jueves, 20 de octubre de 2016

ANIVERSARIO FALLECIMIENTO DE DR. PEDRO CHUTRO , PIONERO DE LA CIRUGIA EN ARGENTINA

PEDRO CHUTRO, FIGURA DE LA CIRUGÍA ARGENTINA
Pedro Chutro nació en la provincia de Buenos Aires el 18 de febrero dc 1880, siendo sus padres de origen vasco. Se trasladó a la capital para iniciar los estudios secundarios, y a los 17 años ingresó simultáneamente a las Facultades de Medicina y de Farmacia.
Como estudiante sobresaliente, obtuvo la plaza de disector, revelando ya su habilidad manual para preparar las piezas anatómicas que serian usadas en las clases para los alumnos de la materia. También por sus altas calificaciones fue nombrado practicante interno del Hospital de Clínicas, donde conocería a un hombre de gran influencia en su carrera ulterior: Alejandro Posadas. Este, pese a su juventud, era uno de los más talentosos y destacados cirujanos de Buenos Aires. Su personalidad influyó profundamente al joven Chutro, que asistía a sus clases y a sus operaciones, admirando la elocuencia y la destreza del joven maestro, que era a la sazón Jefe de la Sección de Cirugía Infantil de la Sala VI del Hospital de Clínicas, a cargo del doctor Manuel Blancas. Lamentablemente, Posadas falleció en Paris víctima de una tuberculosis pulmonar cuando solo contaba con treinta y dos años de edad. Si bien esta muerte prematura privaba a Chutro de su admirado maestro, el destino le brindaba una nueva oportunidad.
En efecto, el doctor Marcelino Herrera Vegas fue designado para ocupar el puesto del malogrado Posadas, y al lado de su nuevo maestro, Chutro no solo aprendió día a día el arte de la cirugía, sino también la influencia de un espíritu superior que unía a la brillantez quirúrgica las cualidades éticas de un verdadero médico hipocrático.
Chutro se graduó de medico y presentó su tesis en el año 1904, la que versaba sobre “Fracturas de la extremidad inferior del humero en los niños”. Decidido a ampliar sus conocimientos, emprendió viaje en 1906 a los grandes centros medico-quirúrgicos europeos, donde se dictaban las normas seguidas en el resto del mundo. Chutro visitó Viena, Berlín y Paris y alii conoció a maestros de la talla de Heidelberg, von Bergman y Gasset. Con este último estrecho una solida amistad, nacida sin duda por la afinidad de sus espíritus y su amor común por la clínica quirúrgica. En Paris, con Gosset especialmente, pero también con Faure y Tuffier, Chutro encontró la armoniosa combinación de la técnica operatoria impecable y de la clínica, desarrollada a la cabecera del enfermo, tan bien cultivada
por la escuela francesa.
En 1908 regresó a Buenos Aires, renovado con el contacto de tan destacadas personalidades científicas. Poco después fue designado Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital Teodoro Álvarez, y en 1909 Profesor Suplente de Medicina Operatoria.
En 1912 realizó un nuevo viaje de perfeccionamiento, esta vez a Norteamérica, siguiendo un curso de cirugía experimental en el Instituto Rockefeller. También visito la Clínica de los Hermanos Mayo en Rochester, Minnesota, en la que pudo apreciar las ventajas de la organizaci6n sistemática y del trabajo en equipo.
En 1914, Chutro tomó una decisión de considerable trascendencia. Decidió ofrecer sus servicios de medico a Francia, en cuyos campos, en los que se libraba la primera gran guerra, se desangraba la juventud de Europa. Chutro abandonó en Buenos Aires no solo una situación cómoda y próspera, sino también una brillante y ascendente carrera hospitalaria y universitaria. Al partir para Francia no conocía su destino como cirujano ni la duraci6n de su estadía. Al llegar a Paris se dirigió a Antonin Gosset, su maestro y amigo, el que conociendo los quilates del cirujano argentino lo nombró su primer ayudante en el Hospital Buffon, antiguo liceo que había sido transformado en nosocomio por las exigencias de la conflagraci6n.
Cuando Gosset debió partir para operar en el frente de batalla, aconteció un hecho sin precedentes en la historia de la medicina francesa: Pedro Chutro, un médico argentino operando en Francia, recibió el nombramiento de Jefe del Servicio de Cirugía del Hospital Buffon, que involucraba el grado de comandante, y que era la primera vez que se concedía a un extranjero.
La actuación de Chutro en Francia es legendaria. Operando día y noche sin descanso, hasta treinta horas seguidas, brindó además su experiencia a un gran número de médicos franceses, ingleses y norteamericanos, que visitaban su servicio. Concurría asiduamente a la Sociedad Francesa de Cirugía, donde presentaba sus resultados operatorios obtenidos en el Hospital Buffon. Chutro accedió a ensayar el método de irrigación continua de las heridas de guerra ideado por Alexis Carrel, y empleó por primera vez en el mundo el suero antigangrenoso preparado por Roux en el Instituto Pasteur. Durante su estadía, Chutro mantuvo una actividad quirúrgica ininterrumpida, sin tomarse ningún día de licencia ni cobrar sueldo. Sus cualidades le hicieron ganarse el respeto y la admiración de todos sus colaboradores, aun cuando tuviera con ellos una exigencia implacable en cuanto se refería a trabajo y rendimiento.
Chutro entregó su servicio en enero de 1919, incluyendo cuarenta volúmenes que contenían historias clínicas escritas de su puno y letra, los que al cerrarse el “Buffon” pasaron al servicio de Gosset en la Salpetriere. Francia supo premiar la desinteresada dedicación de Chutro al cuidado de sus soldados y oficiales heridos, condecorándolo con el grado de Caballero de la Legión de Honor. Desde Paris, Chutro partió para Madrid y desde allí a Norteamérica. En Nueva York dicto conferencias, y rechazó una oferta ventajosa de la Universidad de Columbia para contratarlo como profesor de cirugía, pues estaba decidido a regresar a la Argentina.
Después de cuatro anos de ausencia, Chutro regresó a Buenos Aires, sin grandes recursos materiales, pero rodeado de una merecida aureola de heroísmo, de dedicación y de sacrificio. Poco después fue designado Profesor Titular de Clínica Quirúrgica, al renunciar el profesor Diógenes Decoud, haciéndose cargo del servicio correspondiente en el Hospital San Roque cuando contaba 39 anos de edad. Después de trabajar temporariamente en el Hospital Durand, el profesor Chutro tomó posesión de la Sala IX del Hospital Ramos Mejía (ex-San Ro-que), asiento de su cátedra, y en el que trabajo hasta su muerte. Chutro tenia un elevado concepto de la docencia universitaria, y siempre trató de mantener la jerarquía de da enseñanza, aún contando con medios materiales precarios para llevarla a cabo.
Quienes lo conocieron, como Brachetto Brian y Gosset, describen a Chutro como alto y fuerte, de porte distinguido, de cabeza grande y frente amplia, de ojos magníficos pero de mirada triste. Sin duda, Chutro no era un hombre corriente. Su autodisciplina y los sacrificios que se imponía le hacían intolerable en el prójimo la torpeza, la negligencia o la falsedad. No ocultaba su desagrado y solía manifestarlo abiertamente a quienes procedían con incorrección o de mala fe.
Además de los trabajos científicos publicados en revistas medicas nacionales y del extranjero, Chutro nos ha dejado sus “Lecciones de Clínica Quirúrgica”, publicadas en forma póstuma en 1938 y dedicadas a su maestro, el doctor Marcelino Herrera Vegas. A través de sus páginas podemos apreciar la completa y profunda formación clínico-quirúrgica del autor, quien con estilo claro describe en forma magistral el diagnostico y tratamiento de los diferentes cuadros nosológicos que se presentan ante el cirujano.
Chutro unía a sus magnificas condiciones de clínico y cirujano un espíritu culto y erudito. Amante de los libros antiguos, poseía una selecta colección, que como verdadero bibliófilo, conocía y amaba profundamente. Su biblioteca, una de las más completas que han existido en nuestro país, está actualmente en la Facultad de Medicina de Buenos Aires.

Falleció en Buenos Aires el 19 de octubre de 1937, como consecuencia de una antigua estrechez mitral que ya había dado indicios de su gravedad con dos accidentes embólicos previos. Alfredo Buzzi tomado de revista alma enviado en face (FOTOS WEB) 

No hay comentarios: