MODELO PRODUCTIVO
EXTRACTIVISTA
Y SUS CONSECUENCIAS:
INUNDACIONES, INCENDIOS, DERRAMES
Arroyos y ríos desbordados, rutas cortadas o con
circulación limitada, cientos de viviendas inundadas, campos bajo agua donde
apenas asoman los postes del alambrado y la población refugiándose en lugares
precarios, son imágenes cada vez más frecuentes.
Esto no es casualidad. Hay certeza ya de que es el
modelo agrobiotecnológico el responsable de esta situación cada vez mas
recurrente, caracterizada por desbordes inusuales, como las recientes lluvias
que arrojaron un panorama desolador al registrarse solo en la provincia de
Santa Fe más de un millon de hectareas bajo el agua.
Para tener una noción del panorama actual,
pueblos y ciudades enteras han quedado sumergidos como Pergamino, La Emilia,
San Nicolás, Rafaela, Arroyo Seco, y casi un centenar en la región centro, en
la pampa húmeda, una región que fuera una de las más fértiles y ricas del
mundo.
En este marco, si bien son necesarias las obras hidráulicas,
éstas solo maquillan un problema coyuntural: El deterioro manifiesto en el que
se encuentran los suelos hace que los mismos no absorben lo que deben,
escurriendo dichas aguas hacia las cuencas inferiores. Esto es lo que en
definitiva agrava las inundaciones.
Estudios realizados por Universidades Públicas y
especialistas de distintas disciplinas ratifican, entre otros, que los cultivos
de raíces pequeñas como la soja transgénica no permiten la infiltración
profunda o la evaporación; la eliminación de la actividad pecuaria provoca la
subida de las capas freáticas, la desaparición de la fauna y flora por la
aplicación de más de 300 millones de litros de agrotoxicos en cada
campaña, compacta los suelos y los convierte en un vidrio en el que rebota el
agua.
En efecto, la aplicación del paquete tecnológico de
transgénicos, agrotóxicos y siembra directa, base del agronegocio, significó la
subida de las capas freáticas, la uniformidad de la granulometría superficial
del suelo y la muerte directa de los micros y macros organismos edáficos
alterando negativamente los ciclos del agua y los nutrientes, el flujo de
energía y la dinámica de las comunidades por encima y debajo del suelo.
Se confirma, una vez más, que seguir insistiendo con las
buenas prácticas agrícolas o de labranza, no constituyen una solución ni
razonable ni ética a este problema, dado que nos encontramos frente a un modelo
de producción hegemónico y fuera de control que, en modo similar a la minería,
desequilibran la situación funcional del suelo y le exprime el suelo hasta sus
últimos nutrientes.
Si a este panorama le agregamos los múltiples focos de
incendios en las provincias de La Pampa, Río Negro y el sur de Buenos Aires,
incontrolables por los escasos recursos de contención del fuego que hay
disponibles, que provocaron la masiva mortandad de animales y cientos de
hectáreas desbastadas por el fuego. Los ríos enteros contaminados por los
numerosos derrames de cianuro provocados por la actividad minera, dejando a
poblaciones enteras sin acceso a agua potable y una mortandad de peces
incalculable. El impactante alud que enterró las localidades de Volcán, Bárcena
y Tumbaya en Jujuy, cuyos habitantes se esfuerzan por recuperar sus casas,
anegadas por el lodo y, de alguna forma, recuperar la vida cotidiana. Las
millones de hectáreas de bosque nativo destruidas en aras de “supuestas
inversiones” o mejor dicho de “especulaciones inmobiliarias”, comprenderemos
que nuestro país atraviesa por una verdadera situación de catástrofe ambiental.
No cabe ninguna duda de que la aceleración de las desastres
ambientales que hoy padecemosson la resultante de un modelo productivo
extractivista salvaje que, violando las leyes de la naturaleza, ha
seguido las leyes del Dios Mercado basadas en priorizar las máximas ganancias
para unos pocos, con consecuencias que las paga todo el pueblo, no solo con la
pérdida de sus bienes, sino también porque compromete su salud y su bienestar,
como asimismo, su presente y su futuro.
Es claro que el modelo de producción aplicado no es
amigable con el ambiente, y que los daños que genera son
sufridos por miles de ciudadanas y ciudadanos argentinos, sumado a las
incalculables pérdidas sociales, económicas y
productivas que ello implica en general para nuestro país.
A 20 años de la implantación de este modelo
productivo, la sociedad civil, las organizaciones sociales, los investigadores
y científicos, las universidades, las víctimas que se acumulan en cada rincón
de la patria, vienen alertando de las consecuencias de envenenar masivamente el
suelo, el agua, el aire, la naturaleza y la vida misma.
Los responsables debajo de esta catástrofe
"natural", sanitaria o ambiental. tienen nombre y apellido, son
productores inescrupulosos, inversores y financistas, profesionales y
funcionarios que pertenecen a una economía concentrada, monopólica y
transnacional, que lucran desde hace décadas con el sufrimiento y la
expoliación de los pueblos ,lo que hace que sostengamos que urge la toma de
responsabilidad por parte del estado de gestionar otro modelo
de producción, donde se respeten los equilibrios ecosistémicos y deje de lado
las declaraciones de “emergencia agropecuaria”, que todos subsidiamos y cuyo
destino final beneficia a unos pocos.
Sostenemos una vez más que hay una alternativa, una
verdadera salida para enfriar el planeta y actuar sobre el cambio climático y
no es con represión ni con su acción desenfrenada. Solo superaremos la difícil
situación que atraviesa nuestro país, planificando revertir el camino
desarrollado hasta ahora, y es optando por el modelo agroecológico de
producción que se opone al agronegocio.
Adhesiones:
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CALISA) –
Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina.
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CALISA) – Escuela de
Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA),
Argentina.
Seminario Interdisciplinario sobre el Hambre y el Derecho
Humano a la Alimentación Adecuada – Facultad de Derecho de la Universidad de
Buenos Aires (UBA), Argentina.
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria y Agroecología –
Universidad Nacional de Luján (UNLu), Argentina.
Cátedra Abierta de Estudios Urbanos y Territoriales – Sede
Trelew de la UNPSJB, Argentina.
Cátedra Libre de Agroecología y Soberanía Alimentaria
(CLAySA) – Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Argentina.
RENACE, Red Nacional de Acción Ecologista y sus
organizaciones:
ASOCIACIÓN AMIGOS DEL LAGO DE PALERMO - ACCIÓN POR LA
BIODIVERSIDAD. . AMBIENTE MAR - ASOCIACIÓN CONTRA LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL -
ASOCIACIÓN ECOLÓGICA DE LANÚS. A.E.L. - BIOS ARGENTINA - COLECTIVO TINTA VERDE
- ECOLOGÍA Y CRECIMIENTO CON ORGANIZACIÓN SOLIDARIA. - E.C.O.S. DE SALADILLO -
FUNDACIÓN UÑOPATUN – PERMAHABITANTE - MOVIMIENTO ANTINUCLEAR DEL CHUBUT. MACH -
FORO ECOLOGISTA DE PARANÁ - FEDERACION ARGENTINA DE ESPELEOLOGIA-
FadE - FUNDACIÓN CULLUNCHE –ASOCIACIÓN AMBIENTALISTA PIUKE - SOCIEDAD ECOLÓGICA
REGIONAL – SER – CENTRO DE PROTECCIÓN A LA NATURALEZA. CeProNat - CENTRO
ECOLOGISTA RENACER – MUYUQUI - PRO ECO GRUPO ECOLOGISTA - ECO SITIO;
adhiere aso eco rio mocoreta
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