LOS EXPORTADORES DE
FRUTA TEMEN PÉRDIDAS DE HASTA EL 30%
Pescadores y agricultores de 3 ciudades peruanas, en alerta
por El Niño Debido a las corrientes de agua caliente, peces como la anchoveta
se han desplazado hacia zonas frías. El fenómeno no golpea las costas del
vecino país desde hace una década.
En Tumbes se han registrado lluvias intensas que han dejado
inundados diversas viviendas y colegios. Foto: AFP Por Víctor Vimos,
corresponsal en Lima Julio es el mes más frío del invierno peruano. Las densas
capas de neblina que las olas del océano Pacífico arrastran hasta la costa
alejan cualquier posibilidad de brillo solar en ciudades como Tumbes, Piura o
Lima. Pero este año las condiciones del clima son diferentes. De acuerdo al Servicio
Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), este invierno,
iniciado el pasado 20 de junio, estará poblado por días de sol y temperaturas
que se elevarán por encima de los 17°C, el promedio de la temperatura local en
esta época del año. ¿La razón? La presencia del fenómeno El Niño. De acuerdo a
las primeras estimaciones realizadas por el Senamhi, mayo y junio eran los
meses llamados a recibir los efectos del fenómeno climático, cuya presencia -se
indicó entonces- sería débil. Setenta días después esas estimaciones se han
quedado cortas frente a lo que se pronostica como un impacto entre moderado y
fuerte, que azotará las regiones del
Perú, según algunas estimaciones, hasta entrado el verano de 2016. El fenómeno
El Niño, propio del calentamiento del océano Pacífico y con presencia directa
en la zona intertropical, lleva más de una década sin tocar a Perú con fuerza
desmedida. En 1998, y tras torrenciales lluvias, los sembríos de buena parte
del norte de este país fueron devastados, algo similar a lo que aconteció en
1983 cuando en regiones como Piura o Tumbes desapareció gran parte de las
carreteras a causa del desborde de los ríos. Hoy se teme que, de repetirse esas
magnitudes del fenómeno, varios sectores se vean afectados. La agroexportación,
por ejemplo, es una de las áreas donde mayor cuidado se ha puesto bajo esta
perspectiva. Productos como mango, uva, plátano, aguacate y cítricos,
tradicionales de la zona norte del Perú, han visto descender su calidad y
cantidad debido al aumento de las temperaturas. Esto representará, según
estimaciones optimistas, una pérdida del 30% con respecto al total de ventas
del año pasado. Solo para el caso del mango, al que varias plagas se han sumado
debido a la presencia irregular de lluvias, se estima una disminución del 50%
en su producción, la mitad de las 516 mil toneladas que se obtuvieron en 2014. La
pesca es otro de los espacios influenciados por este evento climático. De
acuerdo al Instituto Geofísico de Perú, las corrientes de agua caliente han
hecho que peces como la anchoveta se desplacen hacia aguas frías reduciendo
notablemente la posibilidad de obtenerlos. Las aves muertas que han aparecido
-desde junio pasado- en diferentes playas de Lima están relacionadas
directamente con esta situación. Tomando en cuenta el aumento gradual en el
cambio del clima se ha conformado el Comité Multisectorial encargado del
Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), el mismo que se ha puesto a la
cabeza de las acciones estatales que buscan alistar a todas las instituciones
responsables del cuidado ciudadano para enfrentar los efectos climáticos
desprendidos de El Niño. Estado de
emergencia Una de las acciones puntuales que el Enfen ha dictaminado es la
declaración del estado de emergencia en Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad,
Cajamarca, Amazonas, San Martín, Áncash, Ica, Arequipa, Cusco, Puno, Junín y
Lima, buscando la coordinación inmediata entre distintos sectores para
amortizar los eventos desprendidos de las nuevas condiciones del clima. El
Instituto Nacional de Defensa Civil, el Ministerio de Agricultura y Riego, la
Unidad Nacional del Agua y el Seguro Social son las instituciones estatales
encargadas de coordinar con los gobiernos regionales y locales las acciones a
llevar a cabo para evitar que el impacto sea devastador. Simulacros de
evacuación en zonas de riesgo, prevención para la multiplicación de plagas y
capacitación permanente a la gente de los sectores de peligro aparecen como las
acciones inmediatas a ejecutarse en el campo. Las voces que llaman a la cautela
no han sido más que aquellas que acusan de falta de preparación, de parte del
Estado, para enfrentar estas circunstancias. El Instituto del Mar del Perú, por
ejemplo, apuntó a la no preparación para estragos extraordinarios derribados de
El Niño como una de las falencias que han llevado, en años pasados, a sufrir de
pérdidas materiales y humanas. El no otorgar la importancia debida a la hora de
coordinar acciones conjuntas, así como una correcta administración de los
recursos destinados a enfrentar este fenómeno son algunos de los argumentos que
están presentes en las críticas. Los meses avanzan y con ellos la presencia de
un fenómeno El Niño cada vez más grande pone a prueba los aprendizajes que años
pasados han dejado a los peruanos frente a este tema. (I) TOMADO DE EL
TELEGRAFO DE ECUADOR
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