domingo, 28 de junio de 2015

DIA MUNDIAL DE LA HEPATITIS

 DIA MUNDIAL DE LA HEPATITIS Un mal que es sinónimo de muerte
Las hepatitis virales producidas por los virus VHB y VHC son, en general, asintomáticas, pero en muchos casos producen cirrosis, cáncer de hígado  y  causa de la mitad de los trasplantes hepáticos.Se estima que el 30% de la población mundial ha tenido contacto con el VHB. Alrededor de un millón de personas mueren por causas relacionadas con la hepatitis B cada año. Para El Litoral por el  Dr. JosE H. Vilar, HepatOlogo El Día Mundial de la Hepatitis se celebra cada año el 28 de julio y constituye una oportunidad para concienciar sobre la importancia de conocer, prevenir y tratar las hepatitis virales en todo el mundo.
Los ciudadanos deben conocer la realidad de las hepatitis virales y los gobiernos deben afrontar esa realidad como un problema de salud pública.
Con este artículo queremos contribuir a la celebración de ese día e informar sobre aspectos esenciales que todos debemos conocer, cuantificar, valorar y poner los medios para solucionar.
Las hepatitis virales producidas por los virus VHB y VHC (existen otras que exceden al espíritu del presente artículo) son, en general, asintomáticas, pero en muchos casos producen cirrosis, cáncer de hígado y causa de la mitad de los trasplantes hepáticos.
Se estima que el 30% de la población mundial ha tenido contacto con el VHB. Aproximadamente 350 millones de estas personas son portadoras del VHB, en especial en los países asiáticos. Alrededor de un millón de personas mueren por causas relacionadas con la hepatitis B cada año. La tasa de prevalencia del VHB en las diferentes partes del mundo es muy heterogénea, ya que varía de 0,1% hasta 20%.
Existe una vacuna anti-VBH efectiva y en consecuencia la incidencia de nuevas infecciones ha disminuido en los países en las que se aplica.
Es importante destacar que la vacuna para la hepatitis B es la primera vacuna antitumoral y ha permitido disminuir la transmisión madre-hijo que es la principal causa de infección en los países orientales y en consecuencia el desarrollo de menos tumores. En nuestro país es gratuita y se encuentra en el calendario de vacunación obligatoria. A pesar de que se ha observado un descenso de la prevalencia en muchos países, las estimaciones son difíciles debido a las migraciones en continuo crecimiento.
Existen varios fármacos eficaces para el tratamiento efectivo que suprimen la replicación del virus y disminuyen el riesgo de cirrosis y cáncer de hígado.
La hepatitis C es una epidemia de alcance mundial que afecta a más de 150 millones de personas; cada año se infectan entre 3 y 4 millones y más de 350.000 personas mueren anualmente como consecuencia de esta enfermedad para la cual aún no existe vacuna pero sí tratamientos eficaces, los cuales eliminan el virus del organismo obteniendo la curación. Dichos tratamientos están evolucionando rápidamente en los últimos años y poco a poco irán llegando al mercado nuevos fármacos más efectivos, con menos efectos secundarios y tiempos de tratamiento. En los últimos meses en nuestro país se han aprobado dos de las nuevas drogas contra la hepatitis C, cuya eficacia terapéutica puede llegar al 90%.
Desgraciadamente, menos de la mitad de las personas que padecen la enfermedad son conscientes de ello, y entre los que lo saben sólo un porcentaje de un 1%-30% reciben tratamiento. Existen múltiples barreras que impiden el diagnóstico de todos los pacientes, su atención y su tratamiento.
Hay que delimitar los retos más urgentes y graves que plantea la infección por VHC, así como evaluar la mejor forma de plantear una estrategia de actuación coordinada. En nuestro país, acción en la que hay que destacar a la Aaeeh (Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado), por su constante prédica y difusión del tema, así como el dictado de cursos y protocolos de actualización.
Debería hacerse público el impacto de esta epidemia silenciosa debida al VHC que afecta a 4 veces más personas que el VIH. Los ciudadanos tienen derecho a la transparencia en temas de salud pública y a recibir la información realista de lo que supone esta enfermedad a nivel individual y social, así como de las consecuencias sobre el sistema de salud y el impacto en los pacientes si no se actúa ahora en varios frentes. Hace años que se conoce esta realidad y las asociaciones científicas son las que permanentemente bregan en pro de la transmisión de conocimientos y actualización de los tratamientos.
No se pretende crear alarma social, se trata de conocer la verdad y actuar en consecuencia. Los sistemas provinciales en conjunto con el Estado nacional deberían afrontar la dimensión del problema y aplicar las políticas de salud más adecuadas y eficientes, empezando con mayor información y prevención de las situaciones de riesgo, aumentar el número de pacientes diagnosticados de una manera actualizada y tratar aquellos pacientes en que esté indicado. Para ello, la Aaeeh dicta protocolos para mejorar los modelos terapéuticos. Pero le cabe a las organizaciones estatales recabar más y mejores datos, informar a la ciudadanía y sobre todo tratar a los pacientes para los cuales su hepatólogo/a prescriba el tratamiento que como experto/a crea necesario.
Hay que detectar a los pacientes y tratar a los que más lo necesiten. Esta es la mejor medida de prevención tanto para los que ya tienen la hepatitis C como para las personas en situaciones de riesgo que podrían ser infectados. No obstante antes de llegar al hepatólogo  el sistema sanitario cuenta con los servicios de la atención primaria y de los especialistas ambulatorios. Sería conveniente incrementar la formación de este segmento sanitario, ya que se produciría una detección precoz de las hepatitis virales y el paciente sería derivado al hepatólogo en mejores condiciones.
Para los que ya están afectados por una enfermedad crónica del hígado, el reconocimiento y el tratamiento precoces pueden reducir la incidencia de complicaciones tardías.

También quisiera destacar la importancia de evaluar las necesidades educativas de los pacientes con hepatitis B o C, que es un punto de partida crucial. Es fundamental tener en cuenta que estos pacientes presentan una elevada heterogeneidad en base a sus diferentes características clínicas, epidemiológicas y co-morbilidades, que justificarían estrategias educativas adaptadas a sus necesidades. Tomado de el litoral de ctes ar 

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