PROMOCIÓN Un kilo de
veneno de abeja puede valer hasta 28 mil dólares, pero en Bolivia sólo dos
personas saben cómo sustraerlo. Algunos programas buscan capacitar a mayor
cantidad de apicultores e incrementar sus colmenas.
25 mil apicultores mueven Bs 32 millones Por Enid López
Camacho - El trabajo de las abejas en
torno a la reina que forma parte de un sapeario ubicado en la zona de Apote. -
Carlos López Gamboa Los Tiempos En Bolivia, cerca de 25 mil apicultores
producen cerca de 900 toneladas de miel por año generando un movimiento
económico de 32 millones de bolivianos. Y sin embargo, el potencial de Bolivia
da para mucho más. La Asociación de Apicultores de Cochabamba (ADAC) busca que
se impulsen programas para capacitar a más apicultores y que se incrementen las
colmenas por productor. Los datos de
ADAC reportan 24.968 apicultores en Bolivia, 64.967 colmenas y 899 toneladas de miel producidas por año,
según el asesor técnico de ADAC, Nabor Medizábal. Además de las colmenas
productoras, existen 60.124 núcleos o colmenas en crecimiento o capturas
recientes, dando un total de 125.091 colmenas, como resultado de un Diagnóstico
Nacional de Producción de Miel en coordinación con el Ministerio de Desarrollo
Rural. En Bolivia, ocho de los nueve departamentos (La Paz, Cochabamba, Santa
Cruz, Chuquisaca y Tarija, Beni, Pando y Potosí), en 220 municipios se dedican
a la apicultura. En Cochabamba, se registraron 5.210 apicultores que producen
155,6 toneladas de miel al año, generando un movimiento de 7,8 millones de
bolivianos, según el vicepresidente de ADAC, José Luis Calahuana. Chuquisaca,
otro de los departamentos potenciales, genera alrededor de 390 toneladas al
año, según Isabel Limachi responsable de Fortalecimiento a Organizaciones
Económicas de la Fundación Pasos. En Cochabamba, los valles profundos e
interandinos son los que más producen. Sólo en zonas altiplánicas, la abeja no
logra adaptarse. Mendizábal explica que Cocapata es una de las regiones que
mayor rendimiento de producción tiene a nivel nacional porque de allí se llegan
a obtener hasta 120 kilos de miel por colmena al año, cuando la producción normal es de 22 kilos. Proyecto departamental ADAC busca
implementar un proyecto departamental de fomento y protección al sector
apícola. Según Mendizabal, se busca elevar el número de colmenas por apicultor
y formar recursos humanos. “El apicultor en Cochabamba y en Bolivia no está
bien formado. Formar un apicultor toma dos a tres años, implementándole todo un
sistema de asistencia técnica”, explica. Añade que la escuela de Gestión
Pública Plurinacional implementará un programa de formación de apicultores a
nivel nacional en tres niveles: promotores, maestros y peritos apicultores.
Comercialización La
apicultura encierra potenciales desconocidos. Por ejemplo, una joya de la
producción apícola es la apitoxina (veneno de abeja). Un kilo puede valer entre
25 y 28 mil dólares. Pero para obtener este kilo, se necesita el trabajo de 40
colmenas durante un año. Además, en Bolivia sólo dos personas especialistas se
dedican a la extracción de esta sustancia. “Es una actividad de
especialización, es decir, tienes que saber lo que estás haciendo”, indica
Mendizábal. De allí, la explicación de la necesidad de gran capacitación
específica. La miel como tal es comercializada en 50 bolivianos el kilo,
mientras el polen llega a tener un valor de 300 a 350 bolivianos.
Enfermedades La
apicultura tampoco está libre de contratiempos, como enfermedades y plagas.
Hace un año, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad
Alimentaria (Senasag) reportó el primer caso de loquia americana, una bacteria
que causa que todas las abejas reina se pudran. “Forma unas esporas más o menos
de 35 escamas para infectar una larva. Esa larva se pudre y forma 2,3 billones
de esporas. Revienta eso y contamina toda la caja. La única solución es quemar
la caja”,explica Mendizabal. Otra enfermedad es la Abarroa (una garrapata) que
se incrusta en las abejas y les baja los niveles de rendición. Entre los
desafíos que el sector apícola está la zonificación de la producción de miel,
la asistencia técnica y la capacitación. Mendizabal indica que se tienen muchas
colmenas en sólo algunas áreas, y la distancia recomendable entre un sapeario
(conjunto de colmenas de abeja) y otro
es de tres a cinco kilómetros. El factor determinante es la cantidad de flor de
la región. Actualmente, el promedio de colmenas por apicultor en Cochabamba no
sobrepasa las cinco unidades, y para una actividad rentable, cada productor
debería tener alrededor de 12 colmenas. PARA 250 TONELADAS AL AÑO Concluyen
planta de procesamiento de miel La planta de procesamiento de miel (Promiel),
que tendrá una capacidad para tratar 250 toneladas al año, ya está concluida,
según su gerente, Eduardo Velásquez. Promiel, además de los ambientes de
industrialización, cuenta con espacios para la construcción de cajas (colmenas)
y láminas de cera, además de una escuela apícola.
El principal objetivo de este proyecto es mejorar la
producción de miel y brindar mayor capacitación a los productores para que los
niveles de productividad se incrementen. La inversión fue de 29,4 millones de
bolivianos y fue construida en cuatro hectáreas de terreno en la comunidad de
Samusabeti del municipio de Villa Tunari (Chapare) y fue ejecutada desde 2014. Cuenta
con máquinas especiales de procesamiento de miel que fueron hechas en Bolivia,
Argentina y México. También tiene salas de investigación y de capacitación para
los productores, que permitirán realizar investigaciones de mejoramiento
genético. Según Velásquez, el equipamiento será constante y conforme al
requerimiento de los productores. FALTA UNA REGLAMENTACIÓN DE LA NORMA GENERAL Esperan
ley que declare la apicultura interés nacional La Asociación Nacional de
Apicultores de Bolivia espera que el Gobierno apruebe el Proyecto de Ley
07/2014, que declara a la apicultura como una actividad de interés y prioridad
nacional. Isabel Limachi, responsable de Fortalecimiento a Organizaciones
Económicas de la Fundación Pasos, que trabaja de manera conjunta con la
Gobernación de Chuquisaca explica que el proyecto de ley fue aprobado por la la
Comisión de Planificación, Política
Económica y Finanzas de la Cámara de Diputados, pero que aún no cuenta con una reglamentación. Limachi
explica que la ley surge ante la demanda y necesidad de los actores
productivos que desarrollan actividades
apícolas. Según el proyecto, existen lineamientos estratégicos para incrementar
la producción y rentabilidad de los productos y subproductos de la cadena
apícola, además de inculcar el fomento de la producción orgánica y de las buenas prácticas. Los ejes
estratégicos contemplados en la normativa son el fortalecimiento de
capacidades, investigación y tecnología; sanidad e inocuidad; información
estadística oportuna; incentivo a las organizaciones de productores,
coordinación y articulación con los niveles centrales y subnacional; normas
sanitarias de la miel y subproductos;
acceso a mercados; servicios de polinización; calidad y valor agregado y acceso
al financiamiento. Según el
vicepresidente de ADAC, José Luis Calahuana, el año pasado ya se trabajó en un proyecto
de ley que debió de ser aprobado, pero a la fecha no se concretó la normativa. Calahuana
explica que la normativa es urgente para el sector, sobre todo para el mapeo de
las áreas donde están los sapearios (grupo de colmenas) para identificar las distancias.
Sin embargo, la regulación de la comercialización del producto también es
prioridad para ADAC. MANUAL: NABOR MENDIZABAL, APICULTOR La colmena y su manejo
La colmena en condiciones silvestres colecta alimento (néctar y polen) para
desarrollar su población durante la temporada de floración. Cuando la población
de abejas en una colmena llega al punto en que las segregaciones hormonales de
la reina no son lo suficientemente fuertes como para prevenir la formación de
otras reinas, la colmena produce hasta un par de docenas de nuevas reinas para
que la colmena se reproduzca o divida. Las nuevas reinas tratarán de eliminarse
entre sí matando a las que estén en celdas o fuera de éstas peleando con las
que completaron su desarrollo. Algunas reinas abandonan la colmena original con
una parte de la población formando lo que se conoce como enjambre. En una
colmena debidamente establecida se encuentra miel (energía) y polen (proteína),
que constituyen la reserva alimenticia.
Dependiendo de la época, se puede encontrar abejas en desarrollo o cría en
diferentes estados de madures, la cría incluye larva de distintas edades (cría
abierta) y pupa (cría cerrada). La cría es el potencial poblacional de la
colmena, en otras palabras el futuro de la colmena. Si es de color blanco
brillante como una perla que resplandece o como leche pura, la cría está sana y
bien alimentada, cualquier variación de este color puede ser indicador de
enfermedad, mala nutrición o envenenamiento. Durante la temporada en la que no
existe alimento, la colmena entra en un periodo de hibernación, en el cual casi
no se producen crías y la colmena vive básicamente de sus reservas. En esta
época, la población de abejas en la colmena se reduce significativamente.
TOMADOD E LOS TIEMPOS DE BOLIVIA
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