EL 115º ANIVERSARIO DE SU CORONACION PONTIFICIA
Con una celebración multitudinaria, el pueblo peregrino
ratificó su fe en la Virgen de Itatí Estiman que desde el lunes unos 200 mil
feligreses pasaron por la Basílica, en cuyas escalinatas se realizó ayer la
misa central presidida por monseñor Stanovnik. Cánticos, aplausos y hasta
oraciones en guaraní escoltaron a la Patrona de Corrientes tanto en su paso por
las calles como en la tradicional procesión náutica.
ENVIADOS ESPECIALES Textos: Cynthia Casco. Fotos: Nicolás
Alonso. Cada 16 de julio, peregrinos de diferentes lugares del país se
congregan en Itatí para conmemorar el aniversario de la coronación pontificia
de la Virgen. Este año, la fiesta fue aún más especial porque la comunidad que
la alberga está celebrando los 400 años de su fundación. En cada una de las
actividades conmemorativas, participaron miles de feligreses que renovaron su
fe en la virgen.
Aunque la jornada central era ayer, desde el pasado lunes
comenzaron a arribar los feligreses. “Estimamos que en total, unas 200 mil
personas pasaron por la Basílica”, afirmó el jefe de Operaciones de Defensa
Civil de la Provincia, Orlando Bertoni, al culminar la misa central oficiada
por el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik.
La gran afluencia ya se podía observar en la zona de acceso
a la localidad. El paisaje habitual estaba modificado por centenares de carpas
y vehículos de peregrinos que, en su mayoría, a las 8.30 estaban sentados al
sol compartiendo unos mates acompañados con tortas fritas o asadas en pequeños
puestos instalados en diferentes lugares.
También estaban quienes recién se levantaban y se preparaban
para iniciar la jornada. Mientras tanto, a unos 20 kilómetros de la localidad,
aún se podía observar en la ruta a feligreses que caminan de a dos, en pequeños
grupos de cuatro y algunos en soledad. Y en el caso de un peregrino de unos 40
años, trotaba abrazando la imagen de la Virgen de Itatí.
Cuando el reloj marcó las 9.30 comenzó a incrementarse aún
más el tránsito de personas que para ese entonces era cuantioso. Y si bien
todos lo hacían por el mismo suelo, sus destinos eran diversos. Estaban quienes
iban a la Basílica para participar de la misa, los que se dirigían a la costa a
reservar su lugar para ver parte de la procesión náutica en la que participan
la Virgen de Itatí y Caacupé, y también un numeroso grupo visitaba los más
variados puestos distribuidos en diferentes zonas de la
comuna.
Sin embargo, muchos de los que estaban dispersos se fueron
hasta la Basílica cuando escucharon por altavoces que partía la imagen. Eran
las 10.42. Integrantes de la Prefectura Naval rodeados de peregrinos
trasladaron a la Patrona de Corrientes hasta la costa donde fue recibida por
otra multitud que hacía flamear sus banderas, entonar cánticos religiosos y
rezar.
El Papa y la
creciente Antes de que saliera la procesión náutica, realizaron una oración
especial por el Papa Francisco y el nuevo avance del río Paraná. “Que el agua
no cause daño a los ribereños. Por favor que estas aguas dejen de crecer”,
imploraron.
Con esos pedidos especiales y aplausos, los peregrinos
despidieron a la Virgen que minutos después se encontró, frente a la zona
conocida como “calería”, con la imagen de Caacupé. Al mismo tiempo que las
embarcaciones estaban en el Paraná, desde la costa, los feligreses seguían
agitando sus banderas y acompañando varios cánticos religiosos como “hay
ángeles volando en este lugar, en medio del pueblo y junto al altar, subiendo y
bajando en todas las direcciones. No sé si la iglesia subió o si el cielo
bajó”.
Luego, quien moderaba la ceremonia anunció el arribo de la
Virgen de Caacupé e invitó a rezar el padre nuestro primero en castellano y
después en guaraní. Minutos después, con el chamamé “Peregrino de la esperanza”
también descendió la imagen de Itatí. El
paso de ambas generó gran algarabía de los peregrinos que sólo por unos minutos
hicieron silencio para dar paso a quienes estaban asistiendo a una mujer que se
descompensó.
Cuando recibieron la noticia de que todo estaba bien, en
procesión, se dirigieron hasta la Basílica, en cuyas escalinatas monseñor
Stanovnik ofició la misa central. Antes
de culminar la ceremonia, el rector del templo itateño Roberto Simionato
agradeció a todos los que colaboraron con la fiesta e invitó luego a entonar
las estrofas del Himno Nacional que fue ejecutado por la banda de la Policía de Corrientes.
El cierre fue muy especial porque previa a la bendición de
los peregrinos, el obispo de la Diócesis de Goya Ricardo Faifer anunció que
vino a despedirse porque hace un mes ya presentó oficialmente su renuncia al
Papa Francisco. “Recen también por mí”, aseveró Faifer, ante una multitud de
peregrinos que ayer comenzó a regresar a sus hogares. TOMADO DE EL LITORAL DE
CTES AR
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