lunes, 13 de marzo de 2017

RUMBO A UN PLANETA 50 Y 50 PARA EL AÑO 2030

 El mundo laboral del año 2030 deberá ser más igualitario. Así lo sugiere el tema elegido para celebrar el Día Internacional de la Mujer “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia
un planeta 50-50 en 2030”.
Un mercado laboral que se encuentra en plena transformación con grandes implicaciones para las mujeres. La globalización, la revolución tecnológica, el aumento de la informalidad y la inestabilidad, así como el impacto del cambio climático afectan de distintas maneras el empoderamiento económico de las mujeres.
Los efectos del cambio climático pueden producir impactos negativos en el empleo en algunos sectores como el turismo donde las mujeres están representadas en proporciones muy altas. Sin embargo, también puede ofrecerles oportunidades con la creación de empleos de alta calidad gracias a la puesta en marcha de medidas de mitigación y adaptación que promueven el crecimiento sostenible.  Este es el caso de las energías renovables, sector en el que se calcula que dará empleo a 24 millones de personas en todo el mundo en 2030.
La participación de la mujer en el sector energético continúa siendo baja. Según el informe sobre empleo del World Economic Forum de 2016, las mujeres representan el 15% de la fuerza laboral energética. Este dato podría ser un poco más elevado en el caso del sector renovable.
Una encuesta realizada recientemente por IRENA a 90 empresas de energías renovables alrededor del mundo indica que el 35% de los empleos en el sector están ocupados por mujeres. Las mujeres representaban el 46% de las tareas administrativas y sólo el 28% de los puestos técnicos y el 32% de los directivos. En cifras absolutas, las fuentes más importantes de empleo para las mujeres en los países industrializados son la energía solar, la energía eólica, la biomasa y los biocombustibles.
Esta reducida participación de las mujeres en el sector de las energías renovables es resultado, en parte, de los bajos niveles de participación de las mujeres en las carreras universitarias de ingeniería. En América Latina y el Caribe, se gradúan más mujeres que hombres en la universidad, sin embargo, sólo el 11% de los grados en educación superior obtenidos por las mujeres en la región corresponden a los campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) según un estudio publicado por el BID.
Pero además existen otras barreras como los estereotipos de género del sector que generan discriminación hacia las mujeres en los procesos de contratación; la inexistencia de modelos femeninos a los que seguir; la incompatibilidad de largas jornadas laborales y agendas de viajes excesivamente cargadas que no les permiten compatibilizar sus responsabilidades domésticas; o la existencia de un ambiente muy masculino donde las mujeres no se sienten cómodas trabajando.
La participación de más mujeres en los empleos de energías renovables contribuiría a reducir la escasez de competencias existentes en todos los países en el sector que requiere de nuevas habilidades técnicas y de ingeniería. Mientras que, por otra parte, tendría un impacto socio económico importante al permitir el acceso de las mujeres a empleos de alta calidad con buenas remuneraciones. No existen datos sobre los salarios de las mujeres en el sector renovable, pero como referencia podemos decir que las mujeres que trabajan en STEM ganan un 33% más que las mujeres en ocupaciones no-STEM. De la misma manera, la brecha salarial en estas profesiones existe, pero es más reducida que para el resto de sectores.
Eliminar las barreras existentes y trabajar para conseguir igualdad de oportunidades en el acceso de mujeres a empleos de calidad en energías renovables permitirá aumentar sustancialmente el talento del sector y encontrar aquellas competencias necesarias para su pleno desarrollo. Lo que muestra que un mundo laboral 50-50, no es bueno sólo para las mujeres.
Tomado de envio de red foroba

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