domingo, 27 de diciembre de 2015

DESAPARECEN LAGUNAS URBANAS EN BOLIVIA

 Los últimos espejos de agua del eje metropolitano están desapareciendo a causa de los asentamientos ilegales, ingreso de aguas contaminadas y sequía. Son vitales para la biodiversidad y el microclima
Lagunas urbanas en riesgo de desaparecer
Por Laura Manzaneda - La orilla norte de la laguna de Quenamari, al sur de la ciudad, seca y con basura acumulada. Es la que tiene mayor biodiversidad en relación con los otros espejos de agua. | - Diego Cartagena Periodista Invitado
Cochabamba o el “campo de los lagos” por el origen de su nombre Qhochapampa, qhocha por lagunas y pampa por planicie, corre el riesgo de perder sus últimas lagunas urbanas: Alalay, Coña Coña, Quenamari y Cotapachi, a causa de la contaminación, la sequía, el desvío de aguas y el avance de las construcciones.
El biólogo José Balderrama estima que sólo en la ciudad hace más de 50 años había más de 10 lagunas. En la actualidad sólo quedan tres: Alalay, Coña Coña y Quenamari. En Quillacollo la laguna de Cotapachi, más conocida como el lago de los Incas por su cercanía a las qollqas (silos) incaicos que se construyeron en la serranía del mismo nombre, está en crisis desde hace 10 años.
La situación de las lagunas urbanas preocupa a los ambientalistas, porque su desaparición afectará significativamente en el medio ambiente y el hábitat de al menos 150 especies de aves entre residentes y migratorias. El microclima y el paisaje también se verán afectados por la falta de aporte de humedad y otros servicios ambientales, como la absorción de materia orgánica. “Cuando una laguna se seca el microclima del lugar es afectado, hay más calor”, dijo.
La laguna de Quenamari, ubicada al sur de la ciudad, fue declarada patrimonio arqueológico nacional. Antes ocupaba 286 hectáreas, pero ahora su extensión se ha reducido a la mitad, debido a asentamientos ilegales. Las construcciones intentan ganarle terreno, ya que las orillas se rellenan con tierra y escombros. Además, el ingreso de agua del río Tamborada está tapado.
Este espejo de agua se caracteriza por albergar la mayor biodiversidad, por ejemplo, entre las especies que migraban estaba el búho de orejas cortas.
La laguna de Coña Coña, al oeste de la ciudad, recibía agua de rebalse de diferentes torrenteras y del río Rocha, pero en los últimos años ha perdido su caudal y se desmanteló el parque que se instaló en la zona. La malla de seguridad está perforada y el sector se limpia superficialmente.
El responsable de la Madre Tierra de la Alcaldía, Elvis Gutiérrez, informó que en las siguientes semanas se licitará un proyecto a diseño final para la rehabilitación de Coña Coña y Alalay, con una inversión de 400.000 bolivianos y 1,5 millones de bolivianos, respectivamente.
La responsable de la Secretaria de la Madre Tierra de la Gobernación, Soledad Delgadillo, informó que las lagunas no han recibido atención de las instancias responsables. Explicó que los municipios deben diseñar planes de manejo en los que se establezcan límites y no se permita el crecimiento de los comodatos otorgados. “La primera función de una laguna es ecológica y ambiental”, dijo.

La laguna de Cotapachi, ubicada cerca del cerro de Cota al sur del municipio de Quillacollo, está afectada desde hace 10 años y su condición ha empeorado por la clausura de los ingresos de agua. Una de las propuestas para recuperarla es captar nuevamente agua de los ríos Rocha y Chijllawiri. El municipio dragará este espacio y piensa volver a llenarlo con agua de lluvia y de las aguas de Misicuni que serán usadas para la pruebas de la planta hidroeléctrica de ENDE TOMADO DE LOS TIEMPOS DE BOLIVIA 

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