¿Soja hasta en las macetas? Queremos un país, no una republiqueta sojera
19-11-09 Por Ing. Claudio Lowy
19-11-09 Por Ing. Claudio Lowy
RENACE manifiesta su preocupación acerca de los dichos del Sr Jefe de Gabinete de la Nación en relación al cultivo de soja, asi como a la parcialidad que evidencia el informe de la Comisión ad hoc sobre la toxicidad del herbicida asociado que obvia y desatiende los múltiples estudios nacionales y del exterior que alertan sistemáticamente sobre los peligros que implica.
Durante el informe que el Jefe de Gabinete de Ministros Aníbal Fernández expuso a la Cámara de Diputados el miércoles 11 de noviembre, expresó:
“El mundo nos pide y nosotros tenemos que salir a vender lo que ellos quieren, y si quieren soja, plantemos soja en las macetas.” Claramente, tenemos que plantar soja hasta en las macetas.
Estos informes están enmarcados en el art. 101 de la Constitución Nacional, que en su primera parte dice que “El jefe de gabinete de ministros debe concurrir al Congreso al menos una vez por mes, alternativamente a cada una de sus Cámaras, para informar de la marcha del Gobierno”. En este contexto, lo expresado por el Jefe de Gabinete de Ministros refiere a un proyecto de país.
El mundo pide muchas de cosas; y de todas ellas los empresarios argentinos deciden producir y el gobierno decide promover el sistema Monsanto de producción agraria transgénica, que incluye el herbicida Roundup y la soja transgénica que soporta este herbicida, ambos producidos y comercializados por la misma empresa.
Este sistema Monsanto de producción agraria y los daños colaterales por la frecuente aplicación fuera de norma causa:
· Destrucción de la capacidad de producir alimentos sanos y diversos en el campo argentino.
· Destrucción de la autonomía de los productores agrarios, haciéndolos dependientes de un sistema que los degrada a ellos y a su ambiente.
· Destrucción de los sistemas productivos vinculados a otras producciones, incluyendo las cadenas industriales, como en el caso de las cadenas textiles vinculadas al algodón.
· Enfermedades que incluso causan la muerte en la población del campo, de las ciudades y de los pueblos afectados por las fumigaciones.
· La concentración del ingreso en poquísimas personas, dejando a la mayoría en la pobreza y en la indigencia.
· El desplazamiento de las personas desde el campo y las pequeñas poblaciones hacia las villas miseria de las grandes ciudades, agravando los desequilibrios poblacionales y ambientales.
· Desertificación en grandes extensiones de nuestros suelos.
· Destrucción de bosques autóctonos.
· Escasez de agua para el consumo humano, para las otras producciones y para los ecosistemas.
· Destrucción de nuestros ecosistemas y de la biodiversidad, afectando los ciclos de los procesos ecológicos esenciales, como los ciclos del agua, de los nutrientes, del dióxido de carbono y de la energía, incluyendo las cadenas tróficas, sin las cuales la vida no es viable.
El desarrollo y consolidación de este proyecto empodera a la empresa Monsanto en nuestro país. Esta Monsanto es la misma corporación empresaria que proveyó del agente naranja al ejercito de los EE.UU., y la misma que fue condenada por la justicia francesa a pagar una multa por mentir en sus propagandas del herbicida, al presentarlo como “es totalmente biodegradable” y que su uso deja “el suelo limpio”. El tribunal señaló que Monsanto y Scotts France conocían las características ecotóxicas del producto, pero que a pesar de ello difundieron mensajes publicitarios engañosos “conteniendo argumentos ecológicos erróneos con el objetivo de hacer creer falsamente en la existencia de una inocuidad total e inmediata para el ambiente de sus productos”.
El sistema Monsanto y sus daños colaterales producen degradación ecológica, social y económica.
El pueblo argentino necesita otro país, que promueva y genere todo lo contrario. Tenemos que seguir trabajando y luchando para conseguirlo, porque está visto que no nos será dado. www.ecoportal.net
Ing. Claudio Lowy
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