La destrucción de la Amazonia es una decisión de los empresarios
Rómulo Pardo Silva
Rebelión
Los medios dominantes difunden la explicación que la quema y tala de la mayor selva del mundo es responsabilidad de familias pobres que tratan de sobrevivir. La verdad es que la selva amazónica es un negocio de millonarios. Ellos no van a renunciar a explotarlo y solo una revolución puede salvarla.
Cada día se quema, tala, contamina, mata, en la Amazonia. Los culpables son capitalistas y políticos locales, de Estados Unidos y de Europa.
Las ganancias son enormes. La madera de un árbol importado a Europa se vende en 125 mil dólares, Brasil, el mayor productor mundial de carne de vacuno, exporta anualmente más de 2 millones de toneladas, en Perú un año se produjeron 750 toneladas de cocaína con un valor de 85 mil millones de dólares y 16 toneladas de oro. La pobreza de los trabajadores es aguda de modo que no cabe duda de quiénes son los responsables y beneficiados.
La crueldad de este crimen es propia de los capitalistas. Por dinero se queman vivos monos, pájaros, insectos, anfibios, peces, reptiles... en una hectárea de Amazonia hay más especies de aves que en toda Europa. La rica vegetación es devastada. Se talan al año 6.450 km2 de Amazonas, el equivalente a 2.475 campos de fútbol al día; en el ecosistema Cerrado es peor, se deforestan 20.000 km2 al año. (1) Ecuador destruyó más de la mitad de su selva, Brasil para la ganadería y la soya en 40 años, el doble de la superficie de Alemania y en la última década para la ganadería más de 100.000 km2. El área devastada para mantener el ganado es mayor que Francia. Perú arrasó más de 4 millones de km2, cada día casi 400 hectáreas para el cultivo de coca.
Contaminan despiadadamente la vida selvática incluyendo al hombre. Texaco, hoy Chevron, después de la expulsión de tribus indígenas, extrajo petróleo de Ecuador y al irse dejó pozos con residuos tóxicos que alcanzan los mantos freáticos y ríos. Se estima que los productores de cocaína vierten al año en los acuíferos y sistemas fluviales 15 millones de litros de tóxicos como ácido sulfúrico, cal viva, acetona, parafina. Los que sacan oro contaminan las aguas con 32 toneladas de mercurio y 1.500 litros de aceite cada día. El arrasamiento de la Amazonia es un mecanismo necesario y válido en el sistema capitalista. Así una mina grande de oro puede funcionar en forma ilegal durante 30 años…, se extrae oro de un parque nacional protegido…, cualquiera ve salir la madera en los puertos…, las plantas de coca son parte normal de un extenso paisaje…, los que se atreven a oponerse son asesinados. En consecuencia va a seguir.
Blanca G.Ruibal afirma: “[…] La insaciable demanda europea de carne, piensos y agrocombustibles provoca la continua destrucción de la selva Amazónica y el Cerrado en Brasil; con graves consecuencias para el clima, la biodiversidad y las vidas de miles de personas". Pero una investigación muestra que, para 2020 la superficie de soja aumentará 5 millones de hectáreas, y la ganadería y la producción de caña de azúcar para agrocombustible un 25%.
Silvio González escribe: “En la Amazonía existen importantes yacimientos minerales. Allí se localiza la mayor reserva de uranio empobrecido del mundo y grandes yacimientos de hierro, niobio, petróleo, metales y gemas preciosas y semipreciosas. El niobio, por ejemplo, se encuentra entre los minerales más codiciados por su escasez en la naturaleza y su aplicación más importante es en la producción de mezclas metálicas para la industria aeronáutica y naval.” (2)
La nueva carretera Brasil-Perú augura el futuro. El investigador Rob Williams asegura que asfaltar la vía principal no significa tanto un daño ambiental como el de las "carreteras secundarias que salen de la principal como en un patrón de espina de pescado". "Estas continuarán fragmentando la Amazonía a lo largo de la carretera Interoceánica hasta que esté deforestada".
El daño que produce la destrucción de la Amazonia es mundial. Ella absorbe el 10% de las emisiones de carbono impidiendo que el calentamiento de la atmósfera sea aún mayor.
La Amazonia es de todos: de los humanos, los animales, las plantas. Sólo el socialismo para todos puede salvarla.
Referencias
(1) Amigos de la Tierra, Rebelión 26-01-11
(2) Silvio González, Rebelión 2-1-11
Rómulo Pardo Silva
Rebelión
Los medios dominantes difunden la explicación que la quema y tala de la mayor selva del mundo es responsabilidad de familias pobres que tratan de sobrevivir. La verdad es que la selva amazónica es un negocio de millonarios. Ellos no van a renunciar a explotarlo y solo una revolución puede salvarla.
Cada día se quema, tala, contamina, mata, en la Amazonia. Los culpables son capitalistas y políticos locales, de Estados Unidos y de Europa.
Las ganancias son enormes. La madera de un árbol importado a Europa se vende en 125 mil dólares, Brasil, el mayor productor mundial de carne de vacuno, exporta anualmente más de 2 millones de toneladas, en Perú un año se produjeron 750 toneladas de cocaína con un valor de 85 mil millones de dólares y 16 toneladas de oro. La pobreza de los trabajadores es aguda de modo que no cabe duda de quiénes son los responsables y beneficiados.
La crueldad de este crimen es propia de los capitalistas. Por dinero se queman vivos monos, pájaros, insectos, anfibios, peces, reptiles... en una hectárea de Amazonia hay más especies de aves que en toda Europa. La rica vegetación es devastada. Se talan al año 6.450 km2 de Amazonas, el equivalente a 2.475 campos de fútbol al día; en el ecosistema Cerrado es peor, se deforestan 20.000 km2 al año. (1) Ecuador destruyó más de la mitad de su selva, Brasil para la ganadería y la soya en 40 años, el doble de la superficie de Alemania y en la última década para la ganadería más de 100.000 km2. El área devastada para mantener el ganado es mayor que Francia. Perú arrasó más de 4 millones de km2, cada día casi 400 hectáreas para el cultivo de coca.
Contaminan despiadadamente la vida selvática incluyendo al hombre. Texaco, hoy Chevron, después de la expulsión de tribus indígenas, extrajo petróleo de Ecuador y al irse dejó pozos con residuos tóxicos que alcanzan los mantos freáticos y ríos. Se estima que los productores de cocaína vierten al año en los acuíferos y sistemas fluviales 15 millones de litros de tóxicos como ácido sulfúrico, cal viva, acetona, parafina. Los que sacan oro contaminan las aguas con 32 toneladas de mercurio y 1.500 litros de aceite cada día. El arrasamiento de la Amazonia es un mecanismo necesario y válido en el sistema capitalista. Así una mina grande de oro puede funcionar en forma ilegal durante 30 años…, se extrae oro de un parque nacional protegido…, cualquiera ve salir la madera en los puertos…, las plantas de coca son parte normal de un extenso paisaje…, los que se atreven a oponerse son asesinados. En consecuencia va a seguir.
Blanca G.Ruibal afirma: “[…] La insaciable demanda europea de carne, piensos y agrocombustibles provoca la continua destrucción de la selva Amazónica y el Cerrado en Brasil; con graves consecuencias para el clima, la biodiversidad y las vidas de miles de personas". Pero una investigación muestra que, para 2020 la superficie de soja aumentará 5 millones de hectáreas, y la ganadería y la producción de caña de azúcar para agrocombustible un 25%.
Silvio González escribe: “En la Amazonía existen importantes yacimientos minerales. Allí se localiza la mayor reserva de uranio empobrecido del mundo y grandes yacimientos de hierro, niobio, petróleo, metales y gemas preciosas y semipreciosas. El niobio, por ejemplo, se encuentra entre los minerales más codiciados por su escasez en la naturaleza y su aplicación más importante es en la producción de mezclas metálicas para la industria aeronáutica y naval.” (2)
La nueva carretera Brasil-Perú augura el futuro. El investigador Rob Williams asegura que asfaltar la vía principal no significa tanto un daño ambiental como el de las "carreteras secundarias que salen de la principal como en un patrón de espina de pescado". "Estas continuarán fragmentando la Amazonía a lo largo de la carretera Interoceánica hasta que esté deforestada".
El daño que produce la destrucción de la Amazonia es mundial. Ella absorbe el 10% de las emisiones de carbono impidiendo que el calentamiento de la atmósfera sea aún mayor.
La Amazonia es de todos: de los humanos, los animales, las plantas. Sólo el socialismo para todos puede salvarla.
Referencias
(1) Amigos de la Tierra, Rebelión 26-01-11
(2) Silvio González, Rebelión 2-1-11
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