El profesor Leonardo
Villafañe reflexiona sobre la creación de Juzgados Ambientales en la Provincia
de Misiones. El derecho a un ambiente sano, equilibrado y apto para el
desarrollo posee rango constitucional y constituye un derecho humano que posee
una peculiaridad: es de carácter colectivo e intergeneracional. Colectivo en
cuanto los efectos no son divisibles individualmente y afectan a toda la
comunidad. Intergeneracional porque lo gozan las personas que aún no nacieron,
las generaciones futuras.El derecho al ambiente sano, forma parte de los
derechos denominados de tercera generación, derechos de incidencia colectiva,
en tanto se sustenta en valores como la paz, la solidaridad y la cooperación.
Se los ha presentado como derechos emergentes de los ciudadanos frente al
desarrollo
desmedido, que ha impactado fuertemente en el ambiente y la calidad
de vida del hombre.El reconocimiento del carácter colectivo del ambiente
determina la necesidad de permitir a aquellos titulares de estos derechos, un
real acceso a la jurisdicción, y la adecuación de los marcos procesales a fin
de obtener una tutela judicial efectiva del derecho.En este sentido se
justifica un fuero especial para la protección judicial del ambiente en la
provincia de Misiones. Se tratan de casos complejos de enorme relevancia social
y que requieren soluciones definitivas, urgentes y eficaces. En este caso,
paradojalmente, la especialización implica integralidad.
Las cuestiones ambientales están profundamente ligadas a la
salud pública y al desarrollo de las actividades humanas, invierten el régimen
de la ilicitud y comprometen el orden público, con un fuerte rol preventivo y
precautorio.
Así lo visualiza el proyecto de ley D-42895-14 del
presidente de la Legislatura Provincial, Carlos Rovira, que suma a la creación
de los juzgados ambientales una novedosa y adecuada normativa procesal dada la
naturaleza colectiva de los procesos. Sería la primera provincia en tener este
tipo de juzgados especializados.
En los fundamentos del fallo puede leerse que la protección
judicial resulta imperiosa, “… ya que los niveles de contaminación y
utilización irracional han excedido la capacidad de respuesta…” en una
clarísima observación del drama que genera el daño ambiental y cómo impacta en
la población.
En el mismo sentido destacamos la palabra del Papa
Francisco en su nueva Encíclica “Laudato si” sobre cambio climático “Basta
mirar la realidad con sinceridad para ver que existe un grave deterioro de
nuestra casa común”.
Una máxima del derecho ambiental expresa: “Pensar global,
actuar local” y este proyecto lo traduce explícitamente por cuanto los
beneficios de la protección ambiental no solo repercute en Misiones sino que
traspasa sus fronteras a toda la región.
Es por ello que consideramos que este proyecto excede en su
relevancia al solo hecho de crear un juzgado o normas procesales especiales,
sino que implica una visión estratégica respecto del futuro, con un fuerte
compromiso social, porque un juzgado ambiental protege a los más vulnerables
frente a emprendimientos de poderosos intereses. Cada persona puede acudir a
la justicia por sí misma para cuestionar aquellas actividades que pudieren
afectar el ambiente y la salud de su familia y la de todos, y con ello, el
futuro. Esto avala la pretensión de prioridad del paradigma ambiental.
En consonancia con lo expuesto decía Kofi Annan (Ex
Secretario General de UN) que “salvaguardar el ambiente es un componente
esencial para la erradicación de la pobreza y uno de los cimientos de la
paz”. La proyección es auspiciosa, el cambio cultural está en marcha. Hay
sobradas esperanzas.
Fuente: Enfoque Misiones tomado de envio de red foroba
No hay comentarios:
Publicar un comentario