Humedales bajo escrutinio
Un proyecto de investigación desarrollado por especialistas
del Instituto de Geografía Tropical y otras instituciones nacionales permitió
evaluar de manera integral el estado actual de los más importantes del país,
incluyendo las principales amenazas que enfrentan Autor: Orfilio Peláez |
Los humedales son una importante reserva de la flora y la
fauna de nuestro país. Foto: Julio Larramendi
Parte esencial de la rica diversidad biológica de nuestro
archipiélago, los humedales cubren una extensión aproximada de 10 412
kilómetros cuadrados, equivalente al 9,3 % de la superficie total de Cuba.Estos
comprenden todas las aguas dulces y saladas de origen natural, tanto costeras
como interiores, contenidas en áreas cenagosas, bosques de manglares, pantanos,
lodazales, ríos, lagos y arroyos. También son tomados en cuenta en su
definición los embalses, canales y estanques destinados a la cría de peces
construidos por el hombre. Más allá de constituir sitios ideales para la
reproducción, cría y refugio seguro de numerosas especies de aves acuáticas,
mamíferos, peces, reptiles y anfibios, los humedales protegen los hábitats,
mitigan la erosión en el litoral y contribuyen a la captura de dióxido de carbono
atmosférico. Igualmente amortiguan los impactos ocasionados en la
infraestructura por fenómenos meteorológicos extremos, recargan de agua a las
cuencas subterráneas, actúan como filtros biológicos purificadores de
contaminantes, retienen nutrientes y facilitan el transporte fluvial. Históricamente
han sido el sustento de diversas comunidades en todo el mundo al garantizar
el abasto de agua con distintos fines, la pesca, el desarrollo de la pequeña
agricultura, obtención de fuentes energéticas, en particular leña y turba, y el
fomento de actividades recreativas, turísticas e investigativas. Sin embargo,
son muy frágiles y vulnerables a los efectos del cambio climático,
principalmente a la elevación del nivel del mar, y las acciones perjudiciales
derivadas de un incorrecto diseño de los programas de desarrollo
socioeconómico. DESAFÍO PERMANENTE Bajo la guía del Instituto de Geografía
Tropical (IGT) perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente, entre el 2011 y el 2014 se ejecutó el proyecto Evaluación ambiental
integral de humedales prioritarios de Cuba, amenazas actuales y potenciales. Como
refiere a Granma el Doctor en Ciencias Geográficas Lucas Fernández Reyes,
investigador titular de la mencionada entidad y coordinador del proyecto, el
objetivo fue conocer básicamente en qué situación se encuentran esos
ecosistemas, cuáles son las causas de los cambios observados, cómo han
repercutido desde el punto de vista ambiental, y la eficacia de las políticas
vigentes para revertir los efectos adversos detectados. Los humedales
comprendidos en el estudio fueron la Ciénaga de Zapata (el más grande del país
y del Caribe insular), Buenavista, Norte de Ciego de Ávila, Río Máximo, Ciénaga
de Lanier, y Delta del Cauto, todos declarados Sitios Ramsar de importancia
internacional por la convención mundial que lleva ese mismo nombre, adoptada
en Irán en 1971. Asimismo se incluyó el de Guanahacabibes por su relevancia
ecológica y económica. Tomaron parte además en la investigación, especialistas
del Instituto de Ecología y Sistemática, del Centro de Investigación y
Servicios Ambientales ECOVIDA, de la delegación provincial del Citma en
Matanzas, y del Centro de Creación de Capacidades de ese ministerio en
Ciego de Ávila. En opinión del Doctor Lucas Fernández, el problema más crítico
identificado radica en la disminución de la disponibilidad y calidad del
recurso agua, componente básico para el buen funcionamiento de estos. “Los
resultados permiten afirmar que en lo anterior influyen varios factores, entre
ellos la contaminación provocada por productos agroquímicos provenientes de
zonas agrícolas y residuales domésticos originados en los territorios
colindantes, y la salinización de las aguas subterráneas asociada a la
sobreexplotación de los acuíferos. “Asimismo, encontramos una marcada
disminución en el aporte de agua dulce y nutrientes a la zona marina debido al
represamiento de ríos. Tales problemas generan incidencias económicas,
ecológicas y sociales desfavorables, cuya magnitud será reforzada en el futuro
por los efectos del cambio climático”. Puso de ejemplo lo sucedido con las
poblaciones de camarón en el Delta del Cauto, las cuales disminuyeron de forma
notable en la medida en que el río se represó y llegó menos agua a la zona
habitual de desove. Otros elementos que perjudican la salud de los humedales
estudiados son la creciente eutrofización de los cuerpos de agua (aumento de
la extensión de la cobertura de plantas acuáticas en la superficie), vinculada
al arribo de desechos químicos que propician ese proceso, la tala, la caza y la
pesca furtivas, la extracción de madera excesiva, la introducción de especies
invasoras, los incendios forestales, y la fragmentación y degradación del
entorno propiciado por la construcción de viales y demás obras en las
inmediaciones. Según explicó el investigador del IGT, un aspecto importante que
atenta contra el cuidado de los humedales es la deficiente vinculación de la
población vecina en la gestión y manejo del territorio donde se encuentran, así
como la baja reinversión de las utilidades derivadas de la explotación de sus
recursos en beneficio del desarrollo socioeconómico local. Con relación al
cambio climático futuro, las fundamentales amenazas avizoradas vienen de la
subida de la temperatura media superficial, el incremento del nivel del mar y
los cambios en los regímenes de precipitación, manifestó. Ello traería consigo
la inundación y desplazamiento de humedales y costas bajas, la erosión y
retroceso de la línea costera, mayor salinidad de los acuíferos, y la
alteración de los patrones de sedimentación. Aunque Cuba dispone de un amplio
arsenal de instrumentos jurídicos, de gestión y mecanismos de cooperación
internacional vinculados a la protección de los humedales, las medidas de
respuesta adoptadas ante las amenazas no siempre son efectivas, ni mejoran los
indicadores ambientales. De acuerdo con lo planteado por el Doctor Lucas
Fernández, generalmente estas se orientan a la puesta en vigor de acciones para
remediar provisionalmente el deterioro de los ecosistemas, y pocas veces
conciernen a las causas directas que generan las afectaciones. En distintos
lugares hemos fomentado la cría en cautiverio del manjuarí, el cocodrilo
cubano, la cotorra, pero no se ha controlado con suficiente rigor la génesis de
los problemas, como son la depredación, la contaminación y los cambios de
hábitat”. También apreciamos que el conocimiento de los humedales es desigual,
lo cual representa una seria limitante para implementar enfoques homogéneos de
gestión, resaltó el investigador. TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA
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