Alertan sobre la proliferación de enfermedades infecciosas
después de las inundaciones
Con la mejora del tiempo y el regreso a casa, aparecen las
consecuencias del temporal; a las patologías estacionales se suman otras
propias de la catástrofe en gran parte del país
Fabiola Czubaj Una ambulancia quedó empantanada cuando iba
de El Sauzalito a Tres Pozos, en
Chaco
Chaco. Foto: CENTRO MANDELA
Las adversidades climáticas que están causando desastres
ambientales en gran parte del país tienen sus riesgos sanitarios. A las
infecciones estacionales, que incluyen las respiratorias que empiezan a
aparecer con el otoño, se suman otras amenazas, como enfermedades por el contacto
con el agua estancada, la exposición a roedores o las enfermedades de
transmisión alimentaria (ETA) por el consumo de productos que perdieron las
condiciones de seguridad adecuadas.
Ocho brigadas que dependen del área de Epidemiología del
Ministerio de Salud de la Nación trabajan desde la semana pasada en El
Sauzalito, Chaco, para controlar el avance del zika. Ahí, a 590 kilómetros de
Resistencia, hay casi 100 casos de zika confirmados y otros 90 en estudio,
según pudo conocer LA NACION ayer de fuentes oficiales. Por ahora, predomina la
transmisión vectorial -por el mosquito Aedes aegypti- de un virus, que también
se contagia por la vía sexual. Por ahora, tampoco se confirmaron casos en
embarazadas.
Desde el Centro Mandela, una entidad que trabaja con los
sectores más excluidos de la provincia, informaron ayer que la situación
"es mucho más grave" que la que informa el Ministerio de Salud
provincial. Rolando Núñez, coordinador del centro, lo atribuyó al retraso en la
notificación a la red sanitaria local de los resultados de los análisis de
laboratorio de los casos sospechosos tanto de dengue como de zika.
Evalúan si en primavera se podría repetir el fenómeno El
Niño
Eso, de acuerdo con Núñez, "impide o demora planificar
y ejecutar las acciones de bloqueo donde circula el virus del zika. Esto es en
El Sauzalito, epicentro de la epidemia del zika, que se agudiza por la falta de
apoyo integral y de una correcta coordinación con las estructuras operativas
del sistema sanitario chaqueño y de la Nación, aunque los que pertenecen al
sistema nacional se desempeñan mucho mejor que los locales, si se tienen en
cuenta la calidad y los resultados de las intervenciones de las brigadas
venidas de otras provincias, pero que por la discontinuidad de las
intervenciones conspiran negativamente en la lucha contra los huevos y las
larvas del Aedes aegypti".
Una brigada de control de vectores trabajó con personal
municipal en las viviendas de la población afectada y sus alrededores, según
indicó ayer Jorge San Juan, subsecretario de Estrategias de Atención y Salud
Comunitaria de la cartera nacional. Con maestros bilingües, también se explicó
en la colonia wichi qué es el zika y cómo prevenir la infección.
Las lluvias intensas de las últimas semanas en el área
provocaron un escenario aún más alarmante para los pobladores de una región
que, como denuncia desde hace varios años el Centro Mandela, registra "los
peores indicadores sociales, económicos, sanitarios y educativos de la
Argentina". La semana pasada, una ambulancia que trasladaba a una
embarazada desde el paraje Tres Pozos quedó empantanada en el barro. "Llegan
a Pompeya familias de varias regiones o lugares -precisó Núñez-. Algunos grupos
indígenas llegan desde El Sauzalito y de su zona de influencia. Se estima que
incide el temor a contraer el zika. Algunos pobladores del paraje Polenom se
mudan por miedo a la epidemia."
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia
Epidemiológica, también está circulando de manera activa el virus del zika en
cinco localidades de otras dos provincias. Son Ingeniero Juárez (Formosa) y
Embarcación, General Mosconi y Tartagal (Salta). Lo mismo sucede con el virus
del dengue en cuatro provincias: Formosa, Santa Fe, Corrientes y Buenos Aires.
Además, en el norte del país, ya se percibe un adelantamiento de la temporada
de bronquiolitis en los más chicos, lo que suele anteceder a la llegada de la
gripe y otras infecciones respiratorias del invierno.
Hacia el Sur, en Comodoro Rivadavia, Chubut, la población
comenzó a volver a sus casas. El agua, que arrastró con una potencia inusual
vehículos por las calles de la ciudad, ya escurrió, pero queda el barro. Como
el personal militar, policial, civil y sanitario que estuvo asistiendo a los
afectados, tendrán que tomar precauciones para evitar contraer enfermedades,
principalmente infecciosas. Eso incluye el consumo de alimentos sin las
condiciones de seguridad necesarias o que estuvieron en contacto con el agua.
También, como en el resto de la decena de provincias
afectadas por las inundaciones, semejante experiencia traumática expone al
riesgo de sufrir estrés postraumático.
San Juan precisó que, después de la inundación, el riesgo
está en los próximos 60 días. Eso se aplica tanto a quienes estuvieron
altamente expuestos al agua en una primera etapa, como los soldados, los
policías, los bomberos y los brigadistas que asistieron a los damnificados, como
a la población que vuelve a sus casas para limpiarlas. Los recaudos incluyen
desde no andar descalzos y usar guantes hasta desechar todos los alimentos que
pudieron estar en contacto con el agua.
"Y ante la presencia de algún síntoma, como dolor de cabeza,
fiebre, calambres o malestar generalizado, hay que consultar al médico",
finalizó el funcionario. TOMADO DE LA NACION DE AR
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