sábado, 4 de julio de 2015

VIGILANDO EL AIRE EN CUBA

 Vigilantes de la calidad del aire Especialistas del Centro de Estudios sobre Contaminación y Química Atmosférica (Cecont), del Instituto de Meteorología, desarrollaron un proyecto de investigación para evaluar el comportamiento de la contaminación atmosférica en la capital Autor:
Orfilio Peláez |
Doctor Osvaldo Cuesta Santos, director del Cecont. Foto: Otmaro Rodríguez
El deterioro de la calidad del aire constituye uno de los problemas ambientales más graves que enfrenta la humanidad, y lo llamativo es que buena parte de las urbes más afectadas por ese proceso se localizan hoy en los países en vías de desarrollo. Investigaciones realizadas a nivel internacional sobre el tema ponen de manifiesto que un marcado empeoramiento de ese indicador incide de forma negativa en la salud de las personas, los ecosistemas y en la conservación del patrimonio arquitectónico. Según informes publicados por la Or­ganización Mundial de la Salud (OMS) en marzo del 2014, alrededor de siete millones de personas mueren cada año como consecuencia de la exposición a compuestos contaminantes de la atmósfera, desencadenantes de enfermedades respiratorias agudas, coronarias, ictus y diversos tipos de cáncer. Durante las últimas dos décadas suele ocurrir con mayor frecuencia que en algunas ciudades se decretan alertas ambientales, sobre todo en aquellas donde las condiciones me­teo­­­rológicas específicas imperantes favorecen el estancamiento de las masas de aire. Así ocurre por ejemplo en el Distrito Federal de México y en Santiago de Chile. BAJO PESQUISA Creado hace más de 15 años, el Centro de Estudios sobre Contaminación y Química de la Atmósfera (Cecont) del Instituto de Me­teorología, tiene la misión de evaluar y emitir informaciones sobre la composición química y contaminación del aire, determinar su origen, prever cómo evoluciona y recomendar las medidas de respuesta, con la finalidad de evitar o mitigar los efectos perjudiciales que ello ocasiona a la salud del hombre.
Como manifiesta a Granma el doctor Osvaldo Cuesta Santos, su director, estudios desarrollados por especialistas de la entidad indican que los errores en la planificación territorial en cuanto a la ubicación física de los asentamientos humanos y las industrias, figuran entre las causas principales de los problemas de la calidad del aire en Cuba. “Hay sitios donde las viviendas fueron construidas al lado o muy cercanas a una fábrica vieja, que existía desde mucho antes y contaminaba los alrededores. También tenemos el caso inverso, es decir, primero estaba la comunidad y luego vino la instalación fabril”. A lo anterior, resaltó, se suma el empleo de tecnologías obsoletas en actividades productivas y en el parque automotor, la carencia de efectivos sistemas de tratamiento para las emisiones y la falta de una cultura ambiental. Si bien la situación de nuestro país dista mucho de los críticos niveles de contaminación atmosférica existentes en otras naciones, en la actualidad existen sitios puntuales o focos “rojos” donde la calidad del aire registra un apreciable retroceso, lo que reclama una particular atención por los tomadores de decisiones en materia de protección del medio ambiente, y las autoridades del Gobierno en la localidad donde aparece el problema, enfatizó el doctor Cuesta.La refinería Ñico López figura entre las industrias que más contaminan el aire en la ciudad. Foto: Julio Larramendi Una de las investigaciones recientes del Cecont, en colaboración con
otros centros del Instituto de Meteorología, permitió hacer el inventario de emisiones de las principales fuentes industriales fijas de la ciudad de La Habana.

Los resultados mostraron que el dióxido de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono, los compuestos orgánicos volátiles y las partículas de polvo o material particulado (los denominados PM 10 y PM 2.5) son los causantes del deterioro ambiental de la atmósfera, al superar las concentraciones máximas permisibles en la norma cubana 1020:2014. De acuerdo con lo expresado por el director del Cecont, la Refinería Ñico López, la Antillana de Acero y la Termoeléctrica de Tallapiedra son las industrias que más los emiten hacia la atmósfera. La relación de focos contaminadores significativos incluye, además, a grupos electrógenos, calderas, hornos e incineradores. En cuanto a la localización de las áreas con problemas críticos de la contaminación del aire,  estas se concentran en el anillo industrial alrededor de la Bahía de La Habana y en los puntos aledaños a las fuentes emisoras citadas. Una buena cantidad de centros industriales capitalinos incumplen con las normas de calidad del aire establecidas, respecto a la distancia mínima que debe haber entre ellos y la zona residencial. Otro aporte de los investigadores del centro consistió en identificar las variables y situaciones meteorológicas que influyen sobre la difusión y el transporte de los contaminantes. Figuran en la relación la velocidad y dirección del viento, la temperatura y la humedad, la radiación solar, la estabilidad atmosférica, la turbulencia y las precipitaciones. Para conocer de qué forma ocurre la dispersión de tales compuestos en la urbe capitalina, se aplicó el modelo informático local (Aer­mod), mediante el cual fue posible calcular de forma más precisa el modo de desplazamiento. El doctor Osvaldo Cuesta señaló que desde hace un tiempo la entidad fortalece su capacidad tecnológica para garantizar el mo­nitoreo sistemático de la calidad del aire en el archipiélago cubano. Lo anterior incluyó la donación por parte de China de equipos e instrumentos destinados a la red nacional de estaciones encargadas de monitorear los niveles de contaminación general de la atmósfera, además de una mo­derna estación móvil automática y dos nuevas estaciones fijas, estas últimas llegadas recientemente. Sin embargo, más allá de mantener bajo pesquisa el comportamiento de las principales fuentes fijas en la capital (también se han hecho seguimientos similares en otros lugares del país), sería de suma utilidad introducir el estudio de las emisiones provenientes del transporte automotor circulante por la ciudad, que en opinión de los expertos, constituye una de las formas más directas de enrarecer el entorno. Vale recordar que la Ley 81 sobre Medio Ambiente expresa de manera bien clara la voluntad política del Estado cubano de velar por el cuidado de la atmósfera, al plantear que es responsabilidad de este reducir y controlar las emisiones de contaminantes, generadas a partir de fuentes industriales o naturales, fijas o móviles. El conocimiento adquirido representa una eficaz herramienta de gestión ambiental a tomar en cuenta. Detener el deterioro de la calidad del aire bien lo amerita. TOMADOD E LA GRANMA DE CUBA 

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