El liberalismo salvaje de los 90 se caracterizo por el aumento del agro negocio y sobre todo por la dependencia a las grandes compañías productoras de semillas, agro insumos y comercialización a través de grandes supermercados.
Cinco empresas transnacionales ( Cargill-Dow, Dupont; Sygenta, Bayer y Monsanto, ahora Pharmacia) dominan el mercado de las semillas transgénicas, siendo Monsanto el que se lleva el 91 %,.
Dos características, la resistencia a las plagas (18 %) y a los herbicidas (75 %) representan el 99 % de las características de las nuevas técnicas.
La soja, introducida en la década del 60 y que a partir de los 70 fue aumentando la producción por la baja en los costos de siembra y sumado a las políticas de los 90 que facilitaron la incorporación de paquetes tecnológicos basados en insumos como fertilizantes, nuevas variedades de semillas, y maquinaria de última generación.
En año agrícola 2003 – 2004 se sembraron mas de 14, 5 millones de hectáreas, es decir una superficie mayor que la provincia de Corrientes que tiene unos 8 millones de hectáreas, o la República del Uruguay que tiene 14, millones de hectáreas. Con rindes de 34,8 millones de toneladas y en la campaña de 2005 – 2006 trepo a 15, 6 millones de hectáreas con rinde de más de 40 millones de toneladas.
Desde los 90 la expansión agro se caracterizo por el aumento de la superficie, la concentración de los dueños, y la centralización de trigo-soja y al aumento de uso del glifosato.
Los rasgos salientes son: sistema de labranza cero, asociado a la siembra directa, que permite ahorro de combustibles y no erosiona el suelo, y el glifosato asociado a las semillas generadoras de plantas resistentes, lo que permite al productor más tiempo libre ya que no debe controlar malezas.
La Argentina se ubico en el segundo país con este tipo de cultivo, utilizando unas 17 millones de hectáreas.
Se margino lógicamente la ganadería, y se presentaron impactos negativos en las estructuras clásicas de producción.
Uno de los impactos negativos mas característicos es el uso de capital de siembra, la que requiere adquirir tecnología, la sembradora especial para la siembra directa, que tiene un costo, si se la adquiere o se la alquila o contrata.
Esto significa que los productores chicos deben agrandarse y sembrar más de lo que viene haciendo o arrendar tierras o se las arriendan que a la larga trae aparejado menos productores pero más grandes.
El problema del uso de glifosato y la semilla, modificada con el gen resistente, es que el polen puede producir especies resistentes como ya ocurrió en las plantaciones de maíz rr y colza rr.
Por otro lado cuando el productor usa cada vez mas glifosato se va generando resistencia en algunas malezas y la contaminación hacia especies a las cuales no estaba destinado se hace sentir, estos impacto se hacen sentir más en países como el nuestro donde las leyes son relajadas o los encargados de hacerlas cumplir prefieren relajarlas.
Sumado al uso de endosulfan , 2-4 D la contaminación no tiene fin aunque a De’Angeli que no sabe nada le duela o al Biocati que es oligarca no le importe.
datos tomados de Javier Souza Casadiño y Mariana celia Moya - con acotaciones de AERM
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