No son pocas las preocupaciones sobre el ámbito en el
que se desenvuelven los jóvenes en el sector no estatal, lo cual no impide
su inserción en este de manera creciente y sostenida y su contribución al
desarrollo social, como revelaron recientes activos convocados por la Juventud
Comunista y una indagación de este diario
Yuniel Labacena Romero
Hace dos años que el mayabequense Ángel Arocha solicitó el
cambio de un local, por el hacinamiento del lugar que tiene arrendado como
trabajador por cuenta propia, y aunque el Consejo de la Administración de
Bejucal dijo que era posible, aún no tiene una respuesta clara. Ello es una
muestra de que los trámites burocráticos siguen entre los ingredientes que
muchas veces obstaculizan el buen desenvolvimiento juvenil en las nuevas formas
de gestión, y no son las únicas.
No son pocas las preocupaciones que tienen los noveles que
se vinculan a este mundo emergente de la economía nacional, así como a las
cooperativas no agropecuarias. Lo confirman los casi 300 planteamientos
realizados en los activos del sector no estatal, celebrados entre septiembre y
octubre pasados, por iniciativa de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y que
se extendieron a los 54 municipios con mayor presencia de esa fuerza.
A esas debilidades se suman las que aporta un sondeo
efectuado entre una treintena de jóvenes de la capital, por el Equipo de
Investigaciones Sociales de Juventud Rebelde.
Ambas indagaciones tuvieron como prioridad evaluar asuntos
laborales, jurídicos y económicos del país y hasta de la localidad donde se
desarrollan los jóvenes como trabajadores del mencionado ámbito. El intercambio
se convirtió, además, en espacio para saber qué les preocupa a estos actores
económicos, recibir respuestas, hacer propuestas e incentivar el compromiso con
el sistema social edificado por la Revolución y del cual forman parte.
Todo lo revelado en ambos ejercicios de participación se
enfoca hacia diversos desafíos, viejos o nuevos, que atraviesa este sector
emergente de la economía y los servicios, vistos con la mirada de la nueva
generación. Los resultados develan inquietudes, sugerencias y propuestas que
sería imperdonable esquivar, para que las nuevas formas de gestión sigan
teniendo un peso significativo en el desarrollo económico y social del país.
Varios jóvenes se refirieron a que las gestiones para
obtener sus documentos demoran demasiado y estos se vencen con rapidez. Dijeron
también que, en ocasiones, en los territorios se toman decisiones que impactan
el funcionamiento de la actividad que desempeñan y no se les informa
previamente. Igualmente, apuntaron que las «trabas en algunas entidades impiden
los contratos para determinadas licencias».
Desde Cienfuegos, un joven recordó que aunque se había
aprobado que los trabajadores por cuenta propia y los integrantes de las
cooperativas no agropecuarias hicieran contratos con las empresas estatales,
esto no ha marchado bien. De acuerdo con su opinión, los directivos son «un
poco rígidos con esa facilidad por miedo a las auditorías. Pero pienso que si
todo se hace como está establecido, no debe haber problemas».
Nos preocupa el maltrato de aquellos inspectores que, lejos
de educar y prevenir, ponen muchos obstáculos en nuestro trabajo, afirmó el
granmense Yosvany Camacho. Como él, decenas de participantes hablaron de la
necesidad de que quienes se desempeñan en las direcciones integrales de
supervisión, además de algunos agentes del orden público, varíen sus métodos de
trabajo, sin violar lo establecido para el cumplimiento de sus funciones.
Uno de los jóvenes en los activos advertía que, en
ocasiones, estas personas «no te dejan hablar, tengas o no la razón». Otros
manifestaban que «no pocas veces se percibe más hostigamiento a los legales que
a los ilegales».
La mayabequense Aleydis Machado habló de las dificultades
que ocasionan las entidades estatales que no tienen establecida la entrega de
justificante por la venta de sus productos, algo que piden constantemente los
inspectores a los no estatales.
¿Mercado mayorista o negro?
La necesidad de la existencia y acceso a un mercado
mayorista para el abastecimiento estuvo latente en las discusiones. Fueron
muchos los jóvenes que dialogaron sobre el tema, y uno de ellos, Manuel Pérez,
del municipio pinareño de Guane, aludió a la importancia de un establecimiento
de este tipo, donde los bicitaxeros, por ejemplo, «puedan adquirir las piezas
necesarias para sus equipos y no tengan que comprárselas a los revendedores».
«El mayor problema son los insumos. Todo hay que comprarlo
al mismo precio que en las tiendas y no tenemos ninguna ventaja. Y si algo se
pierde... ¡a correr!», dijo la habanera Leticia González.
Quienes se dedican a la venta y elaboración de alimentos,
impresión de documentos, fregado de carros y empleos en peluquerías y barberías
o como operadores de audios, no solo hablaron de la importancia de un mercado
mayorista, sino de que se garantice la estabilidad de los productos para el
desarrollo de los negocios.
Algunos aseguraron que ello ayudaría a «combatir el mercado
negro», «disminuir las ilegalidades» y «bajar precios de sus servicios». Otros
se pronunciaron por elevar el margen comercial que se le da a los productos, y
hasta propusieron, como el habanero Ernesto Suárez, que «si el país no está
preparado para abrir el mercado mayorista, que nos dejen importar a través de
empresas estatales».
¿Cómo se pueden adecuar las posibilidades de capacitación y
superación según la actividad que desarrollamos?, preguntó el capitalino Moisés
Rodríguez. Y lo hizo convencido de que muchos jóvenes que llegan al sector no
estatal tienen acceso a un empleo para el cual no están formados del todo. Por
ello, el aprendizaje sigue siendo primordial y muchas veces es difícil
continuar estudios por ser cuentapropista.
Los entrevistados también demandaron preparación en
cuestiones económicas, jurídicas y laborales. Incluso, solicitaron cursos más
específicos según la actividad y el lugar donde se desempeñan. Randy Cruz, del
municipio pinareño de Viñales, defendió la superación en el idioma inglés,
mientras que el manzanillero Vicente Rodríguez abogó por cursos de gestión y
dirección de pequeños negocios, cocina, tenedor de libros y algunas actividades
relacionadas con el turismo.
Piedras en el camino, pero la cuenta sigue creciendo
Los obstáculos referidos no impidieron el creciente acceso a
esta forma de emprendimiento en el país por parte de los más noveles. Según el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, actualmente 517 738 personas ejercen
el trabajo por cuenta propia, y 158 741 de ellas son menores de 35 años —un 31
por ciento. Ello ratifica que se consolida la apertura que en este ámbito
estimula el país con el proceso de actualización del modelo económico aprobado en
el VI Congreso del Partido y ratificado
en el último de esos cónclaves.
También esas cifras de incorporación honran su validez como
fuente de empleo, producción y prestación de servicios, y demuestra la
aceptación que tiene por parte de la población en general y entre la menos
envejecida en particular.
El principal atractivo, según coinciden estudios y opiniones
de los protagonistas, son los ingresos. A lo anterior agregan que laborar en el
sector no estatal les ofrece mayor autonomía e independencia, así como la
posibilidad de mejorar la situación económica familiar y personal.
No es extraño entonces que los jóvenes ocupen lugares
importantes dentro de las nuevas formas de gestión, incluso combinándolas con
sus ocupaciones en el sector estatal, que sigue siendo el escenario principal
de inserción laboral para la juventud, y se continúa legitimando como espacio
preferido, atendiendo a la seguridad que proporciona y la posibilidad de
desarrollo y superación profesional.
A dónde van los tributos
Impuestos, tributos, contribuyente, Declaración Jurada, son
términos ahora más comunes entre cubanos, que vivieron por décadas sin
familiarizarse más con estos ante la preminencia de una economía estatal
centralizada.
Sin embargo, en la historia del país, la tradición tributaria
es sorprendente, y aunque hoy se aprecia mayor disciplina y cultura en este
sentido, son muchas las dudas que abundan entre quienes ejercen las nuevas
formas de gestión no estatal.
Quizá por ello numerosos jóvenes pidieron revisar por qué el
aporte que brindan a la seguridad social no cubre sus vacaciones ni el pago de
certificados médicos. De la misma manera solicitaron analizar en qué se utiliza
el por ciento del impuesto consignado para reparación y acondicionamiento de
los lugares donde ejercen su labor, además del uno por ciento destinado al
desarrollo local del municipio.
Aludieron a que la Oficina Nacional de la Administración
Tributaria muchas veces es muy rigorosa, como dijo Nataniel Jiménez, de Ciego
de Ávila. Desde Baracoa, una joven planteó que si se realiza el aporte al
presupuesto del Estado, este pudiera encargarse del pago de las licencias de
maternidad de las trabajadoras del sector, así como proporcionar capacidades
para círculos infantiles y seminternados como se hace con el sector estatal.
Los titulares de las cafeterías no nos dan derecho a
vacaciones, trabajamos de lunes a sábado y solo descansamos los domingos,
precisó uno de los jóvenes al referirse al incumplimiento de lo establecido en
la Ley No. 116 Código de Trabajo, que por vez primera contempla cabalmente al
sector privado. El cienfueguero Yandri Escalante confirmó que existe
desinformación sobre los
derechos y deberes de los cuentapropistas jóvenes
contratados.
Otros entrevistados revelaron que, por lo general, ninguno
«tiene contrato escrito con sus empleadores», sino que llegan a acuerdos
verbales con el dueño del negocio. Hubo hasta quienes manifestaron que han
escuchado historias discriminatorias dentro del sector, como las que describen
ciertos anuncios en los restaurantes que solo contratan mujeres de buena
presencia, con el propósito de atraer a clientes.
Las indagaciones mostraron también que, en ocasiones, los
jóvenes sienten que no «se les da respuesta a sus inquietudes y que solo son
visitados para afiliarlos y recoger finanzas». Por ello, afirmaron que la
«atención tiene que ser más profunda y diversa». «Se hace necesario que no nos
vean como merolicos», expresó la habanera Berki Sotolongo.
UJC en «la caliente»
No existe un único organismo, entidad o institución
responsable de atender a los jóvenes del sector no estatal. Pero sean
militantes o no, la UJC tiene la misión de acompañarlos y representarlos cada
vez más y mejor. Extender el proceso de creación de organizaciones de base en
las nuevas formas de gestión —decisión adoptada desde mediados de 2013— fue un
paso con frutos evidentes: la UJC creció en más de 3 350 nuevos miembros, y
cuenta en este sector con más de 250 células.
Según los noveles trabajadores, la organización juvenil debe
acercarse, dialogar, acompañar y compartir más con ellos, así como fortalecer
los movimientos juveniles dentro de su ámbito con el propósito de que los
jóvenes se sientan parte de ella. Además, expresaron que se les debe dar
seguimiento a quienes se trasladan de un sector a otro, pues dejan de hacer
vida de militante. Aunque esto forma parte de la responsabilidad del joven.
Es necesario elevar nuestro protagonismo y liderazgo en los
espacios donde nos desarrollamos, dijo el villaclareño José Luis Carvajal. Y
aludió a que para eso «debemos mantenernos informados, insertarnos en la vida
de la organización, participar en las actividades y sumar a los no militantes;
que todos veamos que la organización es un espacio para nutrirnos de buenos
saberes y canalizar nuestras preocupaciones».
El habanero Pavel Estremara advirtió que la UJC debe buscar
métodos y herramientas diferentes para su labor en el mundo no estatal. Otros
jóvenes manifestaron la necesidad de «estimular a quienes laboran en el sector»
y realizar con más frecuencia encuentros como los activos, sobre todo para
darle seguimiento a los temas y porque son espacios para el intercambio.
En la cuenta de Cuba
Las indagaciones no solo mostraron el lado polémico que
viven los noveles trabajadores del sector no estatal —que pueden ser también
las de otros cubanos de mayor edad que se vinculan a este—, también se habló
desde el compromiso social y la participación. Y lo hicieron porque saben que
«tenemos que enfrentar las indisciplinas e ilegalidades para contribuir a una
mejor sociedad», porque su labor «resulta cada vez más necesaria en la sociedad
que los cubanos pretendemos construir».
«Estos son momentos de combate. Debemos eliminar la apatía
que existe en algunos jóvenes y sumarnos al desarrollo que pueda alcanzar
nuestro país», apuntó un joven villaclareño. Refirió también que los
cuentapropistas «podemos participar en un trabajo voluntario y otras
iniciativas socializadoras. Lejos de ver esta forma de empleo como vía de enriquecimiento,
hay que entenderla también como una opción para defender nuestros valores y
principios revolucionarios».
Otros recordaron que cuando el huracán Sandy devastó a
Santiago de Cuba, desde el amor y la solidaridad, los jóvenes del sector no estatal
se unieron a la recuperación para que la ciudad renaciera. Igual se han sumado
a diferentes acciones en la atención de los menores que se encuentran en las
casas de niños sin amparo familiar o han llegado con donativos a hospitales o
círculos infantiles.
Proteger a los jóvenes del sector no estatal sigue siendo
una apuesta imprescindible, pues años atrás esa forma de empleo no tenía la
misma envergadura de hoy. Aun cuando el Estado la ha impulsado y respaldado,
desenvolverse en ella sigue siendo un camino lleno de desafíos y cuentas por
sacar, según revelan las indagaciones. Pero hay que abrir el paso a los jóvenes
que quieren ser y hacer. No importa de dónde vengan y a qué se dediquen. Todos
quieren estar en la cuenta de Cuba.
(Participaron en este reportaje Annelice Mederos
Villafranca, Lorena Pérez Quintero, Sara Cotarelo Prieto y Elayna Espina
Sierra, del Equipo de Investigaciones Sociales de Juventud Rebelde.)
Resulta sugerente para los más nuevos involucrarse en
proyectos propios de trabajo que les permitan desplegar su iniciativa y
capacidades creativas.
El 31 por ciento de quienes se emplean en el trabajo por
cuenta propia son jóvenes, por lo que la atención a estos debe continuar
consolidándose como estrategia.
Desde el triunfo de la Revolución, en el país se ha
trabajado no solo en la formación de los recursos humanos, sino también en
garantizar el empleo y convertirlo en una forma de participación social.
La elaboración de alimentos, el transporte de carga y
pasajeros y el arrendamiento de vivienda, habitaciones y espacios son las
actividades más representativas dentro del trabajo por cuenta propia.
Que no falte la cultura jurídica
—Ley No. 116 Código de Trabajo y su Reglamento: establece
los procedimientos para hacer efectivos los derechos y deberes de los trabajadores
y empleadores.
—Resolución 41 y 42/2013 del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social: contienen el reglamento del ejercicio del trabajo por cuenta
propia y las actividades a ejercer en esta forma de empleo y su alcance.
—Resolución 353/13 del Ministerio de Finanzas y Precios:
regula el pago de los impuestos para el trabajo por cuenta propia.
—Ley No. 113 Del Sistema Tributario: instituye 25 tributos,
que se dividen en 19 impuestos, tres contribuciones y tres tasas.
—Decretos-Leyes No. 305 y 306: estipulan las normas de las
cooperativas no agropecuarias y el régimen especial de seguridad social de los
socios.
TOMADO DE LA JUVENTUD REBELDE DE CUBA
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