vuelan, anidan y se alimentan. Por su conservación Destacó, además, que esta liberación se realizó
en el marco del Plan Nacional de Conservación del Cóndor Andino, que fue
aprobado hace unos días, donde se establece diversas estrategias de
conservación para preservar esta especie. Como parte de este plan se tiene
previsto realizar un censo del cóndor andino y diversas capacitaciones a las
poblaciones del interior del país para evitar que la población de esta
emblemática ave continúe disminuyendo dramáticamente. Explicó también que cada
cóndor ahora tiene una etiqueta en el ala con un número de identificación y un
sistema de monitoreo satelital. Los dispositivos que se colocaron en cada ala
se recargan con energía solar y tienen un tiempo de funcionamiento de dos años,
periodo en el cual podrán monitorearse detalladamente. En esta historia, que
tuvo un final feliz, intervinieron diversos veterinarios y especialistas de
cóndores de The Peregrine Fund, investigadores altruistas de Ecuador y Serfor
del Ministerio de Agricultura, que participaron en este exitoso proceso de
liberación en las alturas de la región Lima. ‘Huáscar’ y ‘Atahualpa’ vuelan. Población que decrece Como explican los
especialistas: el mundo moderno, la cacería ilegal y algunas tradiciones del
hombre, hacen peligrar el hábitat del cóndor, motivo por el cual es más
frecuente ver ejemplares envenados o atrapados para realizar festividades en
diversos pueblos, que poco a poco han venido menguando su población silvestre. Según
relató el especialista ecuatoriano Andrés de Ortega, médico veterinario de la
Universidad de San Francisco de Quito, en Venezuela el cóndor está casi
extinto, mientras que en el Ecuador se calcula que solo existen 50 ejemplares,
y en el Perú habrían por lo menos 2,500 cóndores. Andrés de Ortega comentó que
en su país ya se ha realizado la liberación exitosa de diez cóndores
recuperados y se tiene previsto que se consolide la cooperación con el Perú
para continuar compartiendo experiencias para la conservación de esta
emblemática especie, que es un símbolo nacional para algunos países andinos. Tomado
de el peruano
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