La presión tributaria se duplicó pasando de 20% (2002) a 40%
(2013)... y no le alcanza al kirchnerismo, que gasta más y más y más. Pero un
dato significativo es que, a pesar del aumento en la presión tributaria y el
incremento del gasto público (vía emisión monetaria), la Argentina es uno de
los países de la región que menos gasta en inversión pública: 2.8% del PBI en
2012, 6ta. en el ranking de Sudamérica. El gasto en inversión pública a nivel
nacional 33% del gasto en subsidios, explicó el Instituto para el Desarrollo
Económico y Social Argentino, con datos gubernamentales.
Es necesario un nivel de inversión pública superior al 3%
del PBI sólo para mantener el inventario de capital invariable. A modo de
ejemplo se podría mencionar que para reproducir el proceso de desarrollo de
economías asiáticas como ocurrió en Corea del Sur, hace falta mantener ratios
de inversión pública producto en torno al 5% del PBI durante varias décadas:
Economía & Regiones.
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CIUDAD DE BUENOS AIRES (Idesa). El aumento del peso del
gasto del Estado es una de las características salientes de la economía
argentina durante los últimos años. La participación del Estado en la economía
se puede apreciar tanto por el lado de los ingresos como por el lado del gasto.
Por el lado de los ingresos, la presión tributaria
total se duplicó en el período 2002 / 2013, pasando de 20% (2002) a 40% (2013).
El Gobierno Nacional la aumentó casi 17 puntos porcentuales en el período,
pasando de 16.5% (2002) a 33.3% (2013), mientras que la presión tributaria
provincial subió 3.2 puntos porcentuales, de 3.4% (2002) a 6.6% (2013)
El aumento de la presión tributaria le permitió al
Gobierno Nacional recaudar en forma extra1 mas de US$300.000 millones entre
2003 y 2012. El incremento de la presión tributaria no se convirtió en ahorro,
ya que el resultado fiscal se fue deteriorando año tras año desde 2004 a la
fecha.
Por el lado del Gobierno Nacional, en los últimos años
el gasto creció por encima de lo que aumentaba la presión tributaria y los
ingresos fiscales. El Gobierno Nacional “consumió” 5 puntos porcentuales del
producto, ya que se pasó de un superávit fiscal de 2.6% (2004) a un
déficit de 2.5% (2013) del PBI.
El escenario provincial es similar al nacional, aunque
más atenuado. El deterioro fiscal provincial no llega a 2 puntos porcentuales
en términos del producto. Las provincias pasaron de un superávit financiero de
1% (2004) a un déficit de 0.5% (2013) del PBI. Es más, en los últimos 2 años se
verificó una tenue mejora del resultado fiscal, con un déficit que se redujo de
0.8% (2011) a 0.7% (2012) y 0.5% (2013).
En definitiva, el resultado fiscal se deterioró tanto
a nivel nacional como provincial, ya que el aumento del peso relativo del gasto
en términos del producto superó al incremento de la presión tributaria. En la
esfera nacional el peso relativo del gasto primario en relación al producto se
incrementó 15.1 puntos porcentuales, pasando de 16.9% (2002) a 32% (2013). A
nivel provincial, el gasto primario subió 5.4 puntos porcentuales,
incrementándose de 10.4% (2002) a 15.8% (2013).
A pesar del aumento en la presión tributaria y el
incremento del gasto público en los 2 niveles de gobierno, Argentina es uno de
los países de la región que menos recursos destina a la inversión
pública.
Dentro de un ranking de 17 países evaluados de América
Latina, Argentina ocupó el puesto 11 en materia de inversión pública en
relación al PBI en 2012.
Es necesario un nivel de inversión pública superior al
3% del PBI sólo para mantener el inventario de capital invariable. A modo de
ejemplo se podría mencionar que para reproducir el proceso de desarrollo de
economías asiáticas como ocurrió en Corea del Sur, hace falta mantener ratios
de inversión pública producto en torno al 5% del PBI durante varias décadas.
La inversión pública mantiene bajo peso relativo
dentro de la estructura del gasto, tanto a nivel nacional como provincial. En
el período 2003/2013 la inversión pública promedió 3.6% del gasto primario
nacional y 10.9% de las erogaciones primarias provinciales.
Este insuficiente gasto en inversión pública (sobre
todo) a nivel nacional queda más expuesto cuando se lo compara con el gasto en
subsidios. En 2005 el sector público nacional gastaba lo mismo en inversión
pública que en subsidios. Por el contrario, en los últimos 3 años, el gasto en
subsidios triplica el gasto en inversión. Puntualmente, en 2013 el gasto en
subsidios ascendería a $ 125.000 millones, triplicando la inversión pública
nacional de $42.327 millones.
En pocas palabras, el actual nivel de inversión
pública en Argentina es insuficiente, no sólo para iniciar un proceso de
desarrollo económico sustentable de largo plazo, sino también para mantener el
stock de capital constante; por ende no debería sorprendernos el deterioro
evidente de los servicios públicos. Tomado de urgente 24 ar
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