miércoles, 13 de mayo de 2015

SALVANDO CÍTRICOS EN CUBA


 SIERRA DE CUBITAS Rodilla en tierra para salvar al cítrico
Los habitantes de Sierra de Cubitas en Camagüey se niegan a perder el cultivo del cítrico, parte misma de la identidad local, forjada a lo largo de más de un siglo de exquisito laboreo Autor: Miguel Febles Hernández |  
La Empresa Agropecuaria y Citrícola Sola es la única entidad del país que cosecha y exporta toronjas y naranjas orgánicas. Foto: Miguel Febles Hernández
SIERRA DE CUBITAS, Camagüey.—Muy lejos del esplendor de antaño, en que se llegaron a explotar cerca de 10 000 hectáreas de plantaciones, los habitantes de este valle de rojísimas tierras se niegan a perder el cultivo del cítrico, parte misma de la identidad local, forjada a lo largo de más de un siglo de exquisito laboreo. Pero los golpes en lo económico y en la salud vegetativa de los longevos naranjales se sienten y mucho: del apogeo productivo (récord de 39 200 toneladas en 1997), ya para el año 2005 los niveles de cosecha se redujeron hasta las 6 300 toneladas, apenas el 16 % de lo logrado en tiempos de bonanza. La agobiante depresión económico-financiera hizo causa común con las intensas sequías, la escasez de recursos, las indisciplinas tecnológicas, los problemas organizativos y una situación fitosanitaria compleja, para conformar un panorama nada halagüeño que impidió continuar el ambicioso proyecto citrícola. Para recuperar la credibilidad y ganar en competitividad se impuso un cambio categórico en las maneras de actuar y de concebir el futuro de la zona: a partir del 2009 se asumió un programa de desarrollo alternativo, dirigido no solo a preservar las áreas de cítricos, sino a diversificar el horizonte productivo. Justo en el 2010, la entidad rectora del proyecto se transforma, mediante Resolución del Ministerio de la Agricultura, en Empresa Agropecuaria y Citrícola Sola, con el encargo adicional de adentrarse en el fomento de frutales, la ganadería, el cultivo de viandas y hortalizas, la apicultura y la producción de carbón. UN RENACER PARA SIEMPRE Tal es el eslogan actual y el propósito estratégico de este gigantesco colectivo que agrupa a siete unidades empresariales de base (UEB), nueve unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) y nueve cooperativas de créditos y servicios (CCS), unidas todas en el empeño común por salvar al cítrico. Para Raúl Bárcenas González, director general de la em­presa, resulta favorable el haber detenido el decrecimiento y logrado una estabilidad sostenida en la producción sobre las 6 000 toneladas de cítricos anuales, entre naranja de valencia y toronja. “La cosecha pasada, explica, fluyó sin mayores problemas. Se enviaron a la industria conservera 5 010 toneladas de cítricos, compromiso que hacía tres años no se cumplía. Ello nos permitió cerrar las operaciones con una situación financiera mucho más favorable, que beneficia de manera directa a los trabajadores”. Mientras se preservan los viejos pero aún vitales naranjales, a través de adecuados tratamientos fitosanitarios, en el 2014 se sembraron 128 hectáreas de nuevas plantaciones, las cuales presentan hoy un buen estado vegetativo, y en el actual calendario se prevén otras cien hectáreas, de ellas 36 de limón. Refiere Bárcenas González que la mayor dificultad que afronta la empresa en su recuperación es que prácticamente todos los cultivos se desarrollan en condiciones de secano, solo el 17 % del área está bajo riego y en algunas unidades, donde existen los sistemas, no se explotan por falta de electrificación. Lo importante, sugiere el directivo, es que lo que se nos entregue, como parte del programa de desarrollo y de acuerdo con el financiamiento existente, sea aprovechado de inmediato, sin perder tiempo, porque si nos dormimos nos quedamos sin cítrico en el mismo lugar por donde entró ese cultivo al país”.  FINCA A FINCA SE ASEGURA EL AVANCE Verdaderos actos de malabarismo han tenido que hacer en estos años los 104 trabajadores de la UBPC Cuba-Argentina para no perder la rentabilidad lograda desde 1994, año que marca la fecha de fundación de la cooperativa, cuyo renglón productivo principal siempre fueron los cítricos. José Antonio Bautista Torres, quien está al frente de la UBPC, no duda en afirmar que los tiempos que corren, aunque complejos por la falta de recursos imprescindibles, ofrecen un aliento esperanzador para el Valle de Cubitas, lo que repercute en el favorable ambiente de trabajo que se respira en el colectivo laboral. “Hoy contamos con tres fincas integrales, puntualiza, bajo el signo de la diversificación, es decir, además del cítrico, se fomentan otros cultivos, como la piña, el mango, el aguacate, el níspero, la fruta bomba, el plátano, la guayaba, el frijol y las hortalizas. Siempre tenemos algo en cosecha y eso beneficia a la cooperativa”. Tal seguridad se afianza también en José Ibáñez Soria, jefe de la finca Antonio Maceo, una de las de mejores resultados productivos y económicos de la UBPC Cuba-Argentina, convertida en un hermoso jardín gracias a la técnica de intercalado de cultivos entre la naranja y la toronja, según el ciclo de siembra. “Se nos ha dado la tarea de reanimar el cítrico y en eso estamos enfrascados. Fíjese en estas toronjas lo bien que vienen: tienen apenas dos años y medio de sembradas y ya están cuajando sus frutos. Dentro de muy poco estaremos cosechando las primeras producciones”, asegura el fornido agricultor. El optimismo se justifica, porque los 15 trabajadores de la finca están plenamente persuadidos de que los resultados no se alcanzan por sí solos, se obtienen con mucho esfuerzo, dependen del empeño que le pongan a cada tarea, para luego disfrutar de mayores ingresos y de una mejor calidad de vida.
DE LA MANO ECONOMÍA Y MEDIO AMBIENTE La Empresa Agropecuaria y Citrícola Sola es, hoy por hoy, la única entidad del país que cosecha y exporta toronjas y naranjas orgánicas, es decir, producciones libres del empleo de sustancias químicas en las atenciones culturales, lo que las hace más competitivas en el mercado internacional. A partir del 2009 se comenzó a trabajar en el proyecto de fruta ecológica, el cual agrupa una base productiva integrada, entre otros, por pequeños agricultores con varias décadas de prácticas empíricas que siempre desecharon el uso de fertilizantes y otros productos químicos en el manejo de sus plantaciones. “Se trata de un proceso muy riguroso, según normas internacionales para su certificación, lo cual repercute en mejoras al ecosistema y en el orden productivo, al obtenerse rendimientos superiores de un cítrico sano y de superior calidad al convencional”, subraya Leidi Conde Figueredo, directora técnica y de desarrollo. Las principales plantaciones, ubicadas en Aljibito, en la ladera norte de la Sierra de Cubitas, presentan un buen estado fitosanitario, gracias a la aplicación de la tecnología orgánica, como la biofertilización agrícola y la lucha biológica integrada, además de otras iniciativas propias de los campesinos. Basta un ejemplo para medir el impacto económico del proyecto: si para producir una tonelada de jugo concentrado en el Combinado Industrial de Ceballos, en Ciego de Ávila, se necesitan 11,2 toneladas de cítrico convencional, la misma cantidad de jugo simple se obtiene con solo procesar 2,3 de cítrico orgánico. “Los ingresos obtenidos por concepto de exportaciones, comenta la especialista, benefician de manera directa a los productores, oxigenan económicamente a la entidad y permiten invertir en renglones que aseguren estabilidad en la producción principal y poder abrir nuevos frentes de trabajo”. SOLA NO ESTÁ TAN SOLA A los destinos habituales de las producciones de la empresa (industria conservera, consumo social y mercado agropecuario), se suma con carácter perspectivo el enorme reto de respaldar el desarrollo turístico de la cayería norte y de la playa de Santa Lucía, dado el “privilegio” geográfico de su cercanía a la zona. “En ese propósito, ratifica Raúl Bárcenas González, su director general, hoy Sola no está sola. El país ha puesto el empeño en que no paremos: hay que sembrar cítricos, frutales, crear fincas integrales, recuperar la maquinaria, incrementar los sistemas de riego y poner a funcionar nuevas minindustrias”. “La empresa, confirma el directivo, apuesta por el desarrollo y el avance, a través de un sistema cerrado de producción-co­mercialización, estratégica misión que está en manos de los cubiteños cumplir. Si no cambiamos, y rápido, no habrá manera de corresponder a esa gigantesca demanda que se nos viene encima”.  TOMADO DE LA GRANMA DE CUBA 

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