sábado, 31 de octubre de 2015

DEMÓCRATA DE ARGENTINA, HOY JOSE INGENIEROS

José Ingenieros, el ideal antiimperialista
El 31 de octubre de 1925 fallecía en Buenos Aires, el médico, escritor, docente, filósofo y sociólogo ítalo-argentino, José Ingenieros, quien se destacó por su influencia en los jóvenes que participaron de la Reforma Universitaria de 1918 y fue uno de los fundadores del socialismo en Argentina, aunque no participó activamente en la vida partidaria. El 31 de octubre de 1925 fallecía en Buenos Aires, José Ingenieros.El 31 de octubre de 1925 fallecía en Buenos Aires, José Ingenieros.Nació el 24 de abril de 1877, luego de cursar medicina, fue uno de los iniciadores de la sicología en el país, figura clave, quizá la última gran figura del positivismo de la época. Entre sus escritos destacan: su tesis doctoral, titulada “La simulación en la lucha por la vida”, en la cual se ve claramente su adhesión a la corriente darwinista, muy en boga en Argentina por aquellos años; “Psicología Genética”  y “El Hombre Mediocre” en el que describía al hombre moldeado por el medio, sin ideales ni individualidad, esta es su obra más importante dentro de la psicología social.  Miembro del Partido Socialista, creado por Juan B. Justo, defendió la idea de que la lucha de clases era una de las manifestaciones de la lucha por la vida.  El Hombre Mediocre según Ingenieros El hombre mediocre no es capaz de utilizar su imaginación para forjar ideales que le presenten un futuro por el cual pelear. Por lo qque se vuelva sumiso a todo acto rutinario, a los prejuicios, a las domesticidades y así pasa a formar parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones no son motivo de cuestionamientos. El mediocre es dócil, manejable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos.
 Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí.  "El mediocre no inventa nada, no crea, no empuja, no rompe, no engendra; pero, en cambio, custodia celosamente la armazón de automatismos y prejuicios y dogmas acumulados durante siglos, defendiendo ese capital común contra la asechanza de los inadaptables." afirma Ingenieros. TOMADO DE ARGENTINA.AR

No hay comentarios: