A la pregunta de quién debe controlar los agrotoxicos seguramente que los campesinos, los laboratorios productores y los agrónomos dirán a unisonó: el ministerio de Agricultura o dependencia similar, al menos en Argentina.
Es esta debilidad del sistema, que es como darle al zorro el cuidado de las gallinas, lo conlleva miles de accidentes toxicológicos y la laxitud del régimen.
En los países que han dejado de ser “bananeros” o del grupo de la república de los Cocos, cuyo Embajador era Mariano Moreno Cantinflas, en el film que mostraba las debilidades de un gobierno inestable y metido en medio de intereses foráneos; tienen la dependencia de control en manos de quien debe tenerlo que es el Ministerio de Salud o dependencia similar.
Así los EEUU esto, la calificación, su control, depende de la FDA, es decir de la Agencia de control de drogas, medicamentos y alimentos.
En Brasil el ANVISA, dependiente del Ministerio de Salud, Agencia nacional de Vigilancia Sanitaria, tiene una dependencia que se encarga de los agrotoxicos, coherente con lo que ocurre en el mundo, donde quien dicta estas normas es la OMS , es decir la Organización Mundial de la Salud y no la FAO que se encarga de produccion de alimentos.
En la Argentina, otrora granero del mundo, pero que hoy anda cerca de nuevo de esa calificación, esplendida en términos económicos, pero que deja el tendal de intoxicados, desde niños banderilleros a tractoristas y cuando no a puebleros que nada tienen que ver con la producción agrícola y sin duda no son blanco para los tóxicos que se desparraman por doquier por la mala praxis, indicada por quienes no son idóneos para ese trabajo.
También, paralelamente, no se cumple con aquello de que el único que se encarga del expendio de drogas de uso humano, animal y vegetal es el farmacéutico que rigió por años.
Es sabido que no solo venden medicamentos los veterinarios, cuya función es la de medico de animales y los agrónomos que viene a ser como un medico de plantas, sino también los súper mercados, las semillerias, las casas de abasto de insumos, los almacenes de barrio, los quioscos, las que en general carecen de todo tipo de control y de responsabilidad profesional, - se acuerda cuando compraba espirales para mosquitos solo en la farmacia? Bueno eso termino hace rato, así estamos.
En la Argentina quien controla y califica no es el ANMAT, sino la secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca, o como se llama ahora; con notables atribuciones de autorizar o no las drogas de uso agrícola.
Cuando las cosas se acomoden y la Argentina vuelva a ser un país serio, el ANMAT controlara, dispondrá aceptar o no, clasificara, dictara las normas de uso, bajara las líneas de educación formal y no formal adecuadas y el numero de humanos enfermos por tóxicos bajara, mientras tanto el zorro comerá las gallinas que han puesto a su cuidado , porque es su naturaleza, comer gallinas , no cuidarlas.
Es esta debilidad del sistema, que es como darle al zorro el cuidado de las gallinas, lo conlleva miles de accidentes toxicológicos y la laxitud del régimen.
En los países que han dejado de ser “bananeros” o del grupo de la república de los Cocos, cuyo Embajador era Mariano Moreno Cantinflas, en el film que mostraba las debilidades de un gobierno inestable y metido en medio de intereses foráneos; tienen la dependencia de control en manos de quien debe tenerlo que es el Ministerio de Salud o dependencia similar.
Así los EEUU esto, la calificación, su control, depende de la FDA, es decir de la Agencia de control de drogas, medicamentos y alimentos.
En Brasil el ANVISA, dependiente del Ministerio de Salud, Agencia nacional de Vigilancia Sanitaria, tiene una dependencia que se encarga de los agrotoxicos, coherente con lo que ocurre en el mundo, donde quien dicta estas normas es la OMS , es decir la Organización Mundial de la Salud y no la FAO que se encarga de produccion de alimentos.
En la Argentina, otrora granero del mundo, pero que hoy anda cerca de nuevo de esa calificación, esplendida en términos económicos, pero que deja el tendal de intoxicados, desde niños banderilleros a tractoristas y cuando no a puebleros que nada tienen que ver con la producción agrícola y sin duda no son blanco para los tóxicos que se desparraman por doquier por la mala praxis, indicada por quienes no son idóneos para ese trabajo.
También, paralelamente, no se cumple con aquello de que el único que se encarga del expendio de drogas de uso humano, animal y vegetal es el farmacéutico que rigió por años.
Es sabido que no solo venden medicamentos los veterinarios, cuya función es la de medico de animales y los agrónomos que viene a ser como un medico de plantas, sino también los súper mercados, las semillerias, las casas de abasto de insumos, los almacenes de barrio, los quioscos, las que en general carecen de todo tipo de control y de responsabilidad profesional, - se acuerda cuando compraba espirales para mosquitos solo en la farmacia? Bueno eso termino hace rato, así estamos.
En la Argentina quien controla y califica no es el ANMAT, sino la secretaria de Agricultura Ganadería y Pesca, o como se llama ahora; con notables atribuciones de autorizar o no las drogas de uso agrícola.
Cuando las cosas se acomoden y la Argentina vuelva a ser un país serio, el ANMAT controlara, dispondrá aceptar o no, clasificara, dictara las normas de uso, bajara las líneas de educación formal y no formal adecuadas y el numero de humanos enfermos por tóxicos bajara, mientras tanto el zorro comerá las gallinas que han puesto a su cuidado , porque es su naturaleza, comer gallinas , no cuidarlas.
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