sábado, 3 de diciembre de 2016

DESIGUALAD DE GENERO EN URUGUAY

La desigualdad de la condición de la mujer aún es invisible
En el marco del ciclo de difusión Re-conociéndonos, el Centro Universitario de Paysandú --a través del programa de Educación Permanente-- desarrolla “El desafío de la convivencia en la sociedad contemporánea”, bajo la modalidad de charlas presentadas por docentes universitarios.
“Mujer: la mayoría invisible”, a cargo de la politóloga, docente de la Facultad de Ciencias Sociales e investigadora del Centro de Información y Estudios del Uruguay (Ciesu), María Elena Laurnaga, planteó “la discriminación de género” existente en la comunidad. “La pregunta es: en Uruguay, un país que tiene una legislación muy avanzada, ¿tiene discriminación de género en detrimento de las mujeres? Y todos decimos que sí porque los datos más violentos son las muertes”, señaló la docente.
Laurnaga reconoció que “tenemos un avance legal y político, donde se reconoce más que antes el derecho a participar en política, pero debemos generar un cambio cultural que nos toca más profundo y es la convivencia familiar”.
La docente explicó que desde el ámbito laboral se observan las preferencias y “entre una mujer y un varón, se elige al ejecutivo al frente de un cargo empresarial. Hay una brecha salarial de género que es increíble, porque formalmente todos debemos ganar lo mismo por igual tarea”, sin embargo, “las condiciones por las que se contratan a las mujeres son desiguales”. La discriminación no es consciente o explícita y ocurre de igual manera en el Interior del país: “las mujeres están más educadas que los hombres porque permanecen por más tiempo en el sistema educativo, pero tienen menos oportunidades para ocupar cargos gerenciales en empresas públicas o privadas”, dijo a EL TELEGRAFO. La investigadora relató que “un jerarca debe puntuar la calidad del trabajador y ante la misma calidad, inconscientemente o subjetivamente, tiende a privilegiar al varón. Otro tema es que resulta más caro, ante el 'riesgo' de embarazarse, pero con la nueva ley los hombres pueden aceptar la licencia parental”, no obstante, “para que ese cambio cultural se produzca, transcurrirá mucho tiempo. Por eso, las mujeres entran y salen con mayor rapidez del mercado de trabajo”.

Asimismo, “en el plano familiar y social, el ingreso de la mujer se considera secundario porque no es el proveedor principal y cuando se debe ajustar, lo debe hacer la mujer que deja su trabajo para cuidar a los hijos o a los viejos”, consignó. TOMADO DE EL TELGRAFO DE UY 

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