El río Medellín,
lavadero de carros y de motos
Sin importarles los bañistas que hay aguas abajo ni la
contaminación que le generan al afluente, algunos
conductores aprovechan el río
para lavar sus carros y motos. FOTO RODRIGO MARTÍNEZ
Sin importarles que el sitio es un espacio para decenas de
bañistas que llegan en busca de recreación a la vereda La Clara, en Caldas,
algunos conductores de motos y carros convirtieron las aguas del río Medellín,
en lavadero de sus vehículos.
El sitio, al que por varios años han llegado veraneantes de
distintos sectores del Valle de Aburrá, se volvió más atractivo, desde que
Corantioquia construyó varias presas para contrarrestar la corriente y evitar
la erosión en las orillas y a uno de los diques le adaptó tubos de PVC para que
el agua salga en chorros y los disfruten los bañistas.
Rodrigo Sánchez, secretario de gobierno de Caldas, dijo que
en el Tránsito y la Policía vienen haciendo operativos para sancionar a quienes
realizan estas actividades, porque está prohibido lavar carros y a quien lo
haga le impartirán un comparendo.
Agregó que a esta indisciplina se añade la inadecuada
disposición de los residuos que quedan de las sancochadas de los veraneantes.
En el sitio ubicaron algunas canastas que pocas personas
usan y la basura la dejan en las orillas o la lanzan a las aguas transparentes
del río.
“La Clara como reserva es de todos y por eso estamos
sensibilizando a los habitantes para que informen a las autoridades las
prácticas que atenten contra el medio ambiente”, dijo el funcionario.
Ecoparque turístico
El concejal de Caldas, representante de la vereda La Clara,
Mauricio Cano, agregó que también está prohibida la entrada de volquetas para
la extracción de materiales.
Informó que el Municipio está preparando una primera
adecuación para declarar el sitio como Ecoparque Turístico, lo que permitirá
más control por la Secretaría de Tránsito y mayores recursos para mejorar el
entorno.
Otro trabajo que se espera empiece este año es el de la
instalación de colectores de aguas residuales de las cerca de 52 viviendas que
tiene La Clara en su zona urbanizada a orillas del río, para evitar que lo
sigan contaminando.
Indicó que la preservación del río es vital porque se ha
detectado que tiene vida hasta el sector de La Raya, en límites de Caldas y La
Estrella, y la parte del Cerro de San Miguel, donde nace, posee el 16 por
ciento de la biodiversidad de Antioquia.
Luisa Fernanda Jaramillo, subdirectora de Ecosistemas de
Corantioquia dijo que con el nuevo POT de Caldas, se designó el lugar como
Refugio de Vida Silvestre y Parque Ecológico y Recreativo Alto de San Miguel,
mientras que la corporación espera declararlo como Área Protegida de
Importancia estratégica regional.
Destacó que en la zona, de más de 2.260 hectáreas, se han
realizado diversos estudios y estrategias de conservación.
Allí, dijo, hay predios del Instituto Mi Río, de Medellín,
que los adquirió para preservarlos. Además, hay algunas explotaciones de pino y
ciprés particulares que están tratando de negociar, para conservar este bosque
de niebla, que es uno de los que más se ha perdido en el país.
La Funcionaria señaló que el Alto de San Miguel es un
ecosistema estratégico que además de Caldas, comprende territorio del municipio
de El Retiro, que pertenece a la Corporación Autómona Regional de las Cuencas
de los Ríos Negro y Nare, Cornare, entidad con la que también se trabaja para
la declaratoria de Área Protegida. ¿QUÉ SIGUE?
BUSCAN PRESERVAR LA RICA FAUNA Y FLORA El Alto de San Miguel
es una estrella fluvial en la que nacen los ríos Aburrá o Medellín, El Buey y
Negro.
Con la declaratoria de Área Protegida se busca preservar y
restaurar su integridad ecológica necesaria para la supervivencia de
comunidades y poblaciones de flora y fauna endémica y amenazada, como
orquídeas, comino, roble, palmas de cera y el hojarasco. En fauna hay
musarañas, ratas del chusque, tigrillos, martejas, guaguas de montaña y
puercoespines. RODRIGO MARTÍNEZ ARANGO Comunicador social-periodista
de la
Universidad de Antioquia. Redactor del área Metro hace 20 años. Periodista
judicial hace 30 años. También ha trabajado como locutor y periodista de radio
en la Cadena Caracol. Autor del libro Expresión oral para periodistas, editorial
UPB. TOMADO DE EL COLOMBIANO
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