lunes, 25 de abril de 2016

RELLENOS SANITARIO COMPLETOS Y PROHÍBEN RECICLAR

Mientras crece basura, rellenos se acercan a su recta final
El Guacal espera que Corantioquia autorice la apertura de un segundo vaso. FOTOs Esteban Vanegas Suena contradictorio: con basura, en algunos países ya producen energía, pero en Antioquia cada vez hay menos rellenos dónde depositarla. También se concibe apocalíptico el que no haya espacio para los residuos, y por eso muchos pronostican un desastre ambiental y de salubridad si no se ejecutan acciones.
El escenario de una crisis no está alejado de la realidad. Incluso, muchos aseguran que hoy se evidencia, y como sustento a la gravedad del problema exhiben las más recientes cifras entregadas por el Departamento de Planeación Nacional (DNP): la vida útil de los sitios de disposición final de 321 municipios en el país es menor a 5 años. Existen 167 sitios no autorizados.
La misma entidad establece que en Colombia se producen 11,6 millones de toneladas de basura al año y solo se recicla el 17 %. De tal suerte, pone como meta para el 2018 el aprovechamiento del 20 % con el objetivo de reducir la cantidad de residuos que van a los rellenos e incentivar el reciclaje.
“Se estima que en los próximos 10 años la generación de residuos crezca en 20 %, por ello es importante que en los Planes de Ordenamiento Departamental (POD) se tenga en cuenta esta situación y habiliten usos del suelo para construir rellenos sanitarios, sitios de tratamiento y aprovechamiento de residuos en los municipios”, dijo Simón Gaviria, director del DNP.
En Antioquia la situación no es muy diferente a la del contexto nacional. Solo 43 rellenos sanitarios responden a la demanda de 80 municipios en la jurisdicción de Corantioquia y 22 de ellos tienen una
vida útil inferior a dos años.
En concreto, reporta Corantioquia, 38 municipios no cuentan con sitio de disposición en su mismo territorio y 33 de ellos disponen en el relleno La Pradera, que tiene un área total de 382 hectáreas y que al final de 2014 puso en funcionamiento Altair II, su nuevo vaso y que le extiende su capacidad por 15 años.
David Ramírez, subdirector de Gestión Ambiental de Corantioquia, cree que ante este panorama las administraciones municipales deben adelantar acciones para la identificación de nuevos sitios de disposición en cumplimiento de las normas ambientales que permitan generar espacios para la disposición de residuos sólidos.
“Los municipios deben avanzar en proyectos de orden regional para generar rellenos sanitarios que sean viables técnica y económicamente, y que reduzcan los tiempos de transporte de los residuos de la localidad que recoge la basura hasta donde la dispone”, agrega Ramírez.
Cómo evitar la emergencia
En Antioquia se generan 1 millón 75.000 toneladas de residuos al año. De esa cantidad, el 85 % se disponen en jurisdicción de Corantioquia.
Para Ramírez, las soluciones de gestión de residuos tiene diferentes frentes: uno es la cultura en el consumo y en la separación en la fuente para poder recuperar materiales; dos, el proceso de transformación y aprovechamiento; y tres, que se haga en sitios adecuados de disposición.
“Con esto logramos que se cumpla con las normas ambientales y hacemos control adecuado de lixiviados, olores y otra implicación ambiental que tiene un relleno”, anota.
Con el objetivo de evitar una emergencia, Corantioquia hace control y seguimiento a rellenos sanitarios para que cumplan con las normas y en esa medida hace requerimientos a entes municipales y a empresas de servicios públicos.
“La situación es que hoy los rellenos tienen limitaciones. Por eso 22 de los 43 tienen vida útil corta y es porque su capacidad está pronta a terminarse”, considera Ramírez, en tanto recuerda que esa capacidad es el máximo volumen de almacenamiento de residuos que puede tener ese vaso de disposición final.
La Pradera, ubicado en el municipio de Donmatías y propiedad de Empresas Públicas de Medellín (EPM), es el principal relleno de la región. Allí se depositan a diario 2.450 toneladas de residuos sólidos. El promedio anual alcanza las 880.000 toneladas y en Altaír II la capacidad volumétrica es de 5.543.000 de metros cúbicos y se espera que allí se puedan disponer 8,5 millones de toneladas durante su vida útil.
“Ese relleno recibe hoy 33 municipios. Quiere decir que si se reducen rellenos en otras localidades están obligados a llevar a disponer sus residuos en rellenos de gran capacidad como este u otros y eso hace que las vidas útiles cada vez sean menores”, acota Ramírez.
Otra consecuencia de los cierres de rellenos, añade el funcionario, “es que los tiempos de desplazamiento de los vehículos cada vez son mayores, lo que implica más emisiones de gases efecto invernadero y de carbono. Además tiene costos que impactan sobre la tarifa de los usuarios”, insiste.
Propuestas desde la Nación
Las soluciones a la problemática que plantea la DNP se concentran en localizar recursos del incentivo a la regionalización en comunidades vecinas a los sitios de disposición final. En La Pradera (Donmatías), $3.573 millones por año; Colomba El Guabal (Yotoco), $2.871 millones; Nuevo Mondoñedo (Bojacá), $1.879 millones; y en La Glorita (Pereira) 533 millones.
Simón Gaviria propone también incluir en lineamientos de POD la identificación de áreas para ubicar infraestructura del servicio (estaciones de transferencia, sitios de aprovechamiento, tratamiento y disposición final), así como agilizar el otorgamiento de licencias ambientales a sitios que sustituyan lugares inadecuados (autoridades ambientales).
La entidad nacional sugiere, además, declarar los sitios regionales de tratamiento y disposición de residuos como proyectos de interés estratégico nacional (Pines) y adelantar trámite de licencia ante Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla).
Producir energía con basura
Aún es un sueño que en algunos compañías en Estados Unidos y otros países de Europa vienen materializando. Generar energía con la basura es la opción que expertos consideran como una solución a la crisis por la saturación de los rellenos.
El ingeniero de la firma Aciem, Álvaro García, experto en el tema, explica que la basura que contamina y no tiene espacio en los rellenos, se podría convertir en energía y eso sería una solución, además que traería ingresos a las comunidades.
Aclara que para llegar a ese desarrollo, los residuos deben ser clasificados antes de llegar a los rellenos, como se hace en los países desarrollados.
“Ahí hay una gran diferencia con Colombia. A los rellenos aquí llega mucho material que tiene valor y podría generar riqueza. La mayoría de esos residuos, por su propia composición, tienen temporalidad inmensa para la degradación. Aquí ponen una tonelada de plástico en un relleno y eso los satura”, apunta.
García recalca que asumir esa disciplina implica reducir la vida útil de los rellenos principales (La Pradera y El Guacal), que están a cinco años de saturarse.
Sobre la posibilidad de generación de energía con basura, el DNP aclara que el precio de energía generada a partir de residuos no es competitivo frente al de las fuentes convencionales. Así mismo, reporta que el compost obtenido de los residuos municipales no tiene demanda.
En ese sentido, Corantioquia insiste en la apertura de rellenos en los municipios y priorizar inversión para ellos.
Por ejemplo, algunos municipios disponen sus residuos por fuera de Antioquia y otros, incluso, los llevan a Aguadas (Caldas). También se disponen en el Bajo Cauca, donde se reciben de Córdoba.
“Lo importante es que existen rellenos que se pueden hacer adecuadamente y con operación manual. No todos tienen que ser mecanizados, por eso, cuando uno observa rellenos, lo importante es que tenga un adecuado nivel de compactación, cobertura y un correcto control de impactos sobre agua y aire, así como aislar la zona”, establece.
El Guacal, desaprovechado
De la problemática es consciente la Administración Departamental y por eso, el gobernador Luis Pérez anunció su intención de hacerse socio del relleno El Guacal, el segundo más importante de la región, propiedad de la empresa pública Enviaseo y al que Corantioquia aún no le autoriza la apertura de su segundo vaso.
“Esta es una propuesta que se debe estudiar con detenimiento, por eso se conformó una comisión de estudio que debe presentar un informe previo de factibilidad en 45 días”, afirma el mandatario regional.
El Guacal, en el municipio de Heliconia, al suroccidente de Antioquia, tuvo durante 10 años en operación un vaso en el que se depositaron más de 2 millones de toneladas. Al cumplir su vida útil, sus dueños prepararon la apertura de un segundo vaso pero la autoridad ambiental aún no les concede la autorización.
A Leonardo Zapata, gerente de Enviambientales (EVAS), dependencia encargada de El Guacal, le resulta inaudito que en medio de una emergencia por la falta de rellenos, no se autorice su apertura.
“Dios no quiera que se presente algún problema para el depósito en La Pradera, porque entonces a dónde iremos a depositar. Además con tanto caos en la movilidad en el Centro de Medellín se está sobrecargando ese corredor con una gran cantidad de recolectores del sur que podrían estar transitando a El Guacal y no a La Pradera. Eso agrava los problemas ambientales del Valle de Aburrá”, acota .
Debido al cierre de El Guacal, muchos municipios han generado pérdidas millonarias y se han declarado en bancarrota. Heliconia, por ejemplo, pasó de pagar 1 millón de pesos mensuales por la disposición de basuras a cancelar, en promedio, 11 millones de pesos, representados en los costos por tener que ir hasta La Pradera.
De acuerdo con Marcela Agudelo, ingeniera técnica de El Guacal, con la apertura del nuevo vaso se aliviarían las dificultades financieras de muchos municipios, pues allí se depositarían 4 millones 500.000 toneladas de residuos.
La apertura de El Guacal y otros rellenos municipales son acciones inmediatas que podrían evitar una emergencia por las basuras. Sin embargo, coinciden expertos, la primera medida empieza en los hogares y empresas con la separación de residuos. Solo de esa manera el escenario apocalíptico de un desastre ambiental, quedará atrás.
VENCE PLAZO PARA PLANES DE BASURA
Hasta el próximo 30 de abril tienen plazo las administraciones municipales de actualizar sus planes integrales de residuos sólidos. La nueva directriz ha sido promovida por el Ministerio de Vivienda y la Procuraduría y tiene como objetivo que esas estrategias, planes, proyectos y los recursos previstos queden incluidos en los planes de desarrollo municipal y que sean concordantes con los POT. Javier Moreno, director de Desarrollo Sectorial del Ministerio de Vivienda, explica que los alcaldes que terminaron la gestión pasada adoptaron planes que orientan toda la gestión del manejo de residuos para los próximos años. “Los actuales alcaldes tienen la obligación de revisarlo y actualizarlo antes del 30 de abril. Desde el 6 de marzo, conjuntamente con la Procuraduría General de la Nación, se hizo un trabajo donde les notificaron a los alcaldes la obligación”, anota Moreno.
Una de las metas específicas de la nueva exigencia, añade Moreno, es el incremento del aprovechamiento y las medidas para formalizar la labor de los recicladores de oficio. “Medellín ha avanzado en el manejo de los residuos. Con Emvarias tiene un relleno con capacidad 1.800 toneladas diarias y una vida útil de 20 años”, enfatiza.
VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ CORREA La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la Universidad de Medellín. TOMADO DE EL COLOMBIAN

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